Por Rebecca Redelmeier, responsable de participación de las audiencias del CPJ
Como lo demuestran las numerosas investigaciones que organismos federales realizan en torno al asalto del 6 de enero contra el Capitolio federal estadounidense, existe una gran preocupación por la difusión de desinformación sobre las elecciones estadounidenses. Sin embargo, Estados Unidos no es la única nación que se enfrenta a este fenómeno: la desinformación se ha esparcido por todo el mundo, en particular durante acontecimientos de vital importancia como las elecciones nacionales.
“No depende de idiomas ni de regiones, ni respeta fronteras”, declaró al CPJ por vía telefónica Jane Lytvynenko, reportera de BuzzFeed News que cubre el tema de la desinformación. “No quisiera sonar muy negativa, pero esto va a ser una tendencia duradera tanto dentro de las elecciones como fuera de las elecciones”.
Cuando la desinformación prolifera, los periodistas desempeñan un papel fundamental en los intentos por verificar los hechos. “Es como [si los periodistas estuvieran] en el terreno atentos a una pelota que se eleva y tratamos de cogerla”, declaró al CPJ Aimee Rinehart, subdirectora para Estados Unidos de First Draft, centro de investigación que se dedica a combatir la desinformación.
El CPJ conversó con periodistas de Serbia y Venezuela, donde la desinformación fue una de las tácticas empleadas por el partido gobernante para consolidar el poder en elecciones boicoteadas por la oposición, y en Etiopía, donde la desinformación pudiera desempeñar un importante papel en las elecciones previstas para junio. Los periodistas explicaron al CPJ la importancia de dar cobertura a la desinformación y corregirla sin importar su cantidad, y cómo lo hacen.
Serbia
El 21 de junio de 2020, Serbia celebró las elecciones parlamentarias que se habían postergado en abril por la pandemia de la COVID-19. El Partido Progresista Serbio, del presidente Aleksandar Vučić, obtuvo la mayoría de los escaños en el Parlamento nacional, ante el boicot y las acusaciones de ilegitimidad por parte de la oposición, que argumentó que la ausencia de normas democráticas en Serbia, el control de los medios estatales y los peligros de votar durante la pandemia descartaban la posibilidad de unas elecciones imparciales.
Antes de las elecciones, el equipo de Istinomer, organización serbia especializada en verificar los hechos, se dedicó a refutar afirmaciones falsas diseminadas por Vučić y sus seguidores, las cuales daban una imagen positiva del presidente.
Por ejemplo, el equipo de Istinomer descubrió que Vučić había afirmado que Serbia tenía una de las tasas de mortalidad por la COVID-19 más bajas de Europa, en una publicidad electoral que había enviado a personas mayores semanas antes de la votación, declaró al CPJ por vía telefónica Milijana Rogač, periodista de Istinomer. Al verificar los hechos, Istinomer informó que había, como mínimo, 20 naciones europeas que tenían tasas de mortalidad por la COVID-19 más bajas en ese momento.
“Escuchábamos durante la campaña del partido gobernante el mensaje de que ‘vencimos al coronavirus, somos así de buenos, triunfamos’. Pero luego, tras las elecciones, las cifras [de casos de la COVID-19] cambiaron completamente”, señaló Rogač.
En los días siguientes a las elecciones, Istinomer también refutó las declaraciones ofrecidas por Vučić en un discurso en el sentido de que las elecciones habían sido “las más tranquilas, las más limpias y la mejor campaña hasta la fecha”. El equipo de verificación de los hechos utilizó como fuente las investigaciones de observadores electorales imparciales, quienes habían hallado irregularidades, actos de corrupción y cambio de reglas durante las elecciones. “Se podía decir que eso no era verdad de acuerdo con los informes sobre el proceso electoral”, expresó Rogač.
Rogač y sus compañeros son objeto de hostigamiento por su labor de verificación de los hechos. Políticos del partido gobernante, tabloides y usuarios de las redes sociales los han tildado de “enemigos” y los han acusado de trabajar para el partido opositor, afirmó Rogač. En ocasiones, los ataques son más graves. “Hace un año, justo después del décimo aniversario [del sitio web], fuimos objeto de un ataque de Internet [DDoS]”, comentó Rogač. “Fue alarmante. De pronto todo dejaba de funcionar. Fue muy, muy horrible”. El equipo presentó una querella ante el Ministerio del Interior serbio a raíz del ataque. No obstante, ha pasado más de un año y, según Rogač, no han recibido noticias de parte del ministerio.
“Como periodistas, lo único que podemos hacer es no rendirnos”, sostuvo Rogač. “Hacer preguntas, llamar a las instituciones y a los políticos y a los funcionarios públicos, y demostrarles que estamos aquí. No vamos a renunciar a los hechos”.
Un portavoz del Gobierno serbio no respondió a la solicitud del CPJ para que declarara sobre el asunto.
A la izquierda: El presidente serbio Aleksandar Vučić (al centro) hace cola para depositar su papeleta en un centro de votación en Belgrado, Serbia, el 21 de junio de 2020. (AFP/Andrej Isakovic) A la derecha: Fila de votantes en un centro de votación en una escuela de Caracas, Venezuela, el 6 de diciembre de 2020. (AFP/Yuri Cortez) Ambas elecciones fueron boicoteadas por la oposición.
Venezuela
El 6 de diciembre de 2020, los aliados del presidente venezolano Nicolás Maduro obtuvieron la mayoría de los escaños de la Asamblea Nacional en elecciones legislativas que fueron boicoteadas por la oposición. Líderes opositores habían planteado su preocupación por que la Corte Suprema hubiera inclinado la balanza del proceso electoral a favor de Maduro al designar al consejo electoral sin consultar a la Asamblea Nacional anterior, dominada por la oposición, entre otras medidas.
Ante el boicot, dirigentes políticos del Gobierno de coalición encabezado por Maduro, medios de comunicación simpatizantes del Gobierno y periodistas de medios estatales inundaron la Internet con mensajes que pretendían aumentar la confianza sobre la integridad de las elecciones legislativas, Marianela Balbi, directora de la organización defensora de la libertad de prensa IPYS Venezuela, declaró al CPJ en entrevista telefónica.
“El objetivo del Gobierno era imponer su discurso de victoria, de legitimidad, de participación popular, de participación de una oposición hecha a su medida, fué asi desde el comienzo”, expresó Balbi. “Utilizaron toda la maquinaria comunicacional puesta al servicio de esos objetivos”.
En Twitter, por ejemplo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) aseguró que las elecciones eran supervisadas por observadores internacionales, inclusive de Estados Unidos, una afirmación rechazada por la Misión de Estados Unidos ante la Organización de los Estados Americanos.
Balbi señaló que su equipo de ocho personas dio seguimiento a la desinformación en el período previo y en la jornada electoral, pero que había optado por no refutar la desinformación en tiempo real por las dudas de que semejante labor pudiera detener la avalancha. En lugar de ello, la semana posterior a las elecciones el equipo publicó un extenso informe: una investigación de seis partes sobre cómo se había esparcido la desinformación y quién la había esparcido.
En sus informes, IPYS Venezuela identificó cuatro fuentes de desinformación: medios de comunicación oficialistas, periodistas cercanos al oficialismo, instituciones políticas como los partidos y el CNE, y dirigentes políticos y voceros del Gobierno. Concluyó que la desinformación había comenzado con Maduro, periodistas cercanos al oficialismo y otros políticos, y que luego era diseminada por instituciones políticas y otros medios de comunicación.
“Tenemos que registrar lo que está pasando, declaró Balbi. “Tenemos que dejar un testimonio claro, estructurado, sistemático de cómo se construyó este modelo de censura, cómo funciona, cómo se exporta, cómo cambió todo el ecosistema de medios en Venezuela”, al presentar un relato dominante que en gran medida no fue cuestionado por la prensa tradicional. “Y también queremos, frente a eso, impulsar [el hecho de] que aún quedan ventanas, quedan espacios, que aún hay periodistas que quieren hacer el trabajo, que se siguen formando”.
Ni el Ministerio de Comunicación e Información de Venezuela ni el organismo nacional regulador de las telecomunicaciones respondieron a las llamadas y los correos electrónicos del CPJ.
Etiopía
El 5 de junio de 2021, Etiopía debe celebrar comicios municipales, regionales y parlamentarios, los que estaban previstos para agosto de 2020 y se postergaron por la pandemia de la COVID-19. En dichas elecciones, el primer ministro Abiy Ahmed, del Partido de la Prosperidad, intentará consolidar su posición frente a partidos opositores que pretenden incrementar su poder en las instancias de Gobierno regionales y federales, según versiones periodísticas. Periodistas etíopes declararon al CPJ que esperan una avalancha de desinformación electoral, y señalan como ejemplo el reciente aumento de la desinformación en torno al actual conflicto por el control de la región de Tigray, donde se enfrentan fuerzas del Gobierno federal etíope y fuerzas leales al antiguo Gobierno regional de Tigray.
Conforme el conflicto se ha intensificado —lo cual ha provocado que las Naciones Unidas haya advertido sobre la posibilidad de que se cometan crímenes de guerra— ambas partes del conflicto han diseminado información falsa. Por ejemplo, desde el principio Abiy declaró ante el Parlamento que ningún civil había muerto en una operación militar realizada en noviembre en Tigray, afirmación rechazada por médicos locales, según el diario The New York Times. De la otra parte, cuentas de las redes sociales que simpatizan con el antiguo Gobierno regional han compartido publicaciones con una foto que presuntamente capta los cadáveres de soldados federales. En realidad se trataba de una imagen tomada de una película, según lo descubrió la AFP. Existe una infinidad de otros ejemplos, según informaciones de prensa.
Un periodista etíope declaró al CPJ que, de cara al futuro, le preocupan la desinformación y los comicios. “Las elecciones van a ser un momento duro para nosotros”, afirmó el periodista, que solicitó el anonimato para declarar, por motivos de seguridad. “Creo que vamos a ver mucha desinformación, ya estamos viendo el comienzo”. El periodista sostuvo que ya había visto cómo usuarios de las redes sociales repetían falsedades relacionadas con los comicios, como, por ejemplo, que la directora de la junta electoral de Etiopía había abandonado su cargo y se había mudado a Estados Unidos y que líderes opositores planeaban sumarse al Partido de la Prosperidad, encabezado por Abiy. Al periodista le preocupa que tales rumores creen una sensación de incertidumbre y confusión a la hora de asistir a las urnas.
Antes de la votación, una organización sin fines de lucro etíope, el Centro para el Avance de los Derechos y la Democracia, les ha enseñado a los periodistas el abecé de la cobertura periodística sobre la desinformación.
“Les damos [capacitación] sobre cómo distinguir la información falsa, cómo verificar los hechos, cómo utilizar la tecnología y los recursos para las investigaciones y la verificación de hechos”, Befekadu Hailu, conocido bloguero etíope y cofundador y director ejecutivo de la organización, declaró al CPJ en entrevista telefónica. Hailu destacó la importancia de dotar a los periodistas locales con las herramientas para verificar los hechos en sus propios idiomas, puesto que muchas de las organizaciones etíopes que se dedican a verificar los hechos publican en idioma inglés, lo cual no llega a un amplio sector de la población etíope.
El periodista que solicitó el anonimato declaró al CPJ que siente temor por la libertad de prensa durante el período electoral, pues tanto los partidarios del Gobierno federal como sus detractores continúan atacando a los periodistas en la Internet. “Anteriormente, los periodistas solían temer al Gobierno, lo que temían era ser arrestados. Sin embargo, ahora, estos activistas o turbas de las redes sociales no tienen una dirección domiciliar”, sostuvo. “Por eso, los periodistas tienen miedo, porque alguien puede actuar contra ellos por algo que escribieron en Facebook”.
Ni el vocero del primer ministro etíope ni la Autoridad de Radiodifusión de Etiopía respondieron a los pedidos que el CPJ les envió para que dieran una declaración.
Rebecca Redelmeier es la responsable de participación de las audiencias del CPJ. Anteriormente, preparó para NewsWhip informes y reportajes de datos sobre cómo las audiencias digitales interactúan con el contenido, y se desempeñó como reportera del diario digital Daily Maverick de Sudáfrica.