• Cuba cede en el tema de los presos políticos y libera a 17 periodistas. Cuatro siguen encarcelados.
• En el exilio, los periodistas liberados enfrentan dificultades económicas y profesionales.
Estadística Clave
45: El número de poemas que el periodista y ex detenido Ricardo González Alfonso escribió y filtró desde prisión.
Después de años de intensas campañas y diplomacia internacional, 17 periodistas independientes arrestados durante la embestida del gobierno cubano contra la disidencia en la llamada Primavera Negra de 2003, fueron finalmente liberados de su injusto e inhumano encarcelamiento. En julio, la Iglesia Católica cubana, con participación de funcionarios españoles, llegó a un acuerdo con el gobierno del Presidente Raúl Castro Ruz para liberar a 52 prisioneros aún detenidos tras siete años como resultado de la masiva represión contra disidentes y periodistas independientes. El acuerdo, según fuera planteado por la iglesia, llamaba a liberar a todos los detenidos durante la Primavera Negra en un lapso de cuatro meses. Pero tres periodistas y varios disidentes, reacios ante la insistencia de Cuba de abandonar el país a cambio de su libertad, permanecían en la cárcel a fines de año. Un cuarto periodista, arrestado en 2009, también seguía preso.
ATAQUES A LA
PRENSA EN EL 2010
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el retorno
de la censura
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El CPJ y otros grupos de derechos humanos han realizado diversas campañas en favor de los detenidos. La muerte en febrero del disidente detenido Orlando Zapata Tamayo pareció marcar un límite. Zapata, quien cumplía una condena a 25 años por acusaciones de desacato a las autoridades, murió luego de una huelga de hambre de 85 días en protesta por las crueles condiciones carcelarias. Su muerte puso de relieve el tratamiento inhumano que reciben los presos políticos en Cuba, generó condenas a nivel internacional y una inusual declaración de arrepentimiento por parte del Presidente Castro. También despertó fuertes reacciones en los mismos disidentes, uno de los cuales, Guillermo Fariñas, lanzó su propia huelga de hambre.
La perspectiva de una segunda muerte, ya que Fariñas rechazó agua y alimentos por más de 130 días y fue mantenido con vida en un hospital a través de alimentación intravenosa, fue demasiado para que las autoridades cubanas lo ignoraran. Afrontando llamados de la comunidad internacional que pedían poner fin a los encarcelamientos políticos, el gobierno emprendió activas negociaciones con la iglesia. En mayo, las dos partes alcanzaron un acuerdo para trasladar a los detenidos que se hallaban en prisiones alejadas de sus familias a establecimientos carcelarios más cercanos a sus hogares. Seis periodistas encarcelados, incluyendo Héctor Maseda Gutiérrez, quien fuera galardonado por el CPJ con el Premio Internacional a la Libertad de Prensa 2008, fueron transferidos a cárceles más cercanas a sus hogares.
Luego de una reunión con el Cardenal Jaime Ortega el 7 de julio, el gobierno cubano acordó la liberación de los 52 presos detenidos durante la Primavera Negra “en un plazo de tres a cuatro meses”, según confirmó la iglesia en una declaración. El Ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, y su contraparte cubano, Bruno Rodríguez, participaron en la reunión, según informó el periódico estatal cubano Granma. La iglesia indicó que a los prisioneros se les permitiría abandonar Cuba, pero no mencionó que el exilio era una condición para su liberación, según informes de prensa. En la práctica, sin embargo, cada detenido liberado fue enviado a España de inmediato y los que se negaron permanecieron en la cárcel. Las autoridades cubanas, decididas a marginar a los grupos opositores, han buscado tradicionalmente que los presos políticos se vayan del país a cambio de su libertad.
Los periodistas independientes Léster Luis González Pentón, Omar Ruíz Hernández, Julio César Gálvez Rodríguez, José Luis García Paneque, Pablo Pacheco Ávila y Ricardo González Alfonso fueron los primeros seis en arribar a Madrid el 13 de Julio. “No tengo nada que festejar hasta que todos mis colegas no hayan sido liberados de prisión”, dijo Pacheco Ávila al CPJ en una entrevista telefónica desde España. Omar Rodríguez Saludes, Normando Hernández González, Mijail Bárzaga Lugo, Alfredo Pulido López, José Ubaldo Izquierdo, Juan Carlos Herrera Acosta, Fabio Prieto Llorente, Juan Adolfo Fernández Saínz, Víctor Rolando Arroyo Carmona, Miguel Galván Gutiérrez y Alfredo Felipe Fuentes fueron liberados y enviados a España con sus familias en el transcurso de los siguientes tres meses.
A su arribo a España, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado organizó el alojamiento de los periodistas cubanos y les ofreció asistencia psicológica y atención médica. Mientras la prensa española dio la bienvenida a los disidentes y publicó sus historias, el gobierno español brindó una bienvenida mucho más comedida, alojándolos en hoteles modestos en los suburbios de Madrid. Algunos periodistas se trasladaron luego a ciudades como Málaga y Valencia, mientras que el reportero Ubaldo Izquierdo viajó a Chile, donde recibió asilo político. Con un índice de desempleo del 20 por ciento y la economía atravesando una profunda recesión, los recién llegados esperaban que su adaptación en España fuese difícil.
La Cruz Roja trató a los periodistas que llegaron con dolencias graves. Luego de siete años de reclusión, la salud de muchos periodistas se había deteriorado en forma significativa, con problemas que iban desde diabetes y tumores, hasta neumonía y cataratas, según el CPJ. En algunos casos, habían recibido escasa atención médica; en muchas ocasiones, las condiciones carcelarias insalubres exacerbaron sus problemas médicos.
España brindó asistencia para el pago de alquileres, alimentos, vestimenta, transporte, empleo, educación y servicios de salud, como así también dinero para gastos menores -85 euros por mes por pareja (unos 110 dólares estadounidenses), con pequeños montos adicionales para los otros dependientes, según informó el diario The Miami Herald. Funcionarios españoles también brindaron a los cubanos exiliados la condición inmigratoria más favorable, llamada Protección Internacional Asistida, según informes de prensa. Esto les permitió solicitar la residencia permanente, les dio la posibilidad de regresar a Cuba con permiso de La Habana, como así también conseguir la ciudadanía española en cuatro o cinco años. Se les dio a los ex prisioneros un permiso para trabajar y se les permitió viajar libremente, pero muchos se sintieron como refugiados. “Me considero un exiliado político”, comentó Ruíz Hernández. “No llegué acá por motivos económicos, vine por razones políticas”. Otros, como es el caso de Hernández González, esperaba mudarse a Estados Unidos, en donde ya tenía familia. En octubre, el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció que se permitiría a los disidentes cubanos y a los miembros de sus familias en España ingresar rápidamente al país bajo el programa de beneficios de interés público significativo (SPBP, por sus siglas en inglés), según informó The Miami Herald.
Los periodistas independientes Héctor Maseda Gutiérrez, Pedro Argüelles Morán e Iván Hernández Carrillo se hallaban entre los 11 detenidos en la Primavera Negra que permanecían en cárceles cubanas a fines de año. Laura Pollán, esposa de Maseda Gutiérrez, describió que su esposo le había dicho que “no permitirá que nadie lo eche de su país”. Maseda Gutiérrez, de 67 años, cumplía una condena a 20 años en la cárcel acusado de actuar en contra de los intereses del estado. En septiembre, el diario El País de Madrid citó a funcionarios españoles afirmando que los detenidos que deseaban permanecer en Cuba podrían ser liberados a través de un programa de libertad condicional. El gobierno cubano no confirmó esta modalidad, que plantearía riesgos a los detenidos inclusive si les fuera otorgada. Al conceder libertad condicional, las autoridades cubanas podrían dejar abierta la posibilidad de enviar a los disidentes nuevamente a la cárcel.
El CPJ y otros grupos defensores de la libertad de prensa y de los derechos humanos han realizado diversas campañas públicas en defensa de los presos cubanos. Desde el inicio, el CPJ documentó exhaustivamente su situación, dio apoyo a sus familias y denunció los abusos cometidos por las autoridades. En años recientes, la campaña del CPJ se centró en comprometer al gobierno español y los países miembros de la Unión Europea para presionar a Cuba por la liberación de los disidentes. En 2007, una delegación del CPJ se reunió en varias ocasiones con funcionarios de la unidad de derechos humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores español, brindándoles información detallada sobre la condición de todos los periodistas encarcelados.
El gobierno de Estados Unidos señaló que Cuba estaba actuando en la dirección correcta al liberar a los prisioneros y algunos líderes europeos elogiaron la iniciativa. Pero la reticencia de Cuba de liberar a los detenidos no bastó para influir sobre la Unión Europea. El 25 de octubre, los ministros de relaciones exteriores de los 27 países miembros de la Unión Europea decidieron mantener la Posición Común de 1996 con respecto a Cuba, rechazando así un pedido de España de eliminar este régimen. La Posición Común supeditó el mejoramiento en las relaciones entre Europa y Cuba al avance de La Habana en materia de derechos humanos y democratización. En Cuba, los disidentes aplaudieron la decisión de la UE. En marzo, el CPJ había enviado una carta al Presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en su carácter de titular de la presidencia de la UE, aseverando que Europa no debía suavizar la Posición Común sin verificar mejoras demostrables en materia de derechos humanos.
Los periodistas y escritores encarcelados dejaron un legado periodístico admirable, documentando abusos, creando prosa y escribiendo poesía desde sus celdas, luego sacando clandestinamente su trabajo hacia el mundo libre. González Alfonso logró sacar de la cárcel 45 poemas, en pedacitos de papel enrollados dentro de cigarrillos individuales, que se convirtieron en la colección llamada Hombres sin rostro. Luego de que la colección fuese publicada en España, Estados Unidos y Francia, González Alfonso fue castigado por sus carceleros. “La osadía tuvo su precio”, escribió en el Blog del CPJ en noviembre. “Me enviaron a una celda de castigo, también diminuta; por camastro, un banco de concreto; y el suelo alfombrado con excreta de roedores”. Aún así, en última instancia, logró una victoria sobre sus captores. Escribió: “El gobierno fracasó en su intento de acallar voces capaces de gritar y de cantar más allá de las rejas y de los muros, de los guardias y del terror”.
Mientras la tan esperada liberación de disidentes fue un alivio para los periodistas y sus familias luego de años de padecimiento, el gesto no auguró cambios fundamentales en la libertad de expresión o en el acceso a la información para todos los cubanos. “No se hicieron cambios en términos de darle información a los ciudadanos cubanos y la tarea informativa independiente sigue prohibida”, afirmó Manuel Vázquez Portal, poeta, escritor y periodista cubano quien fue liberado y se exilió un año después de su arresto durante la ola represiva de la Primavera Negra.
De hecho, las leyes que permitieron que Cuba encarcelara a periodistas siguen en vigencia. Están redactadas en el Artículo 91 del código penal, que impone largas penas de prisión o muerte para quienes actúen en contra de “la independencia o la integridad territorial del estado” y la Ley 88 para la Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba, que impone sentencias de hasta 20 años de prisión por cometer actos que “persiguen subvertir el orden interno de la nación y destruir su sistema político, económico y social”.
Una comunidad emergente de blogueros siguió informando sobre las experiencias cotidianas, brindando a los ciudadanos cubanos y a la comunidad internacional información sobre las carencias de la vida en la nación caribeña. Si bien los blogueros no han sido encarcelados por su labor, también han enfrentado acoso e intimidación. “Los juicios sumarios que caracterizaron a la represión de 2003 han sido reemplazados por procedimientos ilegales, como citaciones oficiales y detenciones arbitrarias”, afirmó la bloguera cubana independiente Laritza Diversent. “Las largas condenas de privación de libertad fueron reemplazadas por la marginación social y cultural”. Un informe especial del CPJ publicado en 2009, titulado “Con crónicas sobre Cuba, los blogueros ofrecen nueva esperanza”, describe cómo hace la comunidad bloguera para operar con múltiples limitaciones legales, económicas y tecnológicas mientras expresan opiniones que cuestionan al gobierno. “Aun cuando hayan cambiado los métodos, el fin siguen siendo el mismo”, afirmó Diversent. “Pero Cuba sigue siendo un oscuro rincón, donde ejercer la libertad de expresión, en contradicción con los fines del estado socialista, es un delito”.