Nueva York, 9 de agosto del 2007—El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) expresó hoy su profundo escepticismo ante cargos presentados contra cuatro reporteros mexicanos por llevar drogas y un arma mientras cubrían un operativo antinarcóticos. El ejército mexicano detuvo a los reporteros mientras cubrían un operativo rutinario en el estado norteño de Coahuila. Los reporteros, acusados de llevar marihuana y un arma de fuego, dicen que son inocentes.
Los cuatro reporteros detenidos cubren la sección policíaca. Se trata de Manolo Acosta y Sinhué Samaniego Osoria del diario de Monclova Zócalo; Jesús Meza González del diario La Voz de Coahuila; y Alberto Rodríguez Reyes de la estación local de televisión Canal 4, el editor de Zócalo, Sergio Cisneros, indicó al CPJ. Cisneros, quien cree que los cargos son falsos, señaló que según los reporteros la droga y el arma fueron plantadas.
La prensa mexicana informó que un soldado no identificado pidió a los periodistas que se detuvieran después de haber tomado su foto. Cuando el soldado los requisó, supuestamente encontró el arma de fuego y la marihuana, informó el diario nacional La Jornada. Según Cisneros, en el momento de la detención, los reporteros viajaban en diferentes vehículos, dos de los cuales estaban claramente identificados con logotipos de prensa.
Los cuatro fueron entregados a la delegación en Coahuila de la Procuraduría General de la República (PGR) el miércoles, la PGR confirmó al CPJ. Sin embargo, no está claro a quién acusan de qué crimen o si las armas y la droga las llevaba una persona o varias.
“Estamos profundamente preocupados por las inconsistencias en el recuento de los hechos, y estamos confusos sobre por qué periodistas siguiendo al ejército en un operativo antinarcóticos se comportarían de esta manera”, declaró el director ejecutivo del CPJ, Joel Simon. “Instamos a las autoridades mexicanas a tener en mente que existe una práctica común de plantar evidencia incriminatoria mientras llevan la investigación. Debe examinarse la conducta de los soldados involucrados en este incidente”.
El tráfico de drogas y el crimen organizado han convertido a México en uno de los lugares más peligrosos para periodistas en América Latina, indican las investigaciones del CPJ. Desde que la guerra entre poderosos carteles de la droga se intensificó hace dos años, decenas de reporteros mexicanos han sido silenciados porque las autoridades no han sido capaces de proporcionarles la más mínima protección.