Ministro del Interior peruano investigado por crimen de reportero en 1988

John Otis/Corresponsal del CPJ en la región andina

Algunos de los más altos funcionarios del gobierno peruano, incluyendo al Presidente Ollanta Humala, son ex oficiales del ejército que durante la década del ochenta combatieron a las guerrillas maoístas de Sendero Luminoso. Ambos sectores cometieron flagrantes abusos contra los derechos humanos, pero un episodio particularmente brutal se está volviendo en contra del gobierno de Humala.  

La semana pasada, se conoció la noticia que el ministro del Interior de Perú, Daniel Urresti, está bajo investigación por el asesinato de un periodista peruano ocurrido el 24 de noviembre de 1988 en la región de Ayacucho, que era el reducto de Sendero Luminoso. Según informes de prensa, fiscales están investigando si Urresti, un ex general del ejército y oficial de inteligencia, comandó la patrulla que emboscó al periodista Hugo Bustíos y luego dinamitó su cuerpo.     

Algunos políticos de la oposición así como grupos de derechos humanos y libertad de prensa han reclamado la renuncia de Urresti, quien fue designado ministro del interior en junio. El Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), sostiene que la condición judicial del ministro puede afectar las investigaciones.   

“Que un ministro llamado a defender los derechos humanos tenga un esclarecimiento pendiente por un delito de extrema gravedad en esta materia, es, además, groseramente ofensivo a los valores de un Estado Democrático”, señaló IPYS en un comunicado.

La Asociación Nacional de Periodistas también solicitó la renuncia de Urresti.

Bustíos, corresponsal de la revista Caretas y presidente de la Asociación Nacional de Periodistas de Huanta, había estado investigando y publicando artículos sobre abusos contra la población civil perpetrados por las fuerzas armadas en la región de Ayacucho. En ese lapso, Urresti era jefe de inteligencia en la región. El día que fue asesinado, Bustíos estaba intentando informar sobre el asesinato de dos civiles en la localidad de Erapata.

Los militares sospechaban de Bustíos. Primero, las tropas del ejército le negaron acceso al área. Más tarde, Bustíos se reunió con el comandante de la base militar local, quien cuestionó al periodista sobre sus posibles vínculos con un líder de Sendero Luminoso, conocido como “Sabino”, que había sido capturado, según consta en una denuncia presentada en 1990 por el CPJ , Human Rights Watch y CEJIL ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. 

Luego de recibir autorización para visitar la escena de los asesinatos, Bustíos y otro reportero, Eduardo Rojas Arce, se trasladaban en una motocicleta hacia Erapata cuando fueron emboscados por una patrulla militar peruana. En medio de un intenso tiroteo, Rojas resultó herido y alcanzó a escapar pero Bustíos fue asesinado.

“Luego de disparar contra Bustíos vi el mismo hombre arrojar una granada sobre su cuerpo”, indicó un testigo, Alejandro Ortiz, tres semanas después del crimen.  

En 2008, dos oficiales del ejército, el coronel Víctor La Vera y el teniente coronel Amador Vidal, fueron condenados por el asesinato y sentenciados a 17 y 15 años de prisión. La Vera más tarde acusó a Urresti de haber participado en el crimen y en junio de 2013 un juez de Ayacucho inició una investigación.
 
Ideele Radio del Instituto de Defensa Legal (IDL) dio a conocer la noticia el 2 de julio y luego publicó una copia de la acusación contra Urresti. El ministro reconoció más tarde que había sido interrogado por un fiscal en Ayacucho, pero negó cualquier participación en el asesinato de Bustíos.  

“Yo soy totalmente inocente, mis manos están limpias de sangre, jamás he hecho nada”, Urresti, de 57 años de edad, afirmó ante un grupo de periodistas el 2 de julio.

En otra conferencia de prensa en Lima el mismo día, la viuda de Bustíos, Margarita Patiño, señaló: “No solo lo ametrallaron, sino que lo dinamitaron. Cuando yo fui a recogerlo lo recogí en tirones, ningún ser humano se mereció eso”.

El Presidente Humala continúa respaldando a Urresti. “Aquí es un caso extraño, no vemos su culpabilidad”, Humala afirmó ante reporteros en el palacio presidencial la semana pasada. “Creemos en la presunción de inocencia”.

Durante la guerra contra Sendero Luminoso en los ochenta y los noventa, cerca de 70 mil personas resultaron muertas, muchas de los cuales fueron civiles inocentes, según la Comisión de la Verdad y Reconciliación de Perú.