Nueva York, 22 de junio 2006— El Comité para la Protección de los Periodistas instó a las autoridades mexicanas a reactivar la paralizada investigación del asesinato de Francisco Ortiz Franco, co-editor del semanario Zeta de Tijuana, asesinado a tiros hace hoy dos años.
José Luis Vasconcelos, Subprocurador de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada de la Procuraduría General de la República (PGR), confirmó al CPJ la ausencia de avances en la investigación. Vasconcelos dijo que los sospechosos de haber ordenado el crimen, Arturo Villarreal Albarrán (alias “El Nalgón”) y Jorge Briceño (alias “El Cholo”), permanecen en libertad. Las autoridades han emitido órdenes de arresto contra estas dos personas por tráfico de drogas, afirmó el procurador.
Según datos del CPJ, 10 periodistas fueron asesinados desde que el presidente Vicente Fox asumió su cargo en el año 2000, al menos cuatro de ellos en represalia por su trabajo como periodistas. Otro periodista se encuentra desaparecido. Ninguno de estos casos ha sido investigado adecuadamente, según investigaciones del CPJ.
En febrero de 2006, Fox anunció el nombramiento de David Vega Vera como fiscal especial para investigar crímenes contra la prensa, un paso importante hacia el establecimiento de mecanismos de control federal y un mensaje para los periodistas que trabajan en el interior en condiciones de vulnerabilidad de que el gobierno nacional asume su responsabilidad de defender y hacer cumplir la constitución, que garantiza la libertad de prensa. Fox apoyó la idea de un procurador federal especial tras una reunión con el CPJ en Nueva York el pasado mes de septiembre.
“Estamos desilusionados ante la falta de progreso para enjuiciar a las personas responsables por el asesinato de nuestro colega Francisco Ortiz Franco”, señaló la Directora Ejecutiva del CPJ Ann Cooper. “Aunque reconocemos que la oficina del fiscal sólo ha comenzado a trabajar, estamos ansiosos por ver resultados concretos. Los periodistas mexicanos no se sentirán seguros hasta que se rompa este ciclo de impunidad”.
Ortiz Fanco fue asesinado en plena luz del día, a sólo dos cuadras de la sede de la policía estatal en el centro de Tijuana en la mañana el 22 de junio del 2004. Acababa de salir de una clínica de rehabilitación física con sus dos hijos cuando hombres enmascarados se acercaron a su auto y le dispararon cuatro veces en la cabeza y el cuello. Ortiz Franco murió en el acto, si bien sus hijos resultaron ilesos.
Las autoridades federales se hicieron cargo de la investigación en agosto del 2004. Creen que Ortiz Franco fue asesinado por su trabajo como periodista y consideran las notas que escribió sobre el cartel de la droga de los Arellano Félix como el motivo más probable.
Vasconcelos declaró el año pasado que uno de los sicarios sospechosos de asesinar a Ortiz Franco, Jorge Eduardo Delgado (conocido como “El Niño”), había sido ejecutado por otros miembros del cartel en octubre de 2004.
En septiembre de 2004, una delegación del CPJ conformada por Joel Simon y Carlos Lauría viajó a Tijuana por una semana para investigar el asesinato de Ortiz Franco. Con la información recogida durante el viaje, el CPJ publicó en noviembre un informe titulado “Bajo fuego”, que describe cómo la guerra entre carteles del narcotráfico por el control de lucrativas rutas de contrabando ha puesto en peligro a los periodistas locales. (El texto íntegro está disponible http://www.cpj.org/Briefings/2004/tijuana_sp/tijuana_sp.html)