Eludir los asesinatos

El Índice de Impunidad del CPJ en 2013 destaca los países donde los periodistas son asesinados y los responsables quedan libres

La policía patrulla una calle en Nuevo Laredo (AFP/ Alfredo Estrella)
La policía patrulla una calle en Nuevo Laredo (AFP/ Alfredo Estrella)

Publicado el 2 de mayo de 2013

NUEVA YORK
Azotada por militantes en el norte del país y por conflictos políticos en todo el territorio, Nigeria se ha convertido en una de las naciones con los peores registros de violencia letal y sin castigo contra la prensa, según reveló el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) en su recientemente actualizado Índice de Impunidad. El índice global, que calcula asesinatos de periodistas no resueltos en relación con la población de cada país, también halló elevados registros de impunidad en Somalia, Pakistán y Brasil..

CPJ Blog:
En Brasil, despertando
al “Rodrigo Neto en
cada uno de nosotros”

“Las investigaciones de estas muertes por lo general se realizan de manera muy torpe, y no se capturan a los verdaderos culpables”, afirmó Ayode Longe, alto funcionario de Media Rights Agenda (Agenda para los Derechos de los Medios), una organización de libertad de prensa en Nigeria, donde al menos cinco periodistas cayeron en relación directa con el ejercicio de la profesión desde el 2009. Ninguno de estos casos ha sido resuelto. “Ello ha estimulado a otros a agredir a periodistas, porque creen que nada les va a suceder”, resaltó Longe. La prensa nigeriana había experimentado con anterioridad una década de relativa seguridad, pero este año Nigeria se incorporó al índice por primera vez y ocupó el undécimo lugar a escala mundial entre los países con peores registros en combatir la violencia letal contra la prensa.

El CPJ halló mejores condiciones en Nepal, país que abandonó el índice completamente, y en Rusia, nación que ha poseído una de las culturas de impunidad más profundamente arraigada del mundo. Aunque ambas naciones siguen presentando peligros para los periodistas, en ellas se ha observado en general un declive de la violencia letal contra la prensa y varios procesamientos parcialmente exitosos en casos de asesinato de periodistas.

El índice de impunidad anual del CPJ identifica a los países donde los periodistas son asesinados regularmente y los gobiernos fracasan en su intento por resolver los crímenes. El índice de 2013 examinó los casos de periodistas asesinados ocurridos entre el 1 de enero de 2003 y el 31 de diciembre de 2012 y que aún permanecen sin resolverse. Sólo los países con cinco o más casos sin resolverse son incluidos en el índice. Los casos son considerados no resueltos cuando no se obtuvo condena alguna. Este año 12 países figuran en el índice.  

La difusión del índice de 2013 del CPJ llega en un momento crucial para la lucha global contra la impunidad. Un plan de la ONU para combatir la violencia letal contra la prensa se pondrá en marcha este año, y Pakistán fue escogido como uno de los primeros candidatos. Entre las muchas medidas que implementará, el plan se propone fortalecer los programas dedicados a la seguridad de los periodistas y ayudar a los estados miembros a crear métodos para enjuiciar a los asesinos de periodistas.

El análisis del CPJ concluyó que la violencia contra la prensa se ha intensificado en Somalia, Pakistán y Brasil, y que las circunstancias se han exacerbado por la falta de voluntad o la incapacidad de los líderes nacionales a la hora de abordar esta problemática. El presidente somalí Hassan Sheikh Mohamed le ha pedido a la comunidad internacional que tenga fe en el sistema judicial de su país, pero 23 asesinatos de periodistas han quedado sin resolución en la última década en ese país, que posee el segundo peor registro del índice. En los últimos meses las autoridades somalíes han emitido mensajes contradictorios en cuanto a la aplicación de la ley: por un lado ofrecieron recompensas por la captura de los asesinos de periodistas pero por otro encarcelaron durante dos meses a un reportero por el mero hecho de entrevistar a una mujer que dijo haber sido violada por soldados. El reportero fue acusado de insultar al gobierno con la entrevista.

“Matar a un periodista no parece un crimen a los ojos de las fuerzas de seguridad y del Poder Judicial somalíes”, señaló Abukar Albadri, director de Badri Media Productions, una productora independiente de noticias de Somalia.

Brasil, con un amplio registro de violencia contra la prensa, parecía haber revertido la tendencia tan recientemente como en 2010, cuando salió del Índice de Impunidad del CPJ a causa del descenso en los ataques y varios enjuiciamientos exitosos. Pero una serie de asesinatos en los últimos tres años –muchos dirigidos a blogueros y periodistas de medios digitales de estados del interior, y todos sin resolver– ha demostrado que los avances de Brasil fueron ilusorios.  Este año Brasil posee el décimo peor registro del índice.

“Las fuerzas de la policía y el Poder Judicial, especialmente en pequeñas ciudades, son muy vulnerables a las presiones de poderosos grupos locales”, aseguró Veridiana Sedeh, de la Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo (ABRAJI, por sus siglas en portugués). “Incluso existen casos en los que las propias autoridades cometen los crímenes y posteriormente obstaculizan las investigaciones”.

La violencia contra los medios ha aumentado dramáticamente en Pakistán en los últimos cinco años, y ha colocado al país en el octavo puesto del índice, según el análisis del CPJ. Aunque los extremistas y los criminales constituyen un riesgo grave, las investigaciones del CPJ demuestran que actores políticos y del aparato de inteligencia paquistaníes habitualmente dirigen ataques contra la prensa. La policía y los fiscales, a su vez, enfrentan una intimidación política tan severa que los incapacita para investigar los crímenes con efectividad.

“El principal motivo de la impunidad es la falta de voluntad del gobierno para enjuiciar a los responsables de las agresiones contra periodistas”, aseveró Owais Aslam Ali, presidente de la Fundación de la Prensa de Pakistán. “Sólo hacen falta algunos éxitos para mostrar que no se tolerará la impunidad”.

Un caso en Pakistán, el asesinato en 2011 del reportero de Geo TV Wali Khan Babar, demuestra cuán difícil puede ser cosechar éxitos cuando existe una ruptura en el Estado de Derecho. Varios sospechosos vinculados a uno de los principales partidos políticos del país, el Movimiento Muttahida Quami, enfrentan juicio, pero el proceso judicial ha sido perjudicado por el asesinato de cinco personas relacionadas a la investigación, entre ellos testigos y agentes de la policía. En noviembre del 2012, un testigo fue asesinado a tiros dos días antes de ofrecer su testimonio.

La inseguridad de los testigos es un problema clave para combatir la impunidad. Las autoridades de Filipinas, país que ocupó el tercer peor registro en el índice del CPJ, no han avanzado en el enjuiciamiento de decenas de sospechosos en una masacre con móvil político ocurrida en la provincia de Maguindanao y que dejó como saldo más de 50 víctimas mortales, entre ellas 32 periodistas y trabajadores de medios, en 2009. Tres testigos en el caso de Maguindanao han sido asesinados, uno de ellos descuartizado y mutilado.

Cada vez que asesinan a un testigo, “afecta la moral de otros testigos al resaltar cuán inepto es el gobierno a la hora de garantizar su seguridad”, sostiene Michaella Ortega. Ella conoce de primera mano el ciclo de intimidación e impunidad: la investigación del asesinato de su padre, el prominente presentador radial Gerardo Ortega, sufrió un grave retroceso cuando un testigo clave fue asesinado en prisión. Ortega había sido asesinado en 2011.

El análisis del CPJ concluyó que los asesinatos de periodistas han disminuido en Iraq, Sri Lanka, México, Colombia y Afganistán –cinco países que figuran en el Índice de Impunidad debido a sus amplios registros de violencia letal contra la prensa. No obstante, pese al descenso en la cifra de asesinatos, serios problemas continúan presentes en cada uno de estos países. Iraq continúa siendo el país con el peor registro en el Índice de Impunidad del CPJ, con 90 casos de asesinato de periodistas no resueltos en la última década y sin señales de que las autoridades estén trabajando para resolverlos. Si bien algunos asesinatos tuvieron lugar en el caos de violencia religiosa y étnica que aconteció durante la guerra liderada por Estados Unidos, muchos casos pudieran ser resueltos hoy si las autoridades demostraran voluntad. En Kirkuk, por ejemplo, unos sujetos le dispararon a la periodista freelance Soran Mama Hamma en 2008 poco después de que ella denunciara la complicidad de la policía en el negocio de la prostitución.

Aunque Colombia ha progresado modestamente en la resolución de los asesinatos de periodistas, Afganistán, Sri Lanka y México han fracasado completamente en el enjuiciamiento de los responsables de numerosos asesinatos. Estos fracasos de las autoridades con frecuencia llevan a otro problema pernicioso: la censura generalizada. En México, que posee el séptimo peor registro del índice, los periodistas de todo el país le han manifestado al CPJ que evitan informar sobre el crimen y la corrupción para seguir con vida. “Los periodistas mexicanos, muchos de nosotros madres y padres, no queremos permanecer callados, pero tampoco queremos morir”, escribió la reportera investigativa Anabel Hernández en una carta de noviembre del 2012 dirigida a los delegados de la ONU, en la cual los exhortaba a tomar medidas en México de conformidad con el nuevo plan contra la impunidad. El gobierno mexicano sí dio algunos pasos significativos el año pasado, al adoptar una enmienda constitucional que les otorga a las autoridades federales facultades más amplias para enjuiciar a los responsables de delitos contra la prensa.

El índice de este año apunta a otras mejoras, aunque éstas fueron matizadas por otros problemas que no desaparecen. Nepal, por ejemplo, ha procesado a varios sospechosos del asesinato, ocurrido en 2009, de Uma Singh, la última periodista nepalí asesinada por ejercer su labor periodística, pero no ha enjuiciado a los autores intelectuales. Nuevas dudas surgieron acerca del compromiso del partido maoísta con la erradicación de la cultura de impunidad cuando el entonces primer ministro Baburam Bhattarai objetó este año el arresto de varios ex cuadros partidistas que son sospechosos del asesinato del periodista Dakendra Thapa, hecho ocurrido en 2004.

En Rusia, país con el noveno peor registro del índice, los fiscales lograron la condena de un ex funcionario policial que fue acusado del delito de asociación delictiva en relación con el asesinato, en 2006, de la renombrada reportera investigativa Anna Politkovskaya. Si bien la condena constituyó un hito, los colegas y familiares de Politkovskaya quedaron consternados al ver que el acusado Dmitry Pavlyuchenkov no tuvo que identificar a los autores intelectuales en juicio abierto, lo cual creen ellos reduce las posibilidades de que todos los responsables sean procesados.

“La condena de Pavlyuchenkov demostró avances en un caso trascendental, pero no olvidemos que él nunca identificó a los autores intelectuales. Por ello, sólo se hizo justicia parcialmente”, resaltó Galina Sidorova, quien dirige la Fundación para el Periodismo Investigativo en Rusia. “El clima de impunidad sigue presente”.

A continuación, algunos de los otros hallazgos del Índice de Impunidad:

  • Diez de los 12 países que figuran en el Índice de Impunidad han aparecido cada año en el índice desde que el CPJ comenzó a llevar estas estadísticas, en 2008. Solamente Nigeria, que este año estuvo por primera vez en el índice, y Brasil, que se ausentó un año, son las excepciones. El carácter estático de la lista resalta los desafíos de revertir la arraigada cultura de impunidad y los elevados índices de violencia contra los medios.
  • Además de Nepal, otros dos países, Bangladesh y Sierra Leona, han abandonado el Índice de Impunidad en el período transcurrido desde que el CPJ lanzó su análisis anual sobre esta temática, en 2008. En los dos casos, la disminución de los niveles de violencia causó el cambio de la clasificación de estos países.
  • A pesar del alto número de muertes de periodistas, Siria no aparece en el índice. Las investigaciones del CPJ muestran que la gran mayoría de las víctimas murieron en incidentes de fuego cruzado relacionados con el combate.
  • Periodistas locales fueron las víctimas en la amplia mayoría de los casos no resueltos que figuran en el índice del CPJ. Solamente 11 de los 265 casos de asesinato en el índice corresponden a periodistas que se desempeñaban en el extranjero.
  • La fuente política fue la de mayor peligro. El 30 % de las víctimas que figuran en el índice del CPJ informaban sobre política. Otro 20 % cubría la corrupción, el segundo tema de mayor peligro.
  • Funcionarios militares y gubernamentales se encuentran entre los principales sospechosos en el 26 % de los casos de asesinato del índice.
  • Reaccionar ante las amenazas pudiera salvar vidas. En casi la mitad de los casos analizados para elaborar el índice, las víctimas recibieron amenazas de muerte antes de ser asesinadas.
  • En decenas de casos, está claro que los asesinos intentaron enviar un mensaje intimidatorio a toda la prensa. En el 48 % de los casos del índice, las víctimas fueron secuestradas o torturadas antes de ser asesinadas.

Para consultar una explicación detallada de la metodología empleada por el CPJ, haga clic aquí.

Representantes del CPJ lideran dos campañas para combatir la impunidad que impera en los asesinatos de periodistas. Como parte de su Campaña Global contra la Impunidad, el CPJ ha persuadido a fiscales rusos de reabrir varios casos no resueltos; ha promovido la nueva enmienda a la constitución de México que federaliza los delitos contra la prensa; y ha contribuido a la elaboración del plan de la ONU contra la impunidad y a su implementación en Pakistán. En 2012, el CPJ lanzó el sitio web SpeakJusticeNow.org para movilizar a la comunidad digital en el combate contra la impunidad en el ciberespacio.

El Índice de Impunidad del CPJ es compilado como parte de la Campaña Global contra la Impunidad de la organización, apoyada por la Fundación Adessium, la Fundación John S. y James L. Knight, y Open Society Foundations

El Índice

A continuación se detallan los 12 países donde al menos cinco periodistas han sido asesinados y los gobiernos han fracasado en su intento por condenar a los culpables. El índice cubre el período comprendido entre los años 2003-2012.

1 Irak

Iraq posee el peor registro de impunidad del mundo. Las autoridades no han logrado ninguna condena en 93 casos de asesinato de periodistas cometidos en la década anterior. La amplia mayoría de las víctimas, el 95 %, fueron periodistas iraquíes. Entre ellos se encuentran el camarógrafo freelance Tahrir Kadhim Jawad, quien murió en plena tarea reporteril en las afueras de Baghdad en 2010 cuando una bomba colocada en su auto explotó. Jawad era un “valiente camarógrafo” conocido por grabar imágenes “donde otros fracasaban”, aseveró en aquel momento Mohammad al-Jamili, jefe de la corresponsalía de Baghdad del canal televisivo financiado por el gobierno estadounidense Al-Hurra. La policía abrió una investigación pero no ha realizado ningún arresto.
 
Puntaje en el índice de impunidad: 2,818 casos no resueltos por 1 millón de habitantes
Año anterior: Ocupaba el primer puesto con un puntaje de 2,906

2 Somalia

En un país con largo historial de asesinatos de periodistas, 2012 fue el año de mayor cantidad de víctimas fatales entre periodistas del que se tiene registro. Doce periodistas fueron asesinados en represalia por el ejercicio de su labor en  2012 a pesar de la relativa calma reinante en la capital, Mogadiscio. Dado que los insurgentes del grupo Al-Shabaab fueron desalojados de Mogadiscio en 2011, los asesinatos causaron preocupación por la posibilidad de que los reporteros fueran blancos de represalias por parte de un grupo cada vez mayor de rivales políticos. Los periodistas de Shabelle Media Network pagaron un alto precio: cuatro fueron asesinados en 2012 y tres en años anteriores. Entre las víctimas de 2012 se encuentra Hassan Osman Abdi, conocido por el sobrenombre de “el Fantástico”, director del medio y productor de programas de noticias. En todo el país, 23 casos de periodistas asesinados en los últimos 10 años continúan sin resolverse.

Puntaje en el índice de impunidad: 2,396 casos no resueltos por 1 millón de habitantes
Año anterior: Ocupaba el segundo puesto con un puntaje de 1,183

3 Filipinas

A pesar de la promesa del presidente Benigno Aquino III de revertir la cultura de impunidad por los asesinatos de periodistas, Filipinas tuvo el tercer peor registro a escala mundial por cuarto año consecutivo. Un total de 55 asesinatos de periodistas han quedado sin resolver en los últimos 10 años. El asesinato de Gerardo Ortega en 2011 refleja el carácter político de la gran mayoría de los asesinatos de periodistas en Filipinas, junto con la ruptura generalizada del Estado de Derecho que ha permitido que los asesinatos continúen. Ortega, un presentador radial que denunciaba la corrupción, recibió un tiro en la nuca mientras compraba en una tienda de ropa de la ciudad de Puerto Princesa. La policía pronto realizó varios arrestos y rastreó el origen del arma del crimen hasta el ayudante de un gobernador provincial. El caso sufrió un severo golpe en 2013 cuando un presunto cómplice que había acordado testificar a favor del gobierno fue asesinado en prisión.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,580 casos no resueltos por 1 millón de habitantes
Año anterior: Ocupaba el tercer puesto con un puntaje de 0,589

4 Sri Lanka

El registro de impunidad de Sri Lanka no sufrió variación alguna respecto a 2012. No obstante, cuatro años después del fin de la prolongada guerra civil del país, el gobierno del presidente Mahinda Rajapaksa no ha mostrado ningún interés en capturar a los autores de nueve casos de asesinato de periodistas ocurridos en los últimos 10 años. Todas las víctimas habían informado sobre cuestiones políticamente sensibles y con críticas a la gestión del gobierno dirigido por Rajapaksa. Entre los casos se encuentra la golpiza fatal del destacado editor de periódico Lasantha Wickramatunga, hecho ocurrido en 2009. “Si se realizan investigaciones verdaderamente independientes, las pistas de muchos asesinatos y ataques pudieran llevar hasta políticos del gobierno y militares del más alto nivel”, aseguró Ruki Fernando, defensor de los derechos humanos de la organización local Law and Society Trust.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,431 casos no resueltos por 1 millón de habitantes
Año anterior: Ocupaba el cuarto puesto con un puntaje de 0,431

5 Colombia

El puntaje de Colombia mostró poca variación respecto a 2012, pero el país, en una época uno de los más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, ha logrado sostenidos avances con el tiempo. Ningún periodista ha sido asesinado por su labor en Colombia desde 2010. Las mejoras en el clima de seguridad por lo general han superado los avances en el ámbito judicial, según Carlos Cortez, uno de los fundadores de la organización colombiana Fundación para la Libertad de Prensa. El gobierno proporciona seguridad directamente a los periodistas amenazados. Uno de los ocho asesinatos aún no resueltos de los últimos 10 años es la ejecución de Jaime Rengifo Revero, un presentador radial que había criticado las iniciativas de seguridad del gobierno en el norte del país. El asesinato de Rengifo ocurrió en el 2003, y dos excombatientes paramilitares, grupo de derecha, han sido acusados de perpetrarlo.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,171 casos no resueltos por 1 millón de habitantes
Año anterior: Ocupaba el quinto puesto con un puntaje de 0,173

6 Afganistán

Ningún periodista ha sido asesinado en Afganistán desde 2008, pero las autoridades no han mostrado avances en la captura de sospechosos en los cinco casos de asesinato no resueltos de los últimos 10 años. La víctima más reciente fue Abdul Samad Rohani, corresponsal del servicio en idioma pastún de la BBC en la provincia de Helmand y colaborador de la agencia de noticias Pajhwok Afghan News. Rohani, quien fue secuestrado y baleado en 2008, había informado sobre el narcotráfico y sus vínculos con funcionarios del gobierno. El retiro planificado de las tropas de la OTAN en el 2014 ha originado nuevas preocupaciones sobre el clima de seguridad en general y, además, sobre la seguridad de los medios.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,142 casos no resueltos por 1 millón de habitantes
Año anterior: Ocupaba el séptimo puesto con un puntaje de 0,145

7 México

El presidente Enrique Peña Nieto ha heredado un índice de impunidad del 90 % en los casos de asesinato de periodistas. Un total de 15 asesinatos en los últimos 10 años continúan sin resolverse, y la mayoría se ha atribuido a los criminales afiliados a los poderosos carteles de la droga o a funcionarios policiales y de gobierno corruptos. Los asesinatos de periodistas han disminuido ligeramente en los últimos tres años, pero la investigación del CPJ indica que el descenso se debe en parte a la autocensura que se ha afincado prácticamente en todos los rincones del país fuera de la capital. En mayo de 2012, un diario de Nuevo Laredo anunció oficialmente que no cubriría ningún tema relacionado con el crimen organizado. El Congreso y los gobiernos de los estados federalizaron los delitos contra la libertad de expresión el año pasado en una serie de prometedoras medidas diseñadas para trasladar los casos hacia fuera de corruptas jurisdicciones locales.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,131 casos no resueltos por 1 millón de habitantes
Año anterior: Ocupaba el octavo puesto con un puntaje de 0,132

8 Pakistán

La incapacidad de Pakistán de procesar siquiera a un solo sospechoso en los 23 casos de asesinato de periodistas de los últimos 10 años lo ha hecho escalar dos posiciones en el índice. Una nueva oleada de violencia aconteció en 2012, con cinco asesinatos. Uno de los pocos casos en avanzar de la investigación al juicio sufrió un duro golpe el año pasado cuando un testigo del asesinato en 2011 del reportero de Geo TV Wali Khan Babar fue baleado dos días antes de su turno para testificar. Los medios noticiosos de Pakistán son vibrantes y están unidos en la denuncia de la impunidad; en marzo, representantes de decenas de medios y organizaciones comenzaron a elaborar un plan para mejorar la seguridad de los periodistas como parte de la iniciativa de la ONU. Sin embargo, todo optimismo está matizado por una cruenta realidad: la investigación del CPJ muestra que los periodistas enfrentan un impresionante número de fuentes de amenazas, no solamente de los militantes y los señores de la guerra sino también de funcionarios de los aparatos militares, de seguridad y de gobierno.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,130 casos no resueltos por 1 millón de habitantes
Año anterior: Ocupaba el décimo puesto con un puntaje de 0,109

9 Rusia

Con 14 casos de asesinato de periodistas sin resolver desde 2003, Rusia es el noveno país con el peor registro del índice. Los periodistas del Cáucaso Norte han sido los más vulnerables en los últimos años; la víctima más reciente fue Kazbek Gekkiyev, presentador de un canal de televisión estatal que trabajaba en la región. Gekkiyev recibió tres balazos en diciembre de 2012 cuando regresaba del trabajo a la casa. El pésimo historial de Rusia en el enjuiciamiento de asesinos de periodistas llevó a que abogados de derechos humanos y la madre del periodista, quien está desaparecido y se presume que muerto,  presentaran un caso ante la Corte Europea de los Derechos Humanos, con el argumento de que Rusia fomenta un patrón de impunidad estatal en los asesinatos de periodistas. 

Puntaje en el índice de impunidad: 0,099 casos no resueltos por 1 millón de habitantes
Año anterior: Ocupaba el noveno puesto con un puntaje de 0,113

10 Brasil

Con nueve casos sin resolver, el puntaje de Brasil en el índice de impunidad ha subido dramáticamente en los últimos años. A pesar de sus compromisos declarados con la justicia, las autoridades brasileñas no han logrado ninguna nueva condena desde 2010. Cuatro periodistas fueron asesinados en 2012, el mayor saldo de víctimas fatales que el país ha visto en una década. Tres de las cuatro víctimas del 2012 trabajaban para publicaciones digitales. Entre ellas se encuentra el editor de sitio web Mario Randolfo Marques Lopes, quien había cubierto enérgicamente la corrupción gubernamental y policial. Los periodistas de los estados del interior, quienes trabajan lejos de los reflectores de los medios nacionales y en zonas donde las autoridades son débiles o corruptas, han sido particularmente vulnerables en Brasil.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,046 casos no resueltos por 1 millón de habitantes
Año anterior: Ocupaba el undécimo puesto con un puntaje de 0,026

11 Nigeria

El aumento sostenido de la violencia contra la prensa en los últimos años ha colocado a Nigeria en el índice por primera vez. Con cinco casos de asesinato de periodistas no resueltos, el país posee el segundo peor registro de impunidad del continente africano, solamente detrás de Somalia. Los periodistas que cubren las actividades del grupo extremista musulmán Boko Haram son particularmente vulnerables. En 2012, sujetos le asesinaron a tiros el periodista Enenche Akogwu del canal independiente Channels TV mientras informaba sobre las consecuencias de ataques terroristas en la norteña ciudad de Kano.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,031 casos no resueltos por 1 millón de habitantes
Año anterior: Nigeria no figuraba en el índice de impunidad del 2012

12 India

A pesar de su creciente imagen internacional, India permanece rezagada a la hora de garantizar la libertad de expresión y el Estado de Derecho. Las autoridades no han logrado ninguna condena en seis casos de periodistas asesinados por informar sobre la corrupción, la delincuencia o la política. En reiteradas ocasiones, según datos del CPJ, los arrestos efectuados tras un ataque no han terminado en enjuiciamientos. Ese es el caso de Rajesh Mishra, quien murió después de que unos agresores lo golpearan con una vara de hierro en marzo de 2012. Mishra trabajaba para un semanario en idioma hindi y había escrito sobre irregularidades financieras en las escuelas de la ciudad de Rewa. Las autoridades arrestaron a seis sospechosos el año pasado pero ninguno de ellos ha sido condenado.

Puntaje en el índice de impunidad: 0,005 casos no resueltos por 1 millón de habitantes
Año anterior: Ocupaba el duodécimo puesto con un puntaje de 0,005

Metodología

El Índice de Impunidad del CPJ calcula el número de asesinatos de periodistas no resueltos como un porcentaje en relación con la población del país. Para este índice, el CPJ examinó asesinatos de periodistas ocurridos entre el 1 de enero de 2003 y el 31 de diciembre de 2012, que permanecían sin resolver. Solo aquellas naciones con cinco o más casos sin resolver fueron incluidas en este índice.

El CPJ define como asesinato a todo ataque deliberado contra un periodista en particular en relación con el trabajo de la víctima. Asesinatos constituyen más del 70 por ciento de muertes entre periodistas relacionadas con su labor, según datos del CPJ. Este índice no incluye casos de periodistas caídos en combate o mientras realizaban tareas peligrosas como la cobertura de protestas callejeras.

Los casos son considerados no resueltos cuando no se obtuvo condena alguna. Los datos de población de los Indicadores Mundiales para el Desarrollo de 2011 del Banco Mundial fueron utilizados para calcular el puntaje de cada país.

Tabla estadística

Puestos País Casos no
resueltos
Población
(en millones)
Cálculo Puntaje
1 Irak 93 33 93/33 2.818
2 Somalia 23 9.6 23/9.6 2.396
3 Filipinas 55 94.9 55/94.9 0.580
4 Sri Lanka 9 20.9 9/20.9 0.431
5 Colombia 8 46.9 8/46.9 0.171
6 Afganistán 5 35.3 5/35.3 0.142
7 México 15 114.8 15/114.8 0.131
8 Pakistán 23 176.7 23/176.7 0.130
9 Rusia 14 141.9 14/141.9 0.099
10 Brasil 9 196.7 9/196.7 0.046
11 Nigeria 5 162.5 5/162.5 0.031
12 India 6 1,241.0 6/1,241 0.005