La ofensiva del gobierno etíope contra la prensa nacional aumenta la cifra de periodistas encarcelados en todo el mundo; Estados Unidos ocupa el sexto lugaren la relación
Nueva York, 13 de diciembre del 2005–China, Cuba, Eritrea y Etiopía encabezan la relación de países que mantienen el mayor número de número de periodistas presos durante el 2005. Juntas, estas cuatro naciones representan dos terceras partes de los 125 editores, redactores y reporteros gráficos presos en todo el mundo, según un nuevo análisis del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés). Estados Unidos, que retiene a varios periodistas en centros de detención en Iraq y en la Base Naval de Guantánamo, en Cuba, ascendió al sexto lugar en la relación de países con periodistas encarcelados, luego de Uzbekistan y junto con Myanmar, determinó el CPJ. Los argumentos más utilizados para encarcelar a periodistas fueron los de cometer delitos contra el Estado como subversión, divulgar secretos y realizar actos contra los intereses del Estado. Un total de 78 periodistas fueron acusados de tales delitos, procesados y encarcelados, la mayoría de ellos por los gobiernos de China y Cuba. La ofensiva que el gobierno etíope inició contra la prensa nacional este noviembre incrementó la cifra de periodistas encarcelados en todo el mundo, según las estadísticas del CPJ sobre los casos de periodistas que estaban presos el 1 de diciembre del 2005. La cifra supera en tres periodistas a la del censo que el CPJ realizó en el 2004. Un total de 24 países encarcelaron a periodistas en el 2005, un aumento en comparación con las 20 naciones registradas en el censo del 2004. “Es alarmante constatar un aumento en la cifra de periodistas encarcelados, y en particular nos inquieta que la relación de países esta vez incluya a Etiopía y Estados Unidos”, declaró Ann Cooper, Directora Ejecutiva del CPJ. “Los periodistas que cubren temas como conflictos, agitación social, corrupción y derechos humanos enfrentan el riesgo cada vez mayor de ser encarcelados en países cuyos gobiernos intentan ocultar con el manto de la legitimidad sus actos represivos”. La relación íntegra de periodistas presos elaborada por el CPJ está disponible en http://www.cpj.org/attacks05/pages05/imprison_05.html. Por séptimo año consecutivo, China figura como el país del mundo con mayor número de periodistas presos, con 32. De estos casos, 15, casi la mitad, corresponden a ciberperiodistas. En más de tres cuartas partes de los casos, el gobierno chino acusó a los periodistas de cometer “delitos contra el Estado” definidos de un modo muy impreciso. Cuba ocupó el segundo lugar en la relación, con 24 periodistas encarcelados, la mayoría de ellos detenidos en la masiva ofensiva gubernamental de marzo del 2003 contra la oposición y la prensa independiente. Eritrea ocupó el primer lugar entre las naciones africanas, con 15 periodistas presos, muchos de los cuales se encuentran incomunicados en cárceles secretas por razones que el gobierno no ha aclarado, según las investigaciones del CPJ. El gobierno de la vecina Etiopía encarceló a 13 periodistas, en un intento por aplastar toda disidencia en un clima de agitación social en el mes de noviembre. La policía etíope les impidió a la mayoría de los periódicos privados publicar sus ediciones; allanó redacciones; y confiscó computadoras, documentos y otros materiales. Asimismo, divulgó una lista de editores, escritores y disidentes que debían ser capturados. Estas fueron otras tendencias y datos que surgieron en el análisis del CPJ:
Uno de los periodistas chinos presos, Shi Tao, recibió de parte del CPJ el Premio Internacional a la Libertad de Prensa del 2005. Colaborador de publicaciones digitales y editor del Dangdai Shang Bao, periódico de negocios, Shi cumple una condena de 10 años de prisión por “divulgar secretos de Estado al exterior”. Shi fue encarcelado en noviembre del 2004 por divulgar en la Internet notas que detallaban las instrucciones del gobierno sobre el tratamiento informativo que los medios chinos debían darle al 15to aniversario de la represión militar desatada en la Plaza Tiananmen. El gobierno no le había otorgado el carácter de secreto a las instrucciones sino posteriormente. El CPJ realiza una campaña en favor de la liberación de Shi que incluye la recogida de firmas de destacados periodistas y defensores de la libertad de prensa. Dos de los tres periodistas presos galardonados con el premio del CPJ desde el 2003 –Aung Pwint, de Myanmar, y Manuel Vázquez Portal, de Cuba– fueron liberados en parte gracias a las campañas internacionales promovidas por el CPJ y otras organizaciones. El tercero, el documentarista Nyein Thit, también de Myanmar, continúa en la cárcel. El CPJ considera que los periodistas no deben ser encarcelados por ejercer su labor informativa y por ello ha enviado cartas en las que expresa su profunda preocupación a cada gobierno que ha encarcelado a periodistas. Además, a lo largo del año el CPJ solicitó a los gobiernos de Eritrea y Estados Unidos que suministraran información sobre los casos de periodistas detenidos sin cargos. El gobierno eritreo no ofreció una respuesta directa al CPJ, y el ministro de Información, Ali Abdu, declaró a la AFP que los encarcelamientos eran un asunto interno que no merecía explicación. Los periodistas encarcelados en Iraq fueron considerados una amenaza a la seguridad por funcionarios iraquíes y estadounidenses, según oficiales de las fuerzas armadas estadounidenses que no dieron a conocer detalles de las acusaciones ni presentaron indicios de la presunta responsabilidad de los detenidos. Un vocero militar estadounidense se negó a hablar del caso del periodista detenido en Guantánamo. La relación del CPJ abarca a todos los periodistas encarcelados para el 1 de diciembre del 2005 y no incluye a los muchos periodistas encarcelados y liberados a lo largo del año. Estos últimos casos aparecen documentados en la página de Internet del CPJ, en la dirección www.cpj.org. El CPJ divulgó su censo anual un mes antes que en años anteriores para poder brindar un análisis más oportuno. El CPJ clasifica a un periodista como preso cuando un gobierno lo priva de su libertad por causa de su labor informativa. El periodista permanece en la relación del CPJ hasta que la organización determina con certeza razonable que ya lo han liberado. Los periodistas que desaparecen o son secuestrados por actores no gubernamentales como las bandas de delincuentes, y los grupos rebeldes o de militantes, no se incorporan en la relación de periodistas presos, sino que se les clasifica como “desaparecidos” o “secuestrados”. Los detalles de estos casos también están disponibles en la página de Internet del CPJ. |