La abrumadora ausencia de justicia por los casos de periodistas asesinados es una de las principales amenazas contra la libertad de prensa. Más de una década después de que las Naciones Unidas declararan el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes de Periodistas y más de 30 años después de que el CPJ comenzara a documentar estos crímenes, casi el 80 % continúa sin resolverse. Un informe del CPJ.
Dos pequeñas naciones, Haití e Israel, encabezan la relación de países donde los crímenes de periodistas permanecen impunes, según el índice global de la impunidad 2024 del CPJ, que calcula los casos de asesinatos de periodistas no solucionados en relación con la población de un país. Es la primera vez que Israel figura en el índice del CPJ desde su primera edición en 2008.
En Haití, país que ocupa el primer lugar en la clasificación, un Poder Judicial débil o casi inexistente, la violencia de las pandillas, la pobreza y la inestabilidad política son factores que han contribuido al fracaso en enjuiciar a los asesinos. Haití figuró en el índice por primera vez en 2023, en el tercer lugar, cuando las bandas criminales tomaron el control de extensas zonas del país a raíz del asesinato en 2021 del presidente Jovenel Moïse, lo cual hundió a la prensa haitiana en una “crisis existencial” que ha obligado a muchos medios a reducir el personal o cerrar sus operaciones.
El asesinato selectivo de periodistas por parte de Israel en la Franja de Gaza y en el Líbano durante una implacable guerra hizo que este país se colocara en la segunda posición en la clasificación del índice de este año, que abarca el período del 1 de septiembre de 2014 al 31 de agosto de 2024. El CPJ ha documentado cinco casos de asesinato de periodistas, cuatro palestinos y uno libanés, desde el comienzo de la guerra, e investiga el posible asesinato selectivo de otros 10. Debido a los retos de documentar la guerra, la cifra pudiera ser muy superior. En total, Israel ha matado a una cifra récord de periodistas palestinos desde el comienzo de las hostilidades el 7 de octubre de 2023.
Cómo el CPJ define “asesinato” e “impunidad”
El CPJ ha estado recopilando datos sobre la muerte y el encarcelamiento de periodistas desde 1992. La metodología que utilizamos desde esa época en todos los países es la siguiente:
Asesinato
Únicamente los casos definidos como “asesinato” aparecen en el índice de la impunidad. El CPJ define “asesinato” como el homicidio de un periodista, ya sea premeditado o no, cuando nuestras investigaciones nos permiten declarar con certeza razonable que la persona fue asesinada directamente por su trabajo como periodista. En muchos casos, no podemos decir de manera concluyente que el homicidio de la víctima estuvo vinculado con su labor periodística (por ejemplo, en países con elevados niveles de corrupción y delincuencia, como México, o durante guerras con elevados niveles de víctimas civiles en general, como la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza). Que una persona no haya sido clasificada como “asesinada” en la base de datos del CPJ no quiere decir que el CPJ considere que la muerte de la persona tuvo una justificación legal.
Impunidad
La impunidad ocurre cuando una persona o un país no rinde cuentas ante la justicia por estos asesinatos. La impunidad completa, calculada por nuestro índice de la impunidad, significa que nadie ha sido enjuiciado por el homicidio deliberado de un periodista.
Otras clasificaciones
Le rogamos consultar la metodología del CPJ para obtener más detalles sobre las clasificaciones.
El CPJ constantemente investiga y actualiza los casos y puede cambiar las clasificaciones conforme se recopilen más datos.
Dolientes cargan el cadáver del periodista de Al Jazeera en Árabe Ismail Al Ghoul, quien murió junto con el camarógrafo Rami Al Refee por un ataque israelí con dron el 31 de julio de 2024.
(Foto: AFP/Omar Al-Quattaa)
Puesto que el índice de la impunidad del CPJ calcula el número de asesinatos de periodistas no resueltos como un porcentaje de la población de cada país, la mayor población de Israel hace que este país quede detrás de Haití de manera proporcional, a pesar de que tiene más casos. Solamente aquellas naciones con cinco o más casos de asesinatos no resueltos aparecen en el índice. Israel no apareció en el índice del año pasado porque la guerra en la Franja de Gaza comenzó después de la fecha límite del índice, el 31 de agosto de 2023. Puede encontrar más información sobre la metodología del índice aquí.
Más datos sobre la impunidad
- Después de tres décadas, no se ha impartido justicia por los casos de 30 periodistas asesinados
- La impunidad ha aumentado conforme los casos se han incrementado en Pakistán
- Explore más sobre la impunidad en la base de datos global del CPJ
A escala mundial, el CPJ halló que la gran mayoría (el 77 %) de los asesinos de periodistas no han recibido ningún tipo de castigo, lo cual quiere decir que nadie ha rendido cuentas ante la justicia en estos casos, por lo que siguen sin resolverse. Eso representa una mejora en comparación con la tasa del 90 % que el CPJ documentó hace una década y una leve mejora en comparación con la tasa del 78 % que el CPJ documentó en 2023, pero lo cierto es que no es un motivo para celebrar. La impunidad se ha arraigado en todo el mundo, y aproximadamente cuatro de cada cinco asesinos de periodistas no reciben castigo.
Si bien Haití e Israel han ocupado el lugar de otros países que durante mucho tiempo estuvieron en los primeros lugares del índice de la impunidad, ello no quiere decir que esos otros países hayan mejorado su historial funesto en la impartición de justicia para los periodistas.
Somalia, Siria y Sudán del Sur completan la relación de los primeros cinco países del índice en 2024. Los tres han figurado en el índice del CPJ durante una década, como mínimo. Y Somalia es uno de los seis países que han aparecido en las 17 ediciones del índice, lo que pone de relieve el carácter persistente de la impunidad.
La impunidad se ha arraigado, incluso en algunas democracias
Los países presentes en el índice están situados en distintos continentes, pero todos sufren de uno o más de los factores que permiten que los asesinos de periodistas evadan la justicia: guerras, insurgencias, regímenes autoritarios, bandas criminales y la falta de acción política y judicial. El impacto sobre la libertad de prensa es nocivo. Mientras más duren estas condiciones, más probable será que la impunidad se arraigue y que los periodistas sean obligados a huir de sus países de origen, a autocensurarse o a abandonar del todo la profesión.
Las democracias no son inmunes a esta perturbadora tendencia
México registró el mayor número en general (21) de asesinatos impunes de periodistas durante el período del índice, pero ocupa el octavo lugar en la clasificación debido al tamaño de su población. México, desde hace mucho tiempo uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio del periodismo, sufrió un aumento de la violencia mortal en 2024 después de que ésta cayera desde niveles récord en 2022. Un informe conjunto del CPJ y Amnistía Internacional concluyó que la incapacidad del Gobierno mexicano para abordar de manera adecuada las deficiencias del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, limita su facultad para prevenir la violencia contra los periodistas. La rampante corrupción y el crimen organizado hacen que en muchas ocasiones sea difícil determinar si un periodista fue objeto de una represalia directamente por su trabajo.
En Brasil, país que ha tenido un sistema democrático desde la década de 1980, la corrupción y la censura siguen siendo un problema generalizado, y han contribuido a la muerte de 10 periodistas en el período del índice. La mayoría de los casos ocurrieron lejos de los grandes centros urbanos e implicaron a periodistas de pequeños medios locales (5), radioemisoras (3) y periodistas freelance (2). La impunidad es amplia, e incluso casos con repercusión internacional, como el asesinato en 2022 de Dom Phillips en la Amazonia, siguen sin resolverse. Tres sospechosos han sido arrestados y serán sometidos a juicio. El presunto autor intelectual del crimen también ha sido arrestado, pero no se ha impartido justicia.
Clasificación del índice global de la impunidad en 2024 del CPJ
Clasificación | País | Número de casos no resueltos | Población en millones* | Años entre los principales países del índice |
---|---|---|---|---|
1 | Haití | 7 | 11.7 | 2 |
2 | Israel / TPO* | 8 | 14.9 | 1 |
3 | Somalia | 9 | 18.1 | 17 |
4 | Siria | 11 | 23.2 | 11 |
5 | Sudán del Sur | 5 | 11.1 | 10 |
6 | Afganistán | 18 | 42.2 | 16 |
7 | Iraq | 11 | 45.5 | 17 |
8 | México | 21 | 128.5 | 17 |
9 | Filipinas | 18 | 117.3 | 17 |
10 | Myanmar | 8 | 54.6 | 3 |
11 | Brasil | 10 | 216.4 | 15 |
12 | Pakistán | 8 | 240.5 | 17 |
13 | India | 19 | 1428.6 | 17 |
*La cifra total de Israel y los Territorios Palestinos Ocupados (TPO) incluye el asesinato del periodista de Reuters Issam Abdallah, quien murió en el Líbano abatido por fuerzas israelíes que disparaban desde el lado de Israel.
En muchas otras naciones que figuran en el índice, los asesinos de periodistas sistemáticamente escapan impunes:
- Pakistán ha aparecido en el índice de la impunidad cada año desde su primera edición, en 2008. La inadecuada recolección de pruebas, los recursos limitados, la interferencia política y la corrupción han traído como consecuencia, reiteradamente, investigaciones y procesos ineficaces en casos de crímenes de periodistas. El CPJ ha confirmado que al menos dos periodistas pakistaníes han sido asesinados en represalia directa por su labor en lo que va de 2024, e investiga otros cuatro posibles casos de asesinato relacionados con el ejercicio de la profesión.
- Filipinas, país que también ha aparecido en el índice cada año desde el 2008 y con frecuencia en el primer o el segundo lugar, ha registrado un caso de asesinato de periodista no resuelto prácticamente todos los años desde 1992. La justicia plena sigue sin llegar para los 32 periodistas y trabajadores de medios que murieron en la masacre de Maguindanao hace 15 años, uno de los ataques más mortales contra la prensa, y tampoco para periodistas como Gerry Ortega, un presentador de radio asesinado en 2011.
- En el 2024 en Iraq llegó a su fin un período de seis años sin casos de periodistas asesinados por su trabajo, con la muerte de dos mujeres periodistas. Combatientes del Estado Islámico y fuerzas turcas que luchaban contra los kurdos fueron responsables de la mayoría de los 11 asesinatos en el período del índice. Un informe que el CPJ presentó en el 2024 ante las Naciones Unidas resaltó que los crímenes contra periodistas raramente son investigados, lo cual a su vez ha estimulado nuevos ataques contra la prensa. Conforme la violencia repunta, las restricciones sobre los medios, la censura y las amenazas contra los periodistas, tanto en Bagdad como en el Kurdistán iraquí, continúan a paso acelerado.
- Afganistán ha registrado 18 casos de periodistas asesinados en el último decenio, y el grupo radical Estado Islámico se ha atribuido la responsabilidad en 13 muertes, particularmente en un doble atentado suicida en 2018. Los talibanes, a pesar de su oposición al Estado Islámico, no han procurado la justicia para los periodistas muertos y continúan hostigando, atacando y deteniendo a periodistas, e ilegalizando medios de prensa.
- India ha aparecido en el índice cada año desde su primera edición, y la delincuencia ha desempeñado un papel determinante en los 19 casos de asesinato de periodistas que se han registrado en el último decenio. Las víctimas fueron objeto de represalias por informar sobre varios temas, desde la política hasta el medio ambiente. El más reciente asesinato ocurrió durante las elecciones generales de este año en India, donde también hubo nuevos actos de violencia electoral y se aprobó una nueva ley que probablemente restringirá la libertad de prensa.
Al igual que Haití e Israel, Myanmar ha figurado en el índice en fechas recientes, apareciendo por primera vez en 2022. El número de periodistas asesinados con impunidad en Myanmar ascendió a ocho, y tres nuevos casos se documentaron en 2024. El incremento en la cifra de asesinatos ocurre en medio de una dura campaña represiva contra la prensa libre: los militares han encarcelado a decenas de comunicadores y han ilegalizado a más de una decena de medios independientes desde que ocuparon el poder en 2021.
Grupo de trabajo investigativo internacional pudiera reforzar la normativa de la ONU contra la impunidad
En 2013, cinco años después de que el CPJ publicara la primera edición de su índice de la impunidad, se creó el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes de Periodistas. La jornada ha funcionado como un instrumento para llamar la atención sobre los países donde la impunidad por los asesinatos de periodistas está arraigada.
Luego se aprobó un conjunto de resoluciones de las Naciones Unidas en respaldo a los periodistas, entre las que se destaca la Resolución 2222 del Consejo de Seguridad de la ONU (2015), que establece que los periodistas son civiles y están protegidos por el Derecho Internacional. Atacar deliberadamente a los civiles constituye un crimen de guerra. En 2017, la ONU adoptó la Resolución 33/2 del Consejo de Derechos Humanos, que ordena a los Estados miembros “prevenir, proteger y procesar” para poner fin a la impunidad.
A pesar de los marcos internacionales concebidos para abordar el problema de la impunidad, la falta de progreso significativo en la rendición de cuentas por los asesinatos de periodistas en los decenios pasados indica que es necesario hacer más para someter a los perpetradores al peso de la justicia. En diciembre de 2020, el CPJ, junto con las organizaciones aliadas Reporteros sin Fronteras y Free Press Unlimited, lanzó el proyecto Un mundo más seguro para la verdad, que publicó informes sobre casos no solucionados de asesinatos de periodistas. Estos informes mostraron que una deficiencia común era que los investigadores habían descuidado seguir la normativa internacional, en específico la de la ONU conocida como el Protocolo de Minnesota, en el ámbito local, para garantizar la rendición de cuentas. Estos casos se caracterizaron por las investigaciones policiales fallidas, la deficiente recolección de pruebas y los errores en los procesos penales.
Como resultado, el CPJ está promoviendo activamente, con el apoyo de organizaciones defensoras de la libertad de prensa y otros actores, un grupo de trabajo investigativo internacional que se dedique a los asesinatos de periodistas. Un modelo de organismo, inicialmente propuesto en el 2020 por una comisión de expertos en jurisprudencia, pudiera desplegar recursos o asesorar en situaciones en las cuales los organismos del orden público locales carezcan de capacidad o de voluntad política para investigar los crímenes contra periodistas. Los Países Bajos han llevado a cabo un estudio de viabilidad.
La impunidad sigue tan endémica como siempre
En el período de este índice, el CPJ determinó que en 241 homicidios había evidentes indicios de que los asesinatos estaban directamente vinculados con el trabajo de la víctima. En menos del 4 % de esos casos se logró plena justicia; en el 19 % se obtuvo justicia parcial, lo que quiere decir que algunos de los asesinos fueron enjuiciados; y en el restante 77 % no se obtuvo justicia.
Desde 1992, el CPJ ha clasificado como asesinatos 974 homicidios de periodistas; de estos solamente el 5 % recibieron justicia plena, mientras que el 79 % de los casos siguen sin resolverse. Las cifras prácticamente no han cambiado este año, al igual que los peligros que enfrentan los periodistas. La impunidad sigue tan endémica como siempre, y las familias y los colegas de periodistas asesinados tienen pocas probabilidades de ver que alguien rinda cuentas ante la justicia por los crímenes.
El mejor ejemplo de esta triste realidad son los casos de 30 periodistas cuyos asesinos siguen impunes más de 30 años después de que el CPJ documentara los asesinatos, en 1992.
Solamente los casos en que la impunidad ha sido completa aparecen en nuestro índice. Los casos en que algunos perpetradores han sido condenados, pero otros sospechosos siguen libres, es decir, casos con impunidad parcial, no figuran en el índice.
Los periodistas detrás de las cifras
Detrás de los cálculos y las clasificaciones se encuentran los periodistas asesinados y sus desoladas familias, colegas y amigos. Estos son apenas algunos de los periodistas asesinados durante el período del índice y cuyos asesinos no han rendido cuentas ante la justicia:
Según nueva información recibida, el CPJ determinó que el periodista y presentador de radio haitiano Gerry Tesse, cuyos restos mutilados fueron encontrados seis días después de su desaparición en octubre de 2022, fue asesinado en represalia por su trabajo. Poco antes de su muerte, Tesse había ido a su radioemisora a denunciar que un poderoso fiscal presuntamente implicado en actos de corrupción había tramado un complot para asesinarlo. Tesse criticaba persistente y abiertamente la corrupción y el abuso de poder.
Sagal Salad Osman, productora y presentadora de Radio Mogadishu, en Somalia, fue asesinada en 2016 por el grupo radical Al-Shabaab en un ataque calificado por la Policía como un asesinato selectivo. En el pasado, los miembros de grupos radicales ya habían atacado a periodistas de Radio Mogadishu y otros medios estatales, según datos del CPJ. En particular, las mujeres que desempeñan funciones públicas han sido atacadas, de acuerdo con un informe publicado en 2016 por la Iniciativa Estratégica para la Mujer en el Cuerno de África. Osman, también estudiante universitaria, producía una programación infantil para la radioemisora, según un periodista que solicitó el anonimato.
Los cinco comunicadores que el CPJ considera que fueron atacados clara e intencionalmente como periodistas por fuerzas israelíes son Issam Abdallah, un videógrafo libanés de Reuters que murió el 13 de octubre de 2023; Hamza Al Dahdouh y Mustafa Thuraya, quienes murieron el 7 de enero cuando regresaban de una cobertura en su auto, e Ismail Al Ghoul y Rami Al Refee, quienes murieron el 31 de julio en un ataque israelí con un dron. Todos estaban dando cobertura a la guerra y tres de ellos llevaban chalecos con la insignia “Prensa” al momento de morir.
La periodista, autora de sátiras e influencer de YouTube mexicana Pamela Montenegro fue asesinada a disparos en 2018 por dos sujetos en un restaurante propiedad de ella y de su esposo. Montenegro era muy conocida por su personalidad de Internet “La Nana Pelucas”. Como editora de la revista digital El Sillón y como La Nana Pelucas, ella cubría la política local en la turística ciudad costera de Acapulco, en el estado de Guerrero, y frecuentemente se burlaba de los políticos locales.
Pavel Sheremet, periodista ganador en 1998 del Premio Internacional de la Libertad de Prensa del CPJ, era un ciudadano ruso nacido en Bielorrusia. El comunicador fue asesinado en un atentado con un auto bomba en 2016 en Ucrania, donde trabajaba y presentaba un programa de radio en el que hablaba de la actividad de las bandas criminales y de la corrupción gubernamental y policial. En el año antes de ser asesinado, los amigos de Sheremet habían dicho a periodistas que él creía que lo estaban siguiendo en Kiev, y el propio periodista declaró a Reuters en 2015 que no se sentía seguro cuando visitaba Moscú. En el 2015 se divulgaron los nombres de cinco sospechosos, y tanto el Servicio de Seguridad Federal de Rusia como la KGB de Bielorrusia han sido acusados del atentado. Sin embargo, nadie ha sido enjuiciado por el asesinato de Sheremet.
El asesinato de los periodistas Htet Myat Thu, Win Htut Oo y Myat Thu Tan en 2024 marcó el peor año de la impunidad en Myanmar. Siete de los ocho periodistas asesinados en el período del índice murieron después del golpe militar de 2021, tras el cual la junta militar encarceló a decenas de periodistas y utilizó las disposiciones sobre delitos contra la seguridad del Estado para aplastar el periodismo independiente. Htet Myat Thu, conocido periodista que anteriormente había sido tiroteado y arrestado mientras cubría una protesta contra el golpe de Estado, murió en un asalto contra la casa de su familia. Con él murió Win Htut Oo, un cercano amigo de la infancia y periodista de la Voz Democrática de Birmania, un medio noticioso con sede en el exilio. Myat Thu Tan fue arrestado por publicaciones críticas que hizo en Facebook y murió cuando estaba detenido, según fuentes.
Más sobre los primeros cinco países del índice
Haití
El ascenso de Haití al primer puesto del índice de este año se debe a los asesinatos de siete periodistas que se han registrado desde 2019 y siguen sin resolverse.
En el 2024, Haití vivió posiblemente el año más catastrófico de su historia reciente, pues una coalición de bandas armadas en la práctica le declaró la guerra al Estado a finales de febrero. Estas bandas irrumpieron en la mayor cárcel de la capital, Puerto Príncipe, y liberaron a más de 4.000 reclusos, muchos de ellos delincuentes violentos. El primer ministro interino, Ariel Henry, se vio obligado a renunciar y se instaló un Gobierno de transición con el apoyo de Estados Unidos y de la Comunidad del Caribe (Caricom).
Sin embargo, incluso con el despliegue de una fuerza de seguridad internacional encabezada por 400 policías kenianos, grandes zonas de Puerto Príncipe permanecen bajo el control de las bandas y se han convertido en lugares desolados con edificios destruidos y una población que sufre una crisis de hambruna.
El caos y la ruina económicos han obligado a huir a muchos periodistas y han hecho con que muchos medios haitianos suspendieran sus operaciones o redujeran su personal, y algunos están al borde del cierre.
Al mismo tiempo, la inestabilidad política no ha hecho más que exacerbar la disfuncionalidad del Poder Judicial haitiano, lo cual trajo como consecuencia que el año pasado el país se convirtiera en la primera nación caribeña incluida en el índice de la impunidad del CPJ. Este año el agravamiento de la situación ha provocado que Haití haya sido designado en el índice del CPJ como líder mundial en materia de impunidad.
Israel
En la guerra más peligrosa y sin precedentes para los periodistas que el CPJ jamás haya documentado, Israel ha matado a por lo menos 126 periodistas y trabajadores de medios, casi todos palestinos, y ha atacado a, como mínimo, cinco de esos comunicadores por su trabajo, lo cual ha ocasionado que esta pequeña nación aparezca por primera vez en el índice de la impunidad del CPJ. Israel ha rechazado que ataque directamente a periodistas en sus acciones militares, pero sus fuerzas tienen un extenso historial por la muerte de periodistas. En el informe “Patrón mortal”, publicado antes del estallido de la guerra, el CPJ concluyó que nadie ha rendido cuentas por la muerte de 20 periodistas en acciones militares en los últimos 22 años.
El informe, publicado en mayo del 2023, presagió la respuesta de Israel al asesinato de cinco periodistas en la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza. Como ejemplo, varias investigaciones independientes concluyeron que Israel había disparado deliberadamente contra periodistas en el sur del Líbano el 13 de octubre del 2023, causando la muerte del periodista de Reuters Issam Abdallah e hiriendo a otros seis. A pesar de estos hallazgos exhaustivos y detallados, Israel no ha tomado ninguna medida al respecto.
Somalia
Somalia fue el peor país en el índice del 2015 al 2022, y ha figurado en esta relación todos los años desde su creación. En 2023, Somalia bajó al segundo lugar, a continuación de Siria, y ahora ocupa el tercer lugar. La mayoría de los nueve periodistas que figuran en el período del índice murieron entre 2014 y 2018, y se cree que fueron asesinados por Al-Shabaab, un grupo insurgente que lucha por establecer un Estado islámico en Somalia. Pese a esta pequeña caída de Somalia en la clasificación, los periodistas locales siguen corriendo riesgos. Somalia continúa inestable en medio de la actual ofensiva contra Al-Shabaab. Cubrir este dilatado conflicto sigue siendo peligroso e incluso mortal. Los medios locales enfrentan graves obstáculos para realizar su labor, pues los periodistas siguen siendo objeto de arrestos, amenazas y hostigamiento.
Siria
Once periodistas fueron asesinados con completa impunidad en Siria durante el período de la edición de 2024 del índice. Siete murieron entre el 2014 y el 2016, conforme el levantamiento inicial contra el régimen de Bashar al-Assad se transformaba en una guerra a gran escala con la participación de potencias regionales y mundiales, y el grupo radical Estado Islámico comenzaba a conquistar territorio sirio. Se cree que el Estado Islámico asesinó a la mayoría de los siete periodistas que murieron entre el 2014 y el 2016. Aunque los combates han disminuido desde que el régimen sirio recuperó el control de la mayor parte del país, los medios sirios han sufrido un golpe tras otro, ya que numerosos periodistas se han visto obligados a marchar al exilio, y representantes del régimen y líderes locales siguen hostigando, amenazando y arrestando periodistas.
Sudán del Sur
Los casos de cinco periodistas asesinados en Sudán del Sur en 2015 han mantenido a este país en el índice de la impunidad desde que se perpetraron esos asesinatos, lo cual demuestra que prácticamente no se ha hecho ningún esfuerzo por obtener justicia. Estos cinco periodistas, muertos durante la guerra civil de Sudán del Sur (2013-2020), son un símbolo de las presiones que enfrenta el gremio periodístico a lo largo y ancho de una nación que ha sufrido inestabilidad desde su independencia en 2011. El CPJ ha documentado numerosos casos de hostigamiento, detenciones y encarcelamiento de periodistas, así como la muerte, en un incidente de fuego cruzado, de un corresponsal de guerra en los últimos años.
En septiembre de 2024, Sudán del Sur sufrió un retroceso en la transición posterior a la guerra civil cuando el mandato del Gobierno de transición se extendió otros dos años y se aplazaron las elecciones. La continua incertidumbre política y la reactivación del conflicto en zonas de Sudán del Sur han tenido graves consecuencias para la seguridad de los civiles, entre ellos los periodistas. Los miembros del gremio periodístico de Sudán del Sur continúan siendo arrestados por su labor y la Comisión de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos en Sudán del Sur ha reportado que existe un clima de censura y autocensura en los medios, lo cual se aplica a la cobertura de acontecimientos relacionados con la transición.
Metodología del índice de la impunidad
El índice global de la impunidad del CPJ calcula el número de asesinatos no resueltos de periodistas como un porcentaje en relación con la población de cada país. Para este índice, el CPJ tuvo en cuenta casos de asesinato de periodistas que se registraron entre el 1 de septiembre de 2014 y el 31 de agosto de 2024 y que siguen sin resolverse. Únicamente aquellas naciones con cinco o más casos no solucionados fueron incluidas en este índice. El CPJ define como asesinato el homicidio deliberado de un periodista, ya sea de manera espontánea o premeditada, en represalia directa por su trabajo informativo. Los casos se consideran no resueltos cuando las autoridades todavía no han condenado a los responsables, aunque se haya detenido a algún sospechoso. Los casos en que algunos acusados, aunque no todos, hayan sido condenados, se clasifican como impunidad parcial. Los casos en que los presuntos autores materiales del crimen hayan muerto en el momento de la captura por parte de las autoridades, también se clasifican como impunidad parcial. El índice solamente contabiliza los asesinatos que se hayan cometido con completa impunidad, y no incluye aquellos casos en los que se haya logrado justicia parcial. Para calcular la clasificación de cada país, se utilizaron datos poblacionales de los Indicadores del desarrollo mundial de 2023 del Banco Mundial, consultados en septiembre de 2024. Las regiones dentro de un país que estén parcialmente controladas u ocupadas por ese país, como la región del Kurdistán en Iraq y la Franja de Gaza en Israel, se incluyen en las cifras de población de ese país.