Ciudad de México, 13 de enero de 2020—El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) instó hoy a las autoridades mexicanas a iniciar una investigación transparente y seria sobre la muerte del periodista Fidel Ávila Gómez, cuyo cadáver fue encontrado el 7 de enero cerca de la frontera entre los estados de Michoacán y Guerrero.
Ávila, gerente y locutor de la radioemisora La Ke Buena en la localidad de Huétamo, Michoacán, desapareció el 29 de noviembre, según versiones de medios locales y nacionales. Un familiar que habló hoy con el CPJ a cambio de mantener el anonimato por su propia seguridad, declaró que la labor de Ávila en la emisora pudiera haberlo puesto en la mirilla de la organización del crimen organizado local La Familia Michoacana. El familiar declaró que era posible que cuestiones como el “dinero para la protección” o la cobertura del crimen organizado pudieran haber desempeñado un papel en su asesinato.
“El asesinato de Fidel Ávila representa un comienzo de año alarmante y trágico para México, que ya es uno de los países más peligrosos para el ejercicio del periodismo”, declaró Jan-Albert Hootsen, representante del CPJ en México. “El Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no puede seguir ignorando la epidemia de impunidad que afecta a la prensa mexicana”.
El Universal informó que el cadáver de Ávila había sido hallado en una brecha cerca del municipio de San Lucas en Michoacán. El artículo, que citaba a la Fiscalía General del Estado, indicaba que Ávila había sido asesinado a tiros. El artículo no mencionó la fecha probable del asesinato, ni si las autoridades estatales habían abierto una investigación. No se ha brindado más información sobre el posible motivo del asesinato a los medios locales y nacionales. El familiar expresó que no podía ofrecer más información sobre el posible momento de la muerte del periodista.
De acuerdo con El Universal y Radio Fórmula, la familia de Ávila había denunciado su desaparición el 2 de diciembre. Letra Roja, un sitio noticioso, informó el 8 de enero que el periodista había sido visto por última vez el 29 de noviembre, cuando se dirigía a Ciudad Altamirano, en el estado de Guerrero, para participar en un festival cultural. El CPJ no ha podido determinar si Ávila tenía previsto cubrir el festival.
Según Letra Roja, sujetos armados habían interceptado a Ávila en el camino y lo habían obligado a entrar a un SUV blanco. Entre el 9 y el 13 de enero, el CPJ intentó comunicarse por vía telefónica en varias ocasiones con la Fiscalía General del Estado de Michoacán para conocer más detalles, pero no recibió respuesta.
Ávila, de 46 años, era gerente y locutor de noticias de La Ke Buena, una emisora de Huétamo. El familiar del periodista declaró al CPJ que Ávila había trabajado ahí durante 20 años, administrando las finanzas de la emisora y presentando noticieros con regularidad.
Entre el 9 y el 13 de enero, el CPJ intentó comunicarse varias veces por vía telefónica con La Ke Bueno para solicitar una declaración, pero no obtuvo respuesta.
Un funcionario del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas, una entidad federal que otorga protección a periodistas, declaró al CPJ el 10 de enero que Ávila no se había incorporado a ningún programa de protección. El mecanismo no estaba al tanto de ninguna amenaza contra la vida del periodista, según el funcionario, quien solicitó el anonimato por no estar autorizado para hablar sobre el asunto.
Huétamo está ubicado en la Tierra Caliente, una región del sur de Michoacán donde varios grupos del crimen organizado disputan una guerra por el control de territorio. En los últimos años, se ha convertido en una de las regiones más violentas de México, según informaciones de prensa. En los primeros tres trimestres de 2019, se cometieron más de 1300 homicidios en el estado, de acuerdo con el Observatorio Ciudadano de Michoacán, la cifra más alta en siete años.
El grupo del crimen organizado La Familia Michoacana ha estado activo en Michoacán por más de una década. Tales bandas son notorias por sus redes de extorsión, que exigen a los comerciantes sumas de dinero a cambio de la protección del negocio, según versiones periodísticas. Si el propietario no paga, con frecuencia resulta secuestrado, torturado y asesinado.
“La banda exige dinero a los comerciantes locales a cambio de protección, y ellos sabían que Fidel administraba los contratos de la radioemisora”, el familiar del periodista declaró al CPJ. “Creemos que se lo pueden haber llevado porque no podía o no estaba dispuesto a pagar”.
El familiar agregó que La Familia Michoacana a veces exigía que La Ke Buena transmitiera o retuviera información sobre el crimen organizado en la región. “Es posible que ello haya desempeñado un papel en su asesinato, pero no estamos seguros”, expresó el familiar.
México es el país más peligroso del hemisferio occidental para el ejercicio del periodismo. Según datos del CPJ, como mínimo cinco periodistas fueron asesinados en 2019 en represalia directa por su labor. El CPJ investiga otros seis asesinatos para determinar el motivo.