Por Carlos Lauría/Coordinator Senior del Programa de las Américas
La circulación de informes y fotos gráficas de un hombre muerto, supuestamente decapitado y abandonado en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo con una advertencia de que fue asesinado por utilizar un foro de chat, parece ser el último intento del crimen organizado para intimidar a los usuarios de las redes sociales y controlar la agenda informativa en Internet.
Aún cuando resulta imposible saber la identidad de la persona asesinada, la razón de su muerte y otros detalles, la veracidad de los informes y las fotos es casi secundaria. En el clima que se vive actualmente en México, donde según la investigación del CPJ las organizaciones del crimen organizado controlan la agenda informativa en muchas ciudades, lo que importa es el éxito de dichos intentos para aterrorizar a los periodistas y, en forma creciente, a los reporteros ciudadanos.
Un vocero de la policía estatal que pidió permanecer en el anonimato afirmó que el cuerpo del hombre decapitado fue abandonado temprano el miércoles en un monumento en el centro de Nuevo Laredo, según informó la agencia The Associated Press. Una fuente del CPJ, que prefiere permanecer en el anonimato por temor a represalias, confirmó a través de un testigo que el cuerpo fue dejado en el monumento.
Ni la policía de Nuevo Laredo ni la procuraduría general del estado de Tamaulipas comentaron públicamente sobre el caso.
Un artículo publicado el miércoles en un sitio de noticias Web de Nuevo Laredo mostró la foto de un hombre y su cabeza cortada tendidos en el suelo. Un mensaje en una manta cerca del cuerpo indicaba lo siguiente: “Me pasó esto por no entender que no debo deportar en las redes sociales”, señaló el informe.
El mismo sitio Web informó que el mensaje identificó al individuo asesinado por su nombre de usuario, “Rascatripas”, e indicó que era un moderador en Nuevo Laredo en Vivo, un foro de Internet utilizado por residentes de Nuevo Laredo para denunciar actividades de los grupos criminales. Pero el jueves, un twit en la cuenta de Nuevo Laredo en Vivo negó que la persona hallada muerta tuviera alguna afiliación con el sitio Web. “Negativo no es nuestro colaborador esa persona ejecutada, pero sin duda con ello intentan callar voces de Nuevo Laredo”, indicó el twit. Desde la cuenta de twitter se afirmó que “es un chivo expiatorio para infundir temor”.
Los informes ocurrieron semanas después del asesinato de María Elizabeth Macías Castro, el primer caso documentado por el CPJ en el que alguien cayó en represalia directa por su labor informativa publicada en las redes sociales. Editora del periódico local Primera Hora, Macías Castro, de 39 años de edad, también escribió sobre grupos criminales y casos de corrupción vía Twitter en Nuevo Laredo en Vivo bajo el seudónimo “La NenaDLaredo, según relataron periodistas al CPJ. Una nota que fue dejada junto a su cuerpo, hallado en el mismo monumento de la ciudad fronteriza, indicó que había sido asesinada por escribir en las redes sociales y atribuyó el homicidio a una organización criminal, según informes de prensa.
En regiones de México donde los narcotraficantes disputan territorio con las autoridades, grupos criminales han aterrorizado a la prensa para que no informe sobre sus actividades. Algunas organizaciones de medios se rehúsan a cubrir cualquier actividad relacionada con el narcotráfico, incluso aunque ello signifique ignorar enfrentamientos armados en la calle. En muchas ocasiones, según halló el CPJ, los periodistas se ven obligados por los carteles de la droga a publicar informes que atacan a grupos rivales.
Los ciudadanos mexicanos han intentado llenar el vacío compartiendo información en sitios de Internet y redes sociales como Facebook y Twitter, en forma anónima o utilizando apodos, según la investigación del CPJ.
Como reflejo de esta nueva realidad, los carteles de la droga estén poniendo el foco en sus ataques contra medios de Internet y usuarios de las redes sociales en las últimas semanas. El 13 de septiembre, los cuerpos de dos jóvenes, que no fueron identificados, aparecieron colgados de un puente peatonal en Nuevo Laredo. Informes de la prensa indicaron que las notas dejadas junto a los cuerpos advertían sobre no escribir en sitios Web. El cuerpo de Macías fue hallado menos de dos semanas más tarde.