Nueva York, 4 de enero de 2010—El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) exhortó hoy a las autoridades estatales y federales a intensificar la investigación sobre el secuestro de un veterano periodista que cubre la fuente policíaca, quien fue secuestrado por sujetos enmascarados el miércoles en el estado de Sinaloa. El reportero, José Luis Romero, seguía hoy desaparecido.
Romero, quien trabaja para la cadena privada de radio Línea Directa, se dirigía a un restaurante en la ciudad de Los Mochis cerca de las 6 P.M., según informes de la prensa local. Antes de ingresar, señalaron los informes, varios sujetos armados y encapuchados lo sometieron y lo subieron por la fuerza a una camioneta.
El jefe de investigaciones de la policía estatal, Jesús Escalante Leyva, a cargo de indagar el secuestro de Romero, fue asesinado seis horas más tarde, según la prensa mexicana. El procurador general de justicia del estado indicó a los medios que los dos casos podrían estar vinculados, informó la prensa. Escalante recibió cerca de 30 disparos a 45 metros de su oficina, señalaron los informes.
Línea Directa difundió un comunicado afirmando que los directores creían que el secuestro de Romero fue en represalia por su trabajo periodístico. Las autoridades estatales están investigando el caso pero aún no tienen indicios.
“Estamos muy preocupados por el paradero de José Luis Romero”, afirmó Carlos Lauría, coordinador senior del programa de las Américas del CPJ. “Exhortamos a las autoridades estatales y federales a realizar todo lo que esté a su alcance para localizar a Romero y traerlo a un lugar seguro”.
Romero es el segundo periodista mexicano que desaparece en los últimos dos meses. María Esther Aguilar Cansimbe fue secuestrada en Zamora, estado de Michoacán, en noviembre. Romero es el noveno reportero mexicano desaparecido desde 2005, según las investigaciones del CPJ. “El alarmante registro de desaparición afecta la capacidad de los periodistas para cubrir las noticias y representa otro golpe para la democracia mexicana”, añadió Lauría.
México es uno de los lugares más peligrosos para la prensa. Las investigaciones del CPJ indican que un total de 41 periodistas han sido asesinados en México, al menos 18 en represalia por su trabajo, desde 1992. La cobertura de crimen es en especial riesgosa. En vastas zonas, los carteles de la droga amenazan con frecuencia a los periodistas a menos que la cubertura de de noticias se diseñe a su medida. En áreas de guerra entre los carteles, los reporteros quedan atrapados entre las demandas opuestas de grupos rivales.
Romero era considerado un reportero bien informado sobre el tráfico de drogas pero también cauteloso sobre lo que decía al aire, colegas informaron al CPJ. Agregaron que Romero había cubierto asuntos policiales durante 20 años para distintas organizaciones de noticias. Varios periodistas en Los Mochis indicaron al CPJ que tienen temor a realizar cualquier tipo de trabajo periodístico en profundidad sobre los carteles de la droga.