Nueva York, 9 de octubre del 2007—El periodista colombiano Gonzalo Guillén ha sido obligado a abandonar su hogar en Bogotá tas recibir más de 20 amenazas de muerte luego de comentarios efectuados por el presidente Álvaro Uribe Vélez, según señaló hoy el reportero. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) instó hoy a Uribe a asegurar personalmente que las autoridades colombianas realicen una pronta investigación sobre estas amenazas y a proporcionar seguridad adecuada que permita a Guillén trabajar sin peligro en Colombia.
“El hecho que un reconocido periodista se vea obligado a salir del país tras las acusaciones de Uribe daña seriamente la libertad de expresión en Colombia”, indicó el Director Ejecutivo del CPJ, Joel Simon. “Las autoridades deben investigar de inmediato las amenazas, enjuiciar a los responsables, y asegurar que Guillén pueda regresar a Colombia sin riesgo”.
El 2 de octubre, Uribe llamó a dos estaciones de radio nacionales para negar imputaciones recientes que lo vinculaban con el difunto narcotraficante Pablo Escobar. Las acusaciones fueron realizadas por la amante de Escobar, Virginia Vallejo, en su nuevo libro Amando a Pablo, odiando a Escobar. Uribe declaró que Guillén, corresponsal del diario El Nuevo Herald de Miami, había colaborado con Vallejo en la redacción del libro publicado en septiembre.
Uribe también acusó a Guillén de ser “una persona persistente en tratar de maltratarme y cuando no puede en el país, se va a hacerlo en el extranjero”. Guillén indicó al CPJ que no había tenido nada que ver con el libro.
Luego de las acusaciones de Uribe, Guillén recibió 24 amenazas de muerte. Las amenazas, efectuadas por teléfono y por correo electrónico, instaron a Guillén a abandonar el país o, en caso contrario, sería asesinado, el periodista indicó al CPJ. Guillén había recibido varias amenazas recientes; sus últimos reportajes tratan sobre actividades paramilitares y supuestos vínculos entre grupos armados ilegales e integrantes de la administración Uribe. A raíz de las amenazas, el programa de protección para periodistas del gobierno había otorgado Guillén un esquema de seguridad y un vehículo blindado.
El mismo día que Uribe hizo públicas sus acusaciones, Guillén destacó que parte de su esquema de seguridad había sido retirado por motivos desconocidos. Un vocero de la fiscalía general de la nación comentó al CPJ que no sabía porque le habían retirado parte de la protección, pero aseguró que la fiscalía había ordenado a la policía que se brinde protección a Guillén. Temiendo por su vida, el periodista abandonó Colombia, según dijo al CPJ desde un lugar no identificado.
Guillén explicó al CPJ que creía que los comentarios de Uribe podían incitar nuevos actos de intimidación en su contra. El periodista envió una carta a las oficinas del presidente para pedir una rectificación pública de las acusaciones efectuadas por Uribe.
Humberto Castelló, director de El Nuevo Herald, declaró que los comentarios de Uribe eran irresponsables. En una declaración publicada la semana pasada, Castelló aseveró: “Lamento la ligereza, la injusticia y la irresponsabilidad que ha cometido con ese comentario la persona de más alta investidura en un país en donde se ha visto que los defensores armados del Presidente, al margen de la ley, no corrigen a los periodistas con cartas, sino con balas”.
En una reunión con una delegación del CPJ en marzo del 2006, Uribe anunció su apoyo a los periodistas que informan sobre corrupción, al enfatizar que cualquier funcionario que interfiera con el trabajo de la prensa “está cometiendo un crimen contra la democracia, y eso es gravísimo”.
“Estas acusaciones irresponsables del presidente Uribe socavan su anterior compromiso con el CPJ y contribuyen al clima de temor que enfrentan los medios en Colombia”, agregó Simon.