Nueva York, 19 de enero de 2010—El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) exhortó hoy a las autoridades mexicanas a investigar en forma exhaustiva el asesinato de José Luis Romero, un reportero de la fuente policíaca secuestrado el 30 de diciembre. Romero fue hallado muerto el sábado cerca de la ciudad de Los Mochis, según informes de prensa.
Romero, quien trabajaba para la cadena privada de radio Línea Directa, fue secuestrado por varios hombres armados, con los rostros cubiertos, antes de ingresar a un restaurante en Los Mochis, según la prensa mexicana. El cuerpo de Romero fue encontrado con signos de tortura en un carretera cerca de Los Mochis en horas de la mañana, según informó el subprocurador estatal de justicia Rolando Bon López. Romero fue asesinado a balazos poco después de haber sido secuestrado, y sus manos y una de sus piernas estaban quebradas, dijo Bon López.
“Estamos perturbados por el asesinato de José Luis Romero”, señaló Carlos Lauría, coordinador senior del programa de las Américas del CPJ. “Instamos a las autoridades de Sinaloa y a nivel federal a conducir una investigación oportuna y exhaustiva sobre el crimen y a determinar si el asesinato de Romero tuvo relación con su labor periodística”.
Romero había cubierto la fuente policíaca para la estación radial Línea Directa durante diez años, el director de noticias, Luis Alberto Díaz, indicó al CPJ. Según Díaz, Romero fue víctima de uno de los dos carteles de la droga que están librando una guerra violenta en el estado. Díaz afirmó que asesinar a un conocido periodista radial coincide con la intención de los carteles de intimidar al público. “Pretenden sembrar psicosis en la población, quieren aterrorizarnos,” señaló. “Buscan acallar a la gente”.
Díaz indicó que su plantel estaba examinando el trabajo reciente de Romero para ver si había algo específico que había dicho al aire que pudo haber enojado a alguno de los carteles.
La procuraduría estatal señaló el lunes que no tenía indicios en el caso. La PGR anunció la semana pasada que asistiría a las autoridades estatales en la investigación del secuestro pero no efectuó otros comentarios.
Varios hechos que precedieron al descubrimiento del cuerpo indicarían que un cartel de la droga fue responsable del asesinato de Romero, periodistas locales informaron al CPJ.
La semana pasada una narcomanta que apareció en un suburbio de Los Mochis anunciaba que Romero se encontraba con vida y que estaba cautivo en un área controlada por el cartel de los Beltrán Leyva, según informes de prensa. La narcomanta fue supuestamente colocada por el cartel rival de Sinaloa para distraer la atención sobre su propio territorio. Efectivos militares y policiales iniciaron la búsqueda por tierra y aire en la zona mencionada por la narcomanta y pronto encontraron una refugio de los Beltrán Leyva con vehículos, armas y drogas, informó la prensa.
Luego, según la procuraduría estatal, un llamado anónimo alertó a la policía sobre donde hallar el cuerpo de Romero. Los investigadores estatales informaron que el cuerpo había sido sepultado y luego desenterrado. Periodistas que cubrían la desaparición en Sinaloa afirmaron que sospechan que el cartel de los Beltrán Leyva había asesinado a Romero y luego lo enterraron en territorio bajo su control pero que la presión de la investigación los obligó a reubicar el cuerpo e informar a la policía dónde podían encontrarlo.
El secuestro y posterior asesinato de Romero se produjo en un período de creciente violencia en Sinaloa, mientras los dos carteles disputan el control territorial. Informes de la prensa local indican que desde el comienzo de mes se han registrado más de 130 asesinatos en el estado.
México es unos de los países más peligrosos para la prensa, según la investigación del CPJ. Desde 1992, 43 periodistas, incluyendo a Romero, han siso asesinados en México. Al menos 18 cayeron en represalia por su labor. Ocho han desaparecido desde 2005. La mayoría cubría temas de crimen o corrupción gubernamental.