Una familia en Lima, Perú, el 23 de abril de 2020. El caricaturista peruano Carlos Tovar Samanez ha recibido amenazas de muerte por su trabajo. (AP / Rodrigo Abd)
Una familia en Lima, Perú, el 23 de abril de 2020. El caricaturista peruano Carlos Tovar Samanez ha recibido amenazas de muerte por su trabajo. (AP / Rodrigo Abd)

El caricaturista político peruano Carlos Tovar Samanez recibe amenazas de muerte

El 21 de abril de 2020, Carlos Tovar Samanez publicó una caricatura en la que se mofaba del expresidente peruano Alan García, quien se suicidó el año pasado.

Horas después, Tovar recibió un correo electrónico, que reenvió al CPJ, el cual decía: “Hasta aquí llegaste Carlos Tovar” y “Te vamos a buscar, te vamos a encontrar y te haremos tragar polvo”.

Tovar declaró al CPJ mediante una aplicación de mensajería que el correo electrónico provenía de alguien llamado “José Santos”, a quien no conoce.

Tovar agregó que había recibido varios mensajes amenazadores en las redes sociales, entre ellos un tuit publicado el 22 de abril por Salvador Heresi, exministro de Justicia del actual Gobierno, quien escribió: “Bien merecida [sic] tienes las amenazas. Incluso que te revienten a golpes”.

En la caricatura de Tovar, el expresidente peruano decía que planeaba dispararle a alguien y luego suicidarse, mientras abrazaba a su hija Carla García. Según Tovar, la caricatura alude a recientes declaraciones de Carla García en las que había elogiado a su padre, y a informaciones de prensa que señalaban que Alan García, quien era investigado por actos de corrupción, había pensado en matar al fiscal José Domingo Pérez antes de cometer suicidio el 17 de abril de 2019.

La cuenta de Twitter de Heresi no permite enviarle mensajes directos, y el CPJ no logró encontrar sus datos de contacto para comunicarse con él.

Tovar, de 73 años, es un antiguo caricaturista del diario de Lima La República y utiliza el seudónimo de Carlín, según el diario. En el informe especial del CPJ “Trazando la línea”, publicado en 2015, el CPJ concluyó que los caricaturistas con frecuencia son objeto de acoso porque sus ilustraciones satíricas, ya sean abiertas o encubiertas, comunican ideas políticas complejas de una forma accesible y que tiene gran repercusión en audiencias masivas.