Bogotá, 18 de Marzo de 2016–Responsabilizando al gobierno por su negativa a vender papel periódico, el diario independiente El Carabobeño imprimó su última edición el jueves, según informes de prensa. El periódico ha estado en circulación por 82 años y es uno de los pocos medios de comunicación independientes en Valencia, la capital del estado de Carabobo.
Con sede en la ciudad occidental de Valencia, El Carabobeño publicó con frecuencia artículos críticos sobre los gobiernos regionales y el gobierno nacional. Durante el último año, la compañía estatal que controla la venta y distribución de la mayoría de papel periódico en Venezuela se negó a vender a El Carabobeño y, finalmente, el diario quedó sin papel el jueves, señaló Carolina González, jefa de redacción de El Carabobeño, al Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
“El gobierno nos persiguió por nuestra línea editorial”, González dijo en una entrevista por teléfono. “Esperamos que esto no sea definitivo”.
En un editorial en la primera plana de la última edición impresa afirmó: “Hoy nos despedimos, pero es solo un hasta luego. Volveremos, lo sabemos”.
“La clausura de El Carabobeño representa un golpe más a la libertad de expresión y al derecho de los venezolanos a permanecer informados”, indicó Carlos Lauría, coordinador sénior del programa de las Américas del CPJ. “Instamos a la administración del Presidente Nicolás Maduro permitir que todos los diarios independientes puedan comprar papel periódico y a poner fin a las varias tácticas destinadas a silenciar a la crítica”.
González señaló que El Carabobeño continuará publicando su edición diaria de Internet e informando a través de su estación de radio en línea. Sin embargo, agregó que el periódico perderá algo de su impacto porque a muchos venezolanos les gusta leer las noticias en medios impresos en lugar de hacerlo por las pantallas de las computadoras o de los teléfonos móviles.
El déficit de papel periódico comenzó alrededor de tres años atrás. El país importa su papel periódico de Canadá y Estados Unidos pero, debido a controles monetarios, puede demorar varios meses para una empresa de medios obtener los dólares necesarios para comprar el papel periódico. Durante el último año, el gobierno se ha negado a vender dólares o papel a El Carabobeño, según informes de prensa.
Hasta hace poco, la mayoría de los periódicos venezolanos compraba papel periódico de varias compañías de importación. Pero en 2013, el gobierno socialista de Maduro comenzó a concentrar la importación a través de una empresa estatal llamada Complejo Editorial Alfredo Maneiro (CEAM). Desde entonces, muchos dueños de diarios independientes se quejan que el CEAM rechaza venderles papel.
CEAM “es un organismo de censura para que los medios bajen la cabeza ante sus mentiras”, señaló Tinedo Guía, presidente del Colegio Nacional de Periodistas en Venezuela, en una declaración.
Ni el CEAM ni el Ministerio para la Comunicación respondieron a solicitudes del CPJ para efectuar comentarios.
Desde 2013, ocho diarios regionales han dejado imprimir a raíz de estas restricciones, incluyendo tres que cerraron en los primeros tres meses de este año, según Espacio Público, una organización de libertad de expresión radicada en Caracas. La organización ha dicho que 85 otros periódicos en Venezuela podrían ser amenazados por la falta de papel.
Algunos diarios, como Tal Cual de Caracas y Correo del Caroní, basado en Ciudad Guayana, una ciudad industrial al oriente del país, han cambiado a ediciones semanales debido a la escasez de papel periódico.
Para seguir imprimiendo, González indicó al CPJ que El Carabobeño había reducido el número de páginas en su edición impresa y había cambiado de formato sábana a tabloide. González señaló que el diario había comprado papel periódico en el mercado negro, con un costo, según ella, 10 veces superior al precio normal, pero que esto se había vuelto demasiado caro.
El Carabobeño publica con frecuencia informes contundentes sobre supuesta corrupción y mal manejo gubernamental. Recientemente, informó sobre la construcción de un presidio que ha demorado 10 años y todavía no ha sido completado, la contaminación del suministro de agua en Valencia, y la compra de 75 millones de dólares por parte del gobierno de un buque pesquero que nunca fue usado y ahora está siendo desmantelado.
El diario no recibía publicidad oficial, mientras que su base de publicidad privada había quedado reducida a unas diez empresas, expresó González. Su personal había sido reducido de aproximadamente 500 empleados a 266 durante el último año. González señaló que el futuro del periódico es incierto ahora que ha cambiado a un formato digital.
La investigación del CPJ muestra que bajo el gobierno de Maduro, las autoridades han usado tácticas diversas para restringir a la prensa independiente. A principios de este mes, el editor de Correo del Caroní fue condenado a cuatro años de prisión por supuesta difamación. El CPJ ha documentado como los pocos medios independientes que sobreviven enfrentan desafíos constantes, incluyendo demandas legales por parte del gobierno, falta de acceso a fuentes oficiales, retiro de publicidad oficial y limitaciones para adquirir papel periódico.