Nueva York, 10 de agosto del 2007—El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) saluda la liberación esta tarde de cuatro periodistas mexicanos que habían sido detenidos el martes en la noche por el ejército mientras cubrían un operativo antinarcóticos rutinario. Se mantienen los cargos en su contra por posesión de un arma de fuego y de drogas. Los reporteros indicaron a su abogado que el arma y las drogas habían sido sembradas y que los soldados los habían golpeado.
“Nos preocupan mucho las acusaciones contra los soldados por haber abusado de los reporteros y por haber sembrado la evidencia”, declaró el Director Ejecutivo del CPJ, Joel Simon. “Instamos a las autoridades a investigar a los soldados involucrados en este incidente”.
A las 12:30 p.m. de hoy los reporteros mexicanos Manolo Acosta y Sinhué Samaniego Osoria del diario de Monclova Zócalo; Jesús Meza González del diario La Voz de Coahuila; y Alberto Rodríguez Reyes de la estación local de televisión Canal 4 fueron liberados bajo fianza, su abogado Luis Humberto Rodríguez Sáenz indicó al CPJ. Los periodistas estaban detenidos desde el martes en la noche por autoridades mexicanas en el estado norteño de Coahuila. Los cargos en su contra siguen pendientes, un funcionario de la oficina del Fiscal Especial para Crímenes contra Periodistas señaló al CPJ.
Los cuatro periodistas dicen que fueron detenidos alrededor de las 10 p.m. del martes por soldados del ejército mexicano mientras cubrían un operativo antinarcóticos, narró Rodríguez. Soldados armados pidieron a los reporteros que bajaran de sus vehículos y subieran a una camioneta pick-up. Según el recuento de los periodistas, fueron conducidos por la ciudad en la parte trasera de la camioneta boca abajo y con la cara cubierta mientras los soldados los golpeaban en el estómago y el pecho. Los soldados preguntaron de manera continua si los periodistas hacían parte del grupo paramilitar Los Zetas, quien aparentemente emplea a personas para monitorear los movimientos militares.
Los periodistas llevaban chalecos con el nombre de su medio y los vehículos en los que viajaban estaban claramente identificados con logotipos de prensa, Rodríguez apuntó al CPJ.
A las 2 p.m. del miércoles, los reporteros fueron entregados a la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR) en Coahuila, dónde fueron acusados de poseer un arma de fuego y marihuana, Rodríguez señaló al CPJ.
El tráfico de drogas y el crimen organizado han convertido a México en uno de los lugares más peligrosos para periodistas en América Latina, indican las investigaciones del CPJ. Desde que la guerra entre poderosos carteles de la droga se intensificó hace dos años, decenas de reporteros mexicanos han sido silenciados porque las autoridades no han sido capaces de proporcionarles la más mínima protección.