Los asesinatos de dos blogueros marcan un aumento en la violencia letal contra la prensa. Por John Otis

(AFP/Yasuyoshi Chiba)
 

Atacan a blogueros mientras crecen los asesinatos en Brasil

Por John Otis

El 23 de abril de 2012, Décio Sá, el periodista y bloguero más influyente del estado de Maranhão, al norte de Brasil, cayó muerto a raíz de tres disparos en la cabeza efectuados por un hombre armado que huyó en una motocicleta. Sá fue asesinado dos meses luego del asesinato de Mario Randolfo Marques Lopes, un combativo bloguero que dirigía un sitio web de noticias local en Barra de Piraí, una ciudad ubicada a unas 90 millas al noroeste de Rio de Janeiro.

La presidenta Dilma Rousseff ha tratado de restar importancia a los peligros que enfrentan los periodistas brasileños. (AFP/Yasuyoshi Chiba)

Las muertes de Sá y Randolfo, los primeros blogueros brasileños en ser asesinados por su labor informativa, son parte de un aumento más amplio en los crímenes contra periodistas en el país desde 2011. El caso de Randolfo es también emblemático de la difícil situación que atraviesan los reporteros provinciales en Brasil: sin vínculos con los medios de comunicación en los centros urbanos, estos periodistas carecen de visibilidad y del apoyo de sus colegas a nivel nacional. Un perfil tan bajo puede significar que las autoridades no sientan la presión de resolver los ataques a la prensa del interior del país. Los ataques no resueltos, a su vez, pueden disuadir a los reporteros provinciales a investigar temas relacionados con el crimen y la corrupción en sus regiones.

Cuando se registra cualquier tipo de violencia contra periodistas, esto implica una amenaza a otros reporteros que podrían querer realizar el mismo tipo de trabajo”, afirmó Marcelo Moreira, jefe de información de TV Globo en Rio de Janeiro y presidente de la Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación o ABRAJI por sus siglas en portugués. “Esto es especialmente cierto en Brasil en donde el número de ataques está creciendo. Por este motivo estamos tan preocupados”.

Periodistas y agentes de las fuerzas de seguridad indicaron al CPJ durante visitas en septiembre de 2012 a Sao Luis, Barra do Piraí y Rio de Janeiro que Sá y Randolfo probablemente hayan sido el blanco de estos ataques debido a los agresivos informes que realizaban sobre casos locales de corrupción política y crimen organizado, notas periodísticas que fueron, en gran medida, ignoradas por los medios más importantes del país establecidos en Rio de Janeiro y Sao Paulo.

Los periodistas radiales han sido con frecuencia ejecutados a tiros en áreas periféricas de Brasil debido a su labor informativa agresiva, y en muchas ocasiones, sesgada políticamente. Pero los blogueros, considerados más independientes que los periodistas radiales, han ganado influencia en muchas de las ciudades y poblaciones más pequeñas del país. De este modo, los blogueros lograron convertirse en el nuevo blanco de quienes desean amordazar a los medios brasileños. “Tradicionalmente, el mayor número de muertes de periodistas en el interior se dio entre periodistas de radio”, afirmó al CPJ Jose Reinaldo Marques, investigador de la Asociación Brasileña de Prensa o ABI por sus siglas en portugués, un grupo radicado en Rio de Janeiro. “Pero eso fue así hasta que aparecieron los blogueros”.

No hay cifras oficiales sobre el número de blogs de noticias que existe en Brasil. Una encuesta de 2011 realizada por el Comité Gestor de Internet en Brasil (Comitê Gestor da Internet no Brasil o CGI por sus siglas en portugués), organismo dependiente del gobierno brasileño, reveló que un16 por ciento de usuarios de Internet en áreas urbanas había creado blogs. Los datos no revelan nada sobre la naturaleza de las publicaciones, pero es obvio que están surgiendo blogs y nuevos sitios serios de noticias en Internet enfocados en asuntos de actualidad en todo el país. Por ejemplo, en la ciudad de São Luis, la capital del estado de Maranhão donde fuera asesinado Sá, existen unos 20 blogs que cubren noticias, temas políticos y tienen amplia difusión, según señala Marco Aurélio D’Eça, un bloguero quien fuera uno de los mejores amigos de Sá.

D’Eça indicó al CPJ que los blogs y los sitios de noticias Web han desplazado a la radio como el medio más importante en muchas capitales y ciudades provinciales. Estas regiones a menudo carecen de periódicos o emisoras de televisión locales con cobertura agresiva y se han visto, en gran medida, ignoradas por los medios masivos de Brasil. Las emisoras radiales fueron quienes alguna vez llenaron este espacio, pero muchas son propiedad de políticos, y sus reporteros suelen producir notas que favorecen a sus superiores, explicó. Aunque algunos blogueros también están alineados y reciben pagos de políticos, afirmó D’Eça, él y muchos otros blogueros independientes “tienen más libertad para investigar” cuestiones como el contrabando de drogas, la trata de personas y los delitos ambientales.

Además, las noticias en la radio generalmente apuntan a un público con menor educación y se transmiten durante unos pocos minutos. En contraste, continuó D’Eça, las notas sobre información local y los comentarios publicados en Internet pueden tener más repercusión porque están dirigidos a un público más instruido conformado por políticos, líderes empresariales y formadores de opinión. Asimismo, las publicaciones en los blogs se hallan disponibles en Internet durante meses y pueden republicarse y enviarse por correo electrónico para alcanzar a una audiencia más amplia. En consecuencia, los casos de corrupción, escándalos políticos y rumores en las áreas rurales de Pernambuco, Mato Grosso, Bahía y otros estados, temas que en el pasado habrían quedado reducidos sólo dentro del ámbito local, pueden ser ahora leídas por los usuarios de Internet en todo el país y pueden ser reproducidas por los medios principales.


Sá, de 42 años, era un veterano reportero político del mayor periódico de la región, O Estado do Maranhão, propiedad de la familia Sarney, dinastía política encabezada por el ex Presidente y actual titular del Senado José Sarney, cuya hija, Roseana Sarney, es gobernadora del estado. El diario en general evita las investigaciones o los artículos críticos sobre los Sarney, sostuvo Saulo McClean, reportero policial de O Estado do Maranhão. McClean escribe notas basándose en informes policiales, pero afirmó que pocas veces sus editores lo impulsan a profundizar.

Sá, no obstante, logró renombre fuera del periódico cuando en 2006 empezó con el blog independiente Blog do Décio que, de modo agresivo, cubría la colusión entre la política y el crimen organizado. “Décio tenía que seguir la línea editorial en su tarea en el diario pero no así en su blog”, comentó McClean. “Su blog era más informal. Incluía rumores y chismes, pero siempre iba detrás de los peces gordos”. En poco tiempo se convirtió en uno de los blogs más leídos en el estado. Las fuentes de Sá eran tan buenas que, a veces, iba demasiado lejos y comprometía las investigaciones policiales, afirmó el jefe de policía de Maranhão Aluísio Mendes. “Era muy agresivo”, señaló Mendes al CPJ. “Todos leían su blog”.

La información publicada en el blog que acaso pudo llevar al crimen de Sá se refería al asesinato en marzo de un empresario local. Mendes comentó que Sá se anticipó a la investigación policial al vincular el caso con una red de usureros de Maranhão que solía repartir enormes sumas entre candidatos políticos a cambio de contratos con el gobierno una vez que sus clientes resultaban electos. El empresario asesinado, Fábio Brasil, aparentemente no había pagado su deuda, indicó Mendes. Aunque Sá no dio nombres, varios comentarios publicados en su artículo original en el blog alegaban que el asesinato habría sido ordenado por Gláucio Alencar y su padre, José Alencar Miranda Carvalho, los líderes de la banda de prestamistas.

Debido a que los cabecillas contaban con políticos y policías corruptos en su nómina, les preocupaba más qué pudiera revelar Sá en su blog que la investigación policial en sí, según Mendes. Como resultado, contrataron al mismo pistolero que había matado a Brasil para ejecutar a Sá, indicó Mendes. Sá murió víctima de disparos mientras estaba sentado en un bar en Sao Luis. Lo sobrevivió su esposa, que estaba embarazada en el momento de su muerte y una hija joven.

Mendes contó al CPJ que resolver este crimen constituía una enorme prioridad. No sólo porque el periodista trabajaba para la familia Sarney, que exigía resultados, sino porque Sá era el periodista más conocido de Maranhão. “Existía la sensación de que si pudieron matar a Décio, podrían matar a cualquiera”, sostuvo Mendes. Se registró el rápido arresto de un hombre, que confesó haber sido quien disparó, y alegó que el crimen había sido ordenado por la familia Alencar, según Mendes. Gláucio Alencar, su padre, y otros siete sospechosos -incluyendo un capitán de la policía que suministró la pistola usada para matar a Sá- fueron detenidos, afirmó Mendes. Alencar y los demás sospechosos negaron las acusaciones y, junto con quien supuestamente realizara los disparos, esperaban ser juzgados a fines de 2012.


El asesinato de Sá atrajo gran atención en la prensa brasileña y se lo consideró resuelto en el término de 50 días. En contraposición, el crimen de Randolfo sigue en la etapa de investigación y fue apenas registrado, según Moreira, presidente de ABRAJI. A diferencia de Sá, Randolfo no trabajaba para un periódico importante y no tenía contactos políticos de peso. Además, trabajaba en una ciudad mucho más pequeña, Vassouras, en el estado de Rio de Janeiro, al sur del país, donde era el fundador, editor y bloguero principal del sitio de noticias Web Vassouras na Net.

Como muchos periodistas independientes de Internet, Randolfo obtenía financiamiento para su labor a través de la venta de avisos en su sitio a empresas locales, según comentó Wilians Renato Dos Santos, reportero del crimen para RBP Radio en la ciudad de Barra do Piraí donde Randolfo fue asesinado. En sus publicaciones en el blog, Randolfo solía acusar a funcionarios públicos locales de corrupción y había denunciado a una supuesta red de sicarios dirigida por el ex jefe de la policía de Vassouras. “Desafiaba a todo el mundo”, afirmó Dos Santos. “Denunciaba crímenes. Incomodaba a mucha gente y quisieron silenciarlo”.

Describió a Randolfo como un reportero honesto y ético. J.C. Moreira, amigo de Randolfo y presidente del sindicato local de periodistas, comentó que el bloguero solía proclamar: “No me puede comprar nadie”. Pero el jefe de policía de Barra do Piraí, José Mário Salomao de Omena, señaló al CPJ que Randolfo también publicaba rumores e indagaba en las vidas personales de funcionarios, inclusive informando sobre sus asuntos extramatrimoniales. “Era como un francotirador desarmado. No tenía límites”, comentó Omena, que no fue blanco de las investigaciones de Randolfo. “En un pueblo pequeño, ese tipo de periodismo puede resultar devastador. ¿No querrías matar a alguien que llamó a tu madre una ramera y a tu padre infiel”?

En julio de 2011, un hombre armado no identificado ingresó a la redacción de Vassouras na Net y le disparó a Randolfo en la cabeza, hecho que lo dejó en coma por tres días con una bala alojada detrás de su oreja izquierda. Sobrevivió a la agresión y luego denunció en su sitio Web que había sido atacado en represalia por su cobertura periodística sobre irregularidades en la investigación de un asesinato. No hubo acusados o detenidos por ese ataque. Por seguridad, Randolfo se mudó en enero de Vassouras a Barra do Piraí, un pueblo de 88 mil habitantes. Pero las poblaciones se hallan a sólo 15 millas (25 kilómetros) de distancia una de otra, y Randolfo no cesó en sus denuncias desde su sitio Web. “Después del ataque, le dije que tuviera cuidado y se olvidara de seguir con su labor periodística,” su amigo Moreira indicó al CPJ. Por la cercanía de Barra do Piraí con Vassouras, comentó Moreira, “creí que estaba loco al mudarse allí”.

Randolfo fue asesinado el 9 de febrero de 2012, junto con su compañera, Maria Aparecida Guimarães. Omena afirmó que los cuerpos fueron encontrados al costado de una autopista en las afueras de Barra do Piraí. Ambos habían sido secuestrados del hogar de Randolfo la noche anterior y asesinados con arma de fuego a primera hora de esa mañana.

Omena afirmó que la gran mayoría de los casos de homicidio en Barra do Piraí son resueltos, pero reconoció una falta de avances en el caso Randolfo. Poco después de la muerte de Randolfo, Omena afirmó a la prensa que el reportero había “creado tal volumen de enemigos que es difícil saber por dónde empezar” la investigación. En respuesta a las preguntas formuladas por el CPJ, Ramón Leite Carvalho, fiscal a cargo del caso Randolfo, se negó a discutir los detalles, alegando que la investigación continuaba su curso.

Tras los crímenes de Sá y Randolfo, el gobierno de la Presidenta Dilma Rousseff intentó minimizar la idea de que Brasil se está transformando en una zona roja para periodistas, según Moreira, presidente de ABRAJI. Señaló que la Copa Mundial de fútbol 2014 se jugará en 12 ciudades en todo Brasil y que en medio de un creciente escrutinio internacional, el gobierno está intentando impulsar la idea de que la nación es pacífica y amigable para el periodismo. Pero al menos siete periodistas brasileños cayeron en relación directa con su labor informativa entre enero 2011 y octubre 2012, convirtiendo al país en uno de los lugares más letales para la prensa. Y el gobierno se ha mostrado por momentos insensible ante el problema. En abril 2012, la delegación brasileña se opuso a un plan encabezado por la UNESCO para combatir la impunidad en los crímenes contra periodistas en todo el mundo. Después de que la posición asumida por Brasil fuera criticada por ABRAJI y otros, la embajadora de Brasil ante la ONU, Maria Luiza Ribeiro Viotti, afirmó en junio que el país brindaría su apoyo al plan a medida que avanzara en Naciones Unidas.


Sá y Randolfo disfrutaron perturbar a los poderosos, sin embargo ninguno de los dos adoptó ninguna medida especial para protegerse, según los relatos de amigos y colegas. Compañeros blogueros reaccionaron de manera diferente ante su deceso. Gildean Farias, editor web de O Impartial, el diario más antiguo de Sao Luis, dijo que el asesinato de Sá lo convenció de no tocar temas de política en el blog que escribe para el periódico. D’Eça, en cambio, ha usado su blog para continuar con la investigación de Sá en relación con los usureros de Maranhão.

Amigos reporteros de Sá han mantenido vivo su blog. Sin embargo, en el estado rural de Rio de Janeiro, el sitio de Internet de Randolfo fue retirado y su muerte significó que hay alguien menos vigilando una parte del país que, para empezar, cuenta con poca cantidad de reporteros. No hubo casi seguimiento alguno del caso en los medios brasileños. Y según Moreira de ABRAJI, esto significa mucha menos presión sobre las autoridades locales para que busquen a los asesinos.

Moreira explicó que los reporteros de Rio de Janeiro y Sao Paulo suelen considerar que los periodistas provinciales son tendenciosos, corruptos y están en connivencia con los políticos locales. De este modo, comentó, los principales medios prestan menos atención cuando estos periodistas y blogueros son atacados. El crimen de Randolfo no fue parte de la transmisión central de TV Globo en Rio de Janeiro aun cuando el bloguero fue acribillado en una población cercana. “Si no escriben para los grandes medios, se los considera inexistentes”, Moreira comentó al CPJ. “Sin embargo, estos blogueros tuvieron el coraje de escribir sobre las irregularidades que ocurrían en sus comunidades”.

 

John Otis, corresponsal en los Andes del programa de las Américas del CPJ, también trabaja como corresponsal de la revista Time y del Global Post. Es autor del libro “Law of the Jungle”, publicado en 2010, sobre contratistas militares estadounidenses secuestrados por la guerrilla colombiana, y está radicado en Bogotá, Colombia.


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