Nueva York, 14 de mayo del 2007—El reportero de TV Azteca Noreste Gamaliel López Candanosa y el camarógrafo Gerardo Paredes Pérez desaparecieron el jueves en la ciudad norteña de Monterrey. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) está investigando posibles vínculos entre las desapariciones y el trabajo profesional de los periodistas.
López y Paredes—ambos radicados en Monterrey, 440 millas (700 kilómetros) al norte de Ciudad de México— informaron en vivo el jueves sobre el nacimiento de unas siamesas en un hospital local, según un comunicado de la cadena de televisión. No se tienen noticias sobre el paradero de ambos desde que se comunicaron a la televisora por teléfono a las 4 p.m. del jueves, indicó el comunicado. TV Azteca Noreste es una filial regional de la cadena nacional TV Azteca.
TV Azteca notificó a las autoridades locales que los reporteros habían desaparecido en la noche del jueves, según informes de la prensa local. El carro marca Chevrolet, que está identificado con el logo de TV Azteca, también desapareció, según informes de prensa y entrevistas del CPJ.
Ninguno de los periodistas había recibido amenazas, según la oficina del procurador estatal de Nuevo León, pero los investigadores están examinando informes pasados de López sobre el crimen organizado. Daniel de León, el vocero del procurador estatal, señaló que las autoridades están investigando posibles vínculos entre la desaparición de los periodistas y el crimen organizado, según la agenda de noticias española EFE.
“Estamos muy preocupados por el paradero de Gamaliel López Candanosa y Gerardo Paredes Pérez”, señaló el Director Ejecutivo del CPJ, Joel Simon. “Instamos a las autoridades mexicanas a conducir una investigación oportuna y exhaustiva, localizar a López y a Paredes y a traerlos a un lugar seguro”.
La actual guerra entre poderosos carteles de la droga se ha intensificado en los últimos tres años, especialmente en los estados del norte del país. Según EFE, en el estado de Nuevo León, las batallas entre narcotraficantes han resultado en el asesinato de por los menos 100 personas y el secuestro de decenas durante los últimos dos años. Las investigaciones del CPJ indican que los reporteros mexicanos que informan sobre crimen organizado están enfrentando peligros cada vez más graves. Desde el año 2000, seis periodistas han sido asesinados en represalia directa por su trabajo, mientras que el CPJ continúa investigando las circunstancias que rodean otros 12 asesinatos. Además, otros tres periodistas han desaparecido desde el 2005. Dos de ellos cubrían la fuente policial.
El 9 de mayo, una delegación del CPJ se reunió con el embajador mexicano en Estados Unidos, Arturo Sarukhan Casamitjana. La delegación instó al gobierno federal de México a adoptar medidas concretas para proteger la libertad de prensa y procesar a los responsables de crímenes contra periodistas