“Las autoridades venezolanas deben liberar inmediatamente al periodista Darvinson Rojas”, declaró Natalie Southwick, coordinadora del Programa de Centroamérica y Sudamérica del CPJ, desde Nueva York. “Detener con violencia a un periodista e interrogarlo para conocer sus fuentes respecto a una cuestión de salud pública crucial como el brote del COVID-19 tiene un innegable efecto inhibidor que únicamente desalentará a otros periodistas de informar sobre la pandemia”.
Rojas, periodista freelance que publica sus trabajos en sus cuentas de redes sociales, como Twitter, Facebook y YouTube, fue detenido ayer cerca de las 9:00 p. m. en su domicilio en Caracas por agentes de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la policía nacional, informaron por Twitter las organizaciones locales defensoras de la libertad de prensa Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Prensa (SNTP) y Espacio Público.
Cerca de las 8:30 p. m. de ayer, Rojas publicó varios tuits en los que informaba que un grupo de agentes de las FAES armados y encapuchados habían llegado a su vivienda y le habían exigido que los acompañara a su comando, afirmando que habían recibido una llamada de una persona anónima que había dicho que Rojas podía estar contagiado con el COVID-19. Los padres de Rojas, quienes fueron detenidos junto con él, fueron liberados poco después, según el SNTP.
Jesús Rojas, el padre de Rojas, declaró al periodista local Daniel Colina que cuando estaba detenido en el comando de las FAES en La Quebradita, podía escuchar cómo los agentes interrogaban a su hijo y le preguntaban por la fuente de sus informaciones sobre los casos de contagio con el COVID-19 en el Estado Miranda, que Rojas había publicado anteriormente en Twitter.
Cerca de las 9:00 a. m. de hoy, los padres de Rojas se presentaron en el comando de las FAES para preguntar por su hijo. Los agentes les informaron que Rojas no se encontraba en el lugar, según el SNTP y Espacio Público. El paradero del periodista se desconoció hasta el mediodía de hoy, cuando, después de visitar varias cárceles y sede policiales en Caracas, sus familiares y defensores de derechos humanos pudieron finalmente localizarlo en el comando de las FAES situado en Caricuao, donde continúa detenido, según el SNTP.