Cuba: Expulsión de periodistas suecos revela represión a la prensa

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Nueva York, 30 de agosto del 2000 — El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) deplora la reciente detención e inminente expulsión de tres periodistas suecos en La Habana, según se dijo por mantener contactos con miembros de la prensa independiente cubana.

Cerca de las siete de la mañana del 29 de agosto, agentes del Ministerio del Interior arrestaron a Birger Thuresson, Peter Götell y Helena Söderqvist en la casa donde se hospedaban en Centro Habana. Los tres periodistas, todos de pequeños diarios suecos, al parecer se habían reunido con periodistas independientes cubanos en un taller sobre libertad de prensa. El gobierno cubano acusó a los periodistas suecos de violar sus visas de turistas al desempeñar tareas periodísticas.   El viaje de los periodistas suecos había sido patrocinado por el Centro Liberal Internacional de Suecia, una organización que promueve la democracia. Los detenidos probablemente serán deportados a Europa esta misma noche en un vuelo de Air France, según informes de agencias noticiosas.

“El trato deplorable a estos reporteros suecos demuestra que el gobierno de Castro todavía le tiene terror a cualquier información que no controle”, declaró la directora de comunicaciones del CPJ, Judy Blank. “Hoy en Cuba, cualquiera puede ser arrestado por sólo hablar con un periodista independiente”.   “Este caso pone de relieve los riesgos que corren cada día los periodistas independientes cubanos cuando tratan de cubrir alguna noticia”, agregó Blank. “Hoy, tres periodistas independientes se encuentran encarcelados por escribir artículos que fueron considerados críticos del sistema cubano”.

En mayo, el CPJ incluyó al presidente cubano Fidel Castro en su lista anual de Los Diez Peores Enemigos de la Prensa por sexto año consecutivo, y afirmó que “el gobierno de Castro continúa atacando al periodismo independiente al detener e interrogar a reporteros, monitorear e interrumpir sus llamadas telefónicas, prohibirles viajar libremente y colocarlos bajo arresto domiciliario a fin de impedirles cubrir eventos políticos o religiosos”.