Nueva York, 11 de julio del 2001 — En una semana trágica para la prensa colombiana, tres periodistas fueron asesinados en Colombia desde el 4 de julio. El CPJ investiga los tres crímenes a fin de determinar si se debieron a la labor profesional de los periodistas.
“A fin de defender la libertad de prensa y la justicia, el CPJ investigará los posibles motivos detrás de todo asesinato de periodistas en Colombia”, declaró la directora ejecutiva Ann Cooper. “Instamos a todas las partes en esa guerra civil a poner fin a estos insensatos ataques contra la prensa”.
Desde comienzos del 2001, siete periodistas han sido asesinados en Colombia posiblemente por lo que reportaron. El CPJ confirmó que por lo menos uno de esos casos se debió a razones profesionales: el de Flavio Bedoya. El 27 de abril, Bedoya, corresponsal regional del semanario Voz del Partido Comunista, fue asesinado en la ciudad portuaria de Tumaco, en el sudoccidente del país. Varios de sus colegas opinan que el crimen se debió a unos reportajes que hizo Bedoya sobre la complicidad entre las fuerzas de seguridad y los paramilitares ultraderechistas.
El CPJ continúa investigando otros seis asesinatos. Los tres más recientes son:
Asesinado director de radio musical
En la tarde del 4 de julio, un hombre mató a tiros a Arquímedes Arias Henao, periodista radial en el municipio Fresno, departamento de Tolima.
Arias era director de la radio local Fresno Estéreo. A eso de las 6:30 de la tarde, un individuo armado irrumpió en las oficinas de la radio y disparó contra el periodista tres veces. El atacante huyó con un hombre que le esperaba en motocicleta.
Arias había venido del municipio Palocabildo en el municipio de Tolima hacía unos meses para dirigir a la recién-lanzada Fresno Estéreo. Debido a que Fresno Estéreo principalmente transmitía música, el motivo de su asesinato sigue siendo un misterio.
Matan a director de informativo radial seis meses después de asesinato de su predecesor
En la mañana del 6 de julio, dos desconocidos en motocicleta mataron al periodista radial José Vásquez de dos disparos cuando Vásquez iba en su automóvil del trabajo a su casa en la ciudad de Florencia, en el sur del país.
Vásquez, director informativo de Voz de la Selva, filial local de la red nacional Caracol, fue llevado de urgencia a un hospital donde se le pronunció muerto al llegar. Su colega Omar Orlando García, quien estaba con él en el momento del crimen, salió ileso.
Florencia, en el departamento de Caquetá, era baluarte del grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Más recientemente, el poblado ha pasado a ser base de un grupo paramilitar derechista vinculado a las Autodefensas Unidas de Colombia.
Fuentes del CPJ en Colombia dijeron que el último programa de Vásquez hablaba de cambios en la cúpula del grupo paramilitar. Que se sepa, el periodista no había recibido amenazas.
Vásquez había reemplazado al director de Voz de la Selva Alfredo Abad López, quien fue asesinado el 13 de diciembre del 2000. El asesinato de Abad a su vez se dio luego que un colega, Guillermo León Agudelo, fuera asesinado a puñaladas por dos hombres que se habían infiltrado en su casa. La policía inicialmente creyó que Agudelo fue asesinado en un intento de robo pero luego concluyeron que lo mataron luego que él recibiera un intento de extorsión.
Fuentes locales coincidieron en que matones de los paramilitares asesinaron a Abad debido a su trabajo periodístico, aunque discrepaban en torno al posible motivo. Una fuente dijo al CPJ que Abad probablemente fue asesinado por investigar el asesinato de su colega Agudelo. Pero otras fuentes señalaron la última transmisión de Abad, en que debatió la decision del gobierno de ceder una “zona de distension” a las FARC.
Matan a periodista de radio y televisión
El 8 de julio, hombres desconocidos mataron al periodista radial y televisivo Jorge Enrique Urbano Sánchez en el centro de Buenaventura, puerto sobre la costa del Pacífico. Un amigo del periodista resultó herido en el ataque.
Urbano al parecer había dedicado sus últimos programas televisivos a denunciar a la banda criminal local “Tumba Puertas”.
Además de su trabajo periodístico, Urbano administraba el sistema municipal de parques en Buenaventura. El periodista había sido amenazado dos meses antes, según el diario El Tiempo de Bogotá. Urbano atribuyó las amenazas a sus declaraciones públicas sobre la delincuencia en el parque central de Buenaventura, donde él había coordinado operaciones para reubicar a vendedores callejeros y drogadictos.
Aumenta saldo de muertes
La guerra civil colombiana lleva ya cuatro décadas, pero se ha agravado en años recientes con el uso de fondos del narcotráfico tanto por parte de las guerrillas izquierdistas como de los paramilitares derechistas. Hoy en día, amplias zonas del país están totalmente fuera del control del Estado. Según cifras oficiales, hasta el 98 por ciento de todos los crímenes nunca se resuelven.
A todas las partes en el conflicto les interesa mucho su imagen en la prensa, y están dispuestas a usar la violencia para asegurarse de que se les represente favorablemente. Aún así, Colombia mantiene una prensa activa, con dos diarios de circulación nacional y una red de estaciones radiales a lo largo y ancho del país. Aunque han surgido reportes de autocensura, la prensa colombiana en general ha trabajado valientemente pese a los graves riesgos.
Tres periodistas colombianos fueron asesinados por razones profesionales en el 2000, según las investigaciones del CPJ, con lo cual la cifra para los 10 últimos años asciende a 34.
FIN