Nueva York, 2 de agosto de 2010—Los cuatros periodistas mexicanos secuestrados por narcotraficantes la semana pasada fueron liberados, poniendo fin a un tenso episodio que atrajo la atención del mundo sobre la violencia sin precedentes que afecta a la prensa en México. Dos de los reporteros fueron rescatados por la policía federal el sábado y se sumaron a otros dos colegas liberados con anterioridad.
Javier Canales, camarógrafo del grupo de medios Milenio, y Alejandro Hernández, camarógrafo de la cadena Televisa, fueron encontrados antes del amanecer del sábado en una casa en la ciudad de Gómez Palacio, según informes de la prensa local e internacional. Los secuestradores huyeron con la llegada de la policía, según funcionarios mexicanos de las fuerzas de seguridad.
Volvimos a nacer”, aseguró Canales en una conferencia de prensa poco después de ser liberado. Los reporteros habían sido secuestrados junto con Héctor Gordoa, también camarógrafo de Televisa, en la tarde del 26 de julio mientras cubrían una protesta organizada por presos y sus familiares en una prisión de Gómez Palacio, informó el grupo Milenio. Gordoa fue liberado el jueves.
Oscar Solís, reportero del periódico local El Vespertino, fue secuestrado en forma separada el 26 de julio y también mantenido en cautiverio con los otros reporteros. Solís fue liberado la semana pasada, de acuerdo con la agencia Associated Press.
“Estamos aliviados por la liberación de los cuatro reporteros luego de un angustioso período en cautiverio”, afirmó Carlos Lauría, coordinador senior del programa de las Américas del CPJ. “El gobierno federal debe conducir una investigación exhaustiva y expedita sobre el secuestro, y castigar a los responsables con todo el peso de la ley”.
Poco después del secuestro, los captores exigieron a Televisa y a Milenio que transmitieran tres videos a cambio de la libertad de los periodistas. Los videos mostraban a dos individuos que afirmaban haber trabajado para la organización criminal los Zetas, y a un tercer sujeto identificado como miembro de la policía. Los tres individuos, quienes parecían hablar bajo presión, revelaron supuestos nexos entre funcionarios locales y los Zetas.
Tanto Televisa como Milenio transmitieron los videos la semana pasada, aseguraron al CPJ directores de noticias de esos medios. Bandas del crimen organizado regularmente amenazan, atacan y asesinan periodistas que no realizan una cobertura que los favorezca, según una investigación del CPJ, pero este fue el primer caso documentado en México en el cual los periodistas fueron secuestrados para obligar a los medios a divulgar propaganda de un grupo criminal.
“Las autoridades mexicanas no pueden permitir que grupos criminales controlen el flujo informativo. Aquí están en juego el derecho a la libre expresión de los ciudadanos y la estabilidad de la democracia mexicana”, agregó Lauría.
México es uno de los países más peligrosos del mundo para la prensa, según la investigación del CPJ. Más de 30 periodistas han sido asesinados y desaparecidos desde que el Presidente Felipe Calderón asumió el cargo en diciembre de 2006.