Nueva York, 8 de enero de 2010—El periodista Valentín Valdés Espinosa fue secuestrado el jueves y encontrado muerto a balazos esta mañana en la ciudad de Saltillo, estado de Coahuila, en el norte de México, según informes de prensa. Las autoridades mexicanas deben conducir una investigación exhaustiva sobre este alevoso crimen y enjuiciar a los responsables, afirmó hoy el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
Valdés, quien cubría información local incluyendo crimen para el diario Zócalo de Saltillo, culminó con su trabajo alrededor de las 11 P.M. y se fue de la oficina con dos colegas, según el editor Sergio Cisneros. Cuando estaban a bordo en un vehículo en el centro de la ciudad, un grupo de individuos en dos camionetas los interceptaron. Valdés y un reportero cuyo nombre no se dio a conocer fueron subidos por la fuerza a una de las camionetas y salieron con rumbo desconocido, señaló Cisneros.
La Fiscalía General de Coahuila informó que Valdés fue hallado muerto esta mañana frente al hotel Marbella, según un comunicado oficial. Valdés fue torturado y víctima de varios disparos, según el comunicado. El periodista fue encontrado con una cartulina que decía: “Esto les va a pasar a los que no entiendan el mensaje es para todos”. Según la fiscalía general, existe la presunción de que el crimen fue perpetrado por miembros de la delincuencia organizada.
La revista semanal Proceso informó que el segundo periodista fue luego liberado. Pero ejecutivos del diario y la fiscalía general no ofrecieron confirmación sobre la liberación. El diario indicó que un tercer periodista quien estaba con Valdés no fue secuestrado.
En las últimas tres semanas, el propietario de un diario fue asesinado a balazos en Tulum, en el estado de Quintana Roo, mientras que un veterano reportero de crimen desapareció en Sinaloa.
“La muerte de Valentín Valdés Espinosa marca la continuación de un clima de violencia sin precedentes contra los medios mexicanos que ha costado la vida de dos reporteros y la desaparición de un tercero en un período de tres semanas”, afirmó Carlos Lauría, coordinador senior del programa de las Américas del CPJ. “Los periodistas mexicanos se encuentran aterrorizados por esta ola de violencia letal que les está impidiendo cumplir con su labor informativa. Instamos a las autoridades mexicanas a poner fin a este ciclo vicioso con la investigación vigorosa del asesinato de Valdés y el enjuiciamiento de sus responsables”.
En julio de 2006, otro reportero de la misma cadena de diarios, Rafael Ortiz Martínez, desapareció en la ciudad de Monclova, Coahuila. No se ha podido dar con su paradero y las investigaciones no han producido resultados, según la procuraduría general del estado.
México es uno de los lugares más peligrosos para la prensa. Las investigaciones del CPJ indican que un total de 42 periodistas –incluyendo Valdés- han sido asesinados en México, al menos 18 en represalia por su trabajo, desde 1992. La cobertura de crimen es en especial riesgosa. En vastas zonas, los carteles de la droga amenazan con frecuencia a los periodistas a menos que la cubertura de de noticias se diseñe a su medida. En áreas de guerra entre los carteles, los reporteros quedan atrapados entre las demandas opuestas de grupos rivales.