El último adiós: los funerales de algunos de los 72 periodistas palestinos muertos en 2023, entre ellos (comenzando por la parte superior izquierda, en el sentido de las manecillas del reloj): Hamza Al Dahdouh, quien es llorado por su padre; el periodista de Al-Jazeera Wael Al Dahdouh; Mohammed Soboh y Saeed al-Taweel; Hassouneh Salim y Sari Mansour; Mohammed Abu Hatab; y Samer Abu Daqqa, también de Al-Jazeera. (Fotos: AP, Reuters, AFP, Reuters, Reuters)

La guerra entre Israel y Hamás en Gaza eleva la cifra de periodistas muertos en 2023 a niveles catastróficos

Por Kathy Jones 

Más de las tres cuartas partes de los 99 periodistas y trabajadores de medios que murieron en todo el mundo en 2023 murieron en la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, y la mayoría de ellos eran comunicadores palestinos que fallecieron en los ataques israelíes contra Gaza. En tres meses más periodistas murieron en este conflicto que en cualquier otro país durante un año entero.

Investigar las circunstancias de estos casos de periodistas muertos relacionados con la guerra, que también incluyeron los casos de tres periodistas libaneses y dos periodistas israelíes, fue particularmente difícil, no solo por la elevada cifra de casos en poco tiempo, sino también por la muerte de aquellas personas que pudieron haber brindado más información. Los familiares de periodistas caídos murieron junto con ellos en Gaza, sus colegas murieron o huyeron, y las autoridades militares israelíes niegan rotundamente que hayan atacado deliberadamente a periodistas y, cuando reconocen que han matado a algún comunicador, proporcionan escasa información al respecto. Es posible que información crucial sobre la vida y la labor de estos periodistas se haya perdido para siempre. (Para conocer más sobre la metodología que empleamos para documentar casos de periodistas muertos, consulte aquí y aquí). 

El total mundial de 2023, el más elevado desde 2015 y un aumento de casi el 44 % con respecto a las cifras de 2022, incluye una cifra récord de periodistas (78) que, según lo determinaron las investigaciones del CPJ, murieron por su labor; otros ocho casos se siguen investigando. Además, 13 trabajadores de medios también murieron el año pasado. 

Si se excluye los casos de periodistas que murieron en Gaza, Israel y Líbano, los casos de periodistas muertos disminuyeron significativamente en comparación con 2022, año en que el CPJ documentó un total de 69 muertes entre periodistas, 43 de las cuales estuvieron relacionadas con la labor de los comunicadores. Si excluimos los casos de periodistas muertos en la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, 22 periodistas y trabajadores de medios murieron en todo el mundo en 2023. Las investigaciones del CPJ confirmaron que, en 13 de esos casos, los periodistas murieron por su labor; se continúa investigando las circunstancias que rodean a los demás casos. En los otros 18 países donde murieron periodistas en 2023, el CPJ documentó entre uno y dos casos en cada uno.

Sin embargo, la caída en esta cifra no indica que ejercer el periodismo sea más seguro en otras partes del mundo. De hecho, de acuerdo con la relación de casos de periodistas presos del CPJ, la cifra de periodistas encarcelados en 2023 —otro indicador clave de la situación de la libertad de prensa y de los periodistas—, continúa cerca de las cifras récord que se alcanzaron en 2022.

La polarización electoral, el auge del autoritarismo, la persistencia de conflictos y las poderosas y crecientes redes del crimen organizado crean condiciones que siguen poniendo en peligro al gremio periodístico. En algunos países, estas amenazas se han consolidado, lo cual ha tenido como consecuencia la muerte de, como mínimo, un periodista al año durante décadas. 

El homicidio de periodistas como represalia directa por su labor, lo cual el CPJ clasifica como asesinato, también persistió en 2023, y el CPJ documentó asesinatos de periodistas en nueve países de todo el mundo.

En México, donde la corrupción y el crimen organizado han hecho que sea particularmente difícil determinar si un periodista murió por su trabajo, la cifra total de periodistas muertos cayó de la cifra récord de 13 casos en 2022 a dos casos en 2023. No obstante, los periodistas siguen sufriendo ataques, hostigamiento, amenazas y secuestros, por lo cual un informe conjunto de Amnistía Internacional México y el CPJ, que será publicado en fecha próxima, concluyó que México “sigue siendo uno de los países más peligrosos para el ejercicio del periodismo”. 

Colegas y amigos se brindan consuelo durante una ceremonia celebrada el 15 de mayo de 2023 en Kiev para conmemorar la muerte del periodista de AFP Arman Soldin, quien murió el 9 de mayo de 2023 en el Dombás cuando cubría el conflicto en Ucrania. Soldin, coordinador de video de AFP en Ucrania, falleció cuando un equipo de AFP fue atacado con cohetes mientras estaba con un grupo de soldados ucranianos cerca de Bakhmut. (Foto: AFP/Sergei Supinsky)

El descenso en los casos de periodistas muertos en la guerra de Ucrania, de 13 muertes relacionadas con la labor en 2022 a dos en 2023, puede deberse a que ha mejorado la capacitación y la concientización de los periodistas en materia de seguridad, a que las autoridades ucranianas han aplicado reglas de acreditación más estrictas para las coberturas desde el frente de batalla y a que las zonas de combate no han sufrido grandes cambios. Sin embargo, los comunicadores que se desempeñan en Ucrania siguen corriendo grandes riesgos y en el comienzo de 2024 se han registrado bombardeos con misiles en los que han salido heridos periodistas y se han perpetrado ataques que pudieran ser deliberados

Si bien el número de periodistas muertos en otras regiones que no sean el Medio Oriente ha descendido en general, la cifra se ha mantenido constante en el África subsahariana, con seis periodistas muertos cada año desde 2021. Estas estadísticas abarcan tanto casos en los que los periodistas han muerto por su labor, como otros casos que se siguen investigando.

Cómo se ha aplicado la metodología del CPJ a la guerra entre Israel y Hamás en Gaza

Cambios en la clasificación

Los investigadores del CPJ han tomado medidas rigurosas para confirmar la información con un mínimo de dos fuentes sobre cada caso de periodista muerto que figure en nuestra base de datos. El primer paso es determinar si la víctima cumple con nuestra definición de periodista — una persona que cubre las noticias o que opina sobre asuntos públicos a través de cualquier medio— revisando ejemplos de su trabajo. El próximo paso es investigar si la muerte del periodista estuvo relacionada con su trabajo, para lo cual entrevistamos a la mayor cantidad de colegas, familiares, supervisores y amigos que sea posible para verificar los antecedentes y afiliaciones de los periodistas y los motivos probables de la muerte. Esclarecer estas circunstancias puede demorar meses o años, especialmente en zonas de guerra, y habitualmente actualizamos nuestra base de datos si recibimos nuevas informaciones. Desde que comenzamos a documentar los casos de periodistas muertos, al comienzo de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, hemos realizado los siguientes cambios a las fichas iniciales ingresadas en nuestra base de datos:   

  • Periodistas retirados de la lista de muertos

El CPJ ha retirado a dos víctimas palestinas de su lista de periodistas muertos por su labor: una persona que fue reportada como fallecida, pero luego apareció viva; y otra cuya familia aclaró después que no era periodista ni trabajador de medios. También retiramos el nombre de dos periodistas israelíes que se encontraban entre las decenas de víctimas mortales del ataque de Hamás contra un festival de música en Israel el 7 de octubre, luego de que sus medios noticiosos dijeran al CPJ que no se les había asignado la cobertura del festival. (La base de datos del CPJ sobre casos de periodistas muertos en todo el mundo incluye solamente los casos de aquellos periodistas que han muerto por su labor o se cree que pudieron haber muerto por su labor).

  • Asesinatos

Conforme el CPJ y otras organizaciones investigan la causa de la muerte de un periodista, pueden determinar que ese periodista fue asesinado por su trabajo. El CPJ clasificó como asesinato la muerte, ocurrida en 2023, del videógrafo de Reuters Issam Abdallah, y analiza pruebas que indican que las Fuerzas de Defensa de Israel atacaron deliberadamente a más de una decena de periodistas.

Conclusiones clave de las investigaciones del CPJ sobre casos de periodistas muertos en 2023:

Crece la preocupación por el homicidio de periodistas  

El periodista de Reuters Issam Abdallah (a la izquierda), visto aquí en una imagen de video tomada el 13 de octubre, el mismo día y en el mismo lugar del sur del Líbano donde murió a causa de los disparos de tanques israelíes contra el lado libanés de la frontera. En el ataque resultaron heridas otras seis personas, entre ellos dos integrantes de un equipo de Al-Jazeera, cuyo auto quedó destruido (a la derecha). (Fotos: Reuters/Issam Abdallah, Reuters/Thaier Al-Sudani)

El homicidio de periodistas en represalia directa por su labor, lo cual el CPJ clasifica como asesinato, persistió en 2023, y se registraron casos en nueve países.

Casi todos los periodistas que han muerto en la guerra entre Israel y Hamás en Gaza eran palestinos, y el CPJ ha planteado su preocupación por los ataques deliberados contra periodistas por parte de las fuerzas militares israelíes. Entre estos casos se encuentra el de Issam Abdallah, un videógrafo libanés que trabajaba para la agencia Reuters. Las investigaciones independientes de organizaciones de noticias internacionales y organizaciones defensoras de los derechos humanos han hallado pruebas que indican que las fuerzas israelíes atacaron deliberadamente a un grupo de reporteros, matando a Abdallah e hiriendo a otros seis, en el sur del Líbano el 13 de octubre. Todos los periodistas llevaban credenciales de prensa y cubrían los enfrentamientos fronterizos entre las Fuerzas de Defensa de Israel y milicianos pro-Hamás pertenecientes al grupo libanés Hizbulá, en los días siguientes a los devastadores bombardeos que Israel lanzó contra Gaza en respuesta al mortal ataque del 7 de octubre perpetrado por Hamás. Las investigaciones concluyeron que, cuando el grupo de Abdallah fue alcanzado por dos obuses israelíes, informaba desde un lugar donde no había combates.

En enero de 2024, los comunicadores Hamza Al Dahdouh y Mustafa Thuraya murieron en un ataque, que Israel reconoció que había sido deliberado, contra el auto en que viajaban. Las autoridades israelíes acusaron a Al Dahdouh, quien trabajaba para la cadena Al-Jazeera, y al periodista freelance Thuraya, de ser miembros de grupos terroristas, una acusación rechazada firmemente por Al-Jazeera y los familiares y colegas de ambos periodistas. En un reporte publicado en mayo de 2023, titulado “Patrón mortal”, el CPJ había señalado varios casos en los que periodistas muertos a manos de las fuerzas israelíes habían sido acusados de terroristas sin que se presentara ninguna prueba confiable contra ellos.

El CPJ, junto con otras organizaciones, investiga si decenas de periodistas, y en algunos casos sus familiares, que murieron en la guerra entre Israel y Hamás en Gaza también fueron atacados deliberadamente por las fuerzas israelíes. Entre estos casos se encuentra el del camarógrafo de Al-Jazeera Samer Abu Daqqa, quien murió desangrado cuando las autoridades israelíes bloquearon intentos para evacuarlo. Estas muertes se investigan teniendo como telón de fondo el informe “Patrón mortal”, que concluyó que efectivos de las Fuerzas de Defensa de Israel habían matado a por lo menos 20 periodistas en los últimos 22 años y que nadie había sido enjuiciado ni había rendido cuentas por estas muertes.

Pasando a otras regiones, los homicidios de periodistas siguen siendo una constante en países como Filipinas, México y Somalia, que históricamente han tenido elevadas tasas de homicidio de periodistas. De 1992 a 2023, 94 de los 96 periodistas que murieron por su labor en Filipinas fueron asesinados; 61 de las 64 muertes relacionadas con la labor periodística en México fueron asesinatos, al igual que 48 de 73 en Somalia. Cabe destacar que en estos países los periodistas murieron con una frecuencia constante: por lo menos un periodista por año fue muerto durante casi dos décadas o más.

En Filipinas, los periodistas radiales son particularmente vulnerables, ya que la radio sigue siendo una plataforma influyente. Cresenciano “Cris” Bundoquin, un periodista radial que cubría la política local, recibió por lo menos cinco disparos a manos de dos sicarios que iban montados en una motocicleta, cuando él abría una tienda de su propiedad.

En Somalia, la cantidad de periodistas muertos no supera las cifras récord que el CPJ registró entre 2009 y 2013, pero la impunidad sigue siendo un grave problema y los esfuerzos del Gobierno por enjuiciar a los asesinos de periodistas no pasan de la mera retórica. Pasando a otros países africanos, los casos de periodistas asesinados repuntaron en Camerún en 2023, ya que por lo menos dos periodistas, Martinez Zogo y Jean-Jacques Ola Bebe, fueron asesinados en medio de una lucha por el poder y por los recursos del Estado entre facciones del Gobierno liderado por el presidente Paul Biya, quien sufre problemas de salud. 

Homenaje al periodista asesinado Martinez Zogo en Camerún el 23 de enero de 2023. El popular periodista radial fue secuestrado el 17 de enero del mismo año y hallado muerto unos días después. Martinez Zogo informaba frecuentemente sobre casos de corrupción, y no vacilaba en mencionar a personalidades importantes. (Foto: AFP/Daniel Beloumou Olomo)

Una escalofriante estadística complementa las cifras de periodistas muertos en México, país que reiteradamente ha sido uno de los más peligrosos del mundo para el ejercicio del periodismo. Aunque en 2023 solamente se documentaron dos casos con motivos pendientes de confirmación, México tiene el mayor número de periodistas desaparecidos de todo el mundo, con un total de 16, muchos de ellos por una década o más sin que se sepa su paradero. 

Es poco probable que se haga justicia en los casos de periodistas asesinados. Según el Índice de Impunidad de 2023 del CPJ, de los casi mil asesinatos que el CPJ ha documentado desde que comenzó a recopilar estadísticas en 1992, 757, más del 79 %, han quedado en absoluta impunidad.

Documentar los casos de 2023 fue especialmente difícil 

El CPJ investiga de manera independiente cada caso de periodista muerto, para determinar si murió por su labor. Durante toda investigación, los investigadores entrevistan a familiares, amigos, colegas y autoridades para conocer lo más posible sobre la labor de un periodista y las circunstancias de cada muerte. Como se señaló anteriormente, esto fue particularmente difícil por el elevado número de casos en un período tan corto en Gaza y por la falta de acceso independiente a ese territorio.

Aparte de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, otras fuerzas bloquearon los esfuerzos del CPJ por contar los hechos en torno a la muerte de periodistas en 2023. En los ocho casos en que el CPJ no pudo confirmar que los periodistas habían muerto por su labor, la falta de información por parte de las autoridades, a veces estimulada por la presión de actores criminales y corruptos, hace que estas muertes sigan rodeadas del misterio. Algunos de estos casos son los siguientes:

  • Nelson Matus Peña, quien sobrevivió un atentado y fue asesinado a disparos en un estacionamiento de Acapulco, México.
  • Juan Jumalon, quien fue asesinado durante una transmisión en directo desde su emisora, instalada en su propia casa, en Filipinas.
  • Abdifatah Moalim Nur (Quys), quien murió en un atentado suicida en un restaurante de la capital somalí, Mogadiscio. 

Incluso si determinamos que un periodista fue muerto por su labor, puede ser difícil obtener detalles sobre su caso. Debido a que casi todos los periodistas que murieron por su labor (77 de 78 en 2023) eran periodistas locales, y con frecuencia cubrían la delincuencia, los conflictos y la corrupción en sus comunidades, su muerte raramente atrae la atención internacional, y la presión que reciben sus familiares y colegas para que se queden callados puede frustrar la búsqueda de justicia. Dado que los poderosos, ya sea en el Gobierno o en organizaciones criminales, a menudo intentan sepultar estas investigaciones, los casos de muchos periodistas que murieron hace años siguen sin resolverse.

Incluso si las cifras bajan, ello no implica mayor seguridad

Las investigaciones del CPJ han demostrado que los peligros para el ejercicio del periodismo no desaparecen, incluso en países donde la cifra de muertes descendió en 2023. 

México es un importante ejemplo de por qué los crímenes contra periodistas pueden bajar, pero la situación sigue igual de peligrosa. Aunque la cantidad de casos de periodistas muertos en México registró un significativo descenso, de 13 en 2022 a dos en 2023 (esta cifra incluye tanto casos relacionados con la labor periodística como casos en los que se sigue investigando el motivo), no hubo ninguna política gubernamental ni cambio en la sociedad que explicara un descenso que puede haber sido una anomalía estadística. (Si bien otros periodistas murieron en México en 2023, el CPJ no incluyó sus casos en su base de datos, pues concluyó que habían muerto por motivos ajenos a la profesión).

Lo que sí queda claro con respecto a México es que se registró un gran número de ataques no mortales en 2023, al nivel de las cifras de años anteriores, y en algunos casos la intención pudo haber sido matar al periodista. Los periodistas continuaron enfrentando hostigamiento y amenazas del crimen organizado y funcionarios públicos, y la impunidad sistémica facilitó estos ataques. Organismos gubernamentales mexicanos espían a periodistas y defensores de los derechos humanos, y una cantidad significativa de periodistas han tenido que abandonar sus hogares y la profesión por causa de la violencia.

En Haití también se registró un descenso en los casos de periodistas muertos en 2023, pero el país sigue aquejado por la violencia y la inestabilidad. En los últimos dos años ha habido un aumento en las agresiones físicas por parte de la policía y las pandillas, y es sumamente probable que los crímenes cometidos contra periodistas queden en la impunidad.

Se espera que las amenazas contra los periodistas continúen en todo el mundo en 2024, conforme persistan los conflictos, la impunidad siga siendo sistémica y un número récord de elecciones cruciales se celebren en muchos países de todo el mundo. 

Metodología

La base de datos del CPJ sobre casos de periodistas muertos se divide en dos categorías principales: “casos confirmados” y “casos pendientes de confirmación”. Los casos de periodistas muertos se clasifican como “confirmados” cuando las pruebas indican que un periodista fue muerto por su trabajo, y como “pendientes de confirmación” cuando no existe suficiente información para determinar el motivo de la muerte.
 
Desde la invasión a gran escala de Rusia contra Ucrania en febrero de 2022, el CPJ ha determinado que, en los casos de todos los periodistas que están en una zona de guerra, cuya muerte y credenciales periodísticas el CPJ haya podido verificar, está “confirmado” que el periodista estaba trabajando, ya sea desde su casa o en el terreno, a no ser que se pueda probar definitivamente lo contrario. Esta suposición se basa en el hecho de que los avances tecnológicos le permiten a un periodista trabajar desde cualquier parte.

Los casos confirmados de periodistas muertos se dividen en tres subcategorías: asesinatos como represalia por el trabajo periodístico, muertes en zonas de combate o en fuego cruzado y muertes en coberturas peligrosas. El CPJ también documenta los casos de muerte de trabajadores de medios, como los traductores, los choferes y los guardias de seguridad.

El CPJ sigue investigando los casos pendientes de confirmación siempre que sea posible, y cambia la clasificación cuando obtenga nueva información. (Conozca más sobre cómo recabamos y clasificamos nuestros datos).Las investigaciones y el trabajo de documentación del CPJ abarca a todos los periodistas, que definimos como aquellas personas que se involucran en la búsqueda y difusión de noticias. Esta definición abarca tanto a los periodistas que trabajan para una amplia gama de medios noticiosos privados y públicos, como a los periodistas freelance. En los casos que hemos documentado, hasta la fecha múltiples fuentes no han encontrado pruebas de que ningún periodista estuviera involucrado en actividades propias de un militante.