Ciudad de México, 6 de mayo de 2015–El cuerpo del periodista de radio de Veracruz Armando Saldaña Morales fue hallado el lunes en el estado vecino de Oaxaca, según indicó la Procuraduría de Justicia del Estado de Oaxaca e informes de prensa. El periodista fue asesinado a balazos, según los informes. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) condena el asesinato y exhorta a las autoridades a establecer el motivo del asesinato y asegurar que los autores sean enjuiciados.
“Los periodistas han pagado un precio elevadísimo por cumplir con su labor informativa en México: son asesinados y desaparecidos con regularidad y total impunidad”, afirmó Carlos Lauría, coordinador senior del programa de las Américas del CPJ, desde Nueva York. “Las autoridades federales deben investigar a fondo este crimen, examinar con rigor el trabajo periodístico de Saldaña como un motivo posible, y enjuiciar a los responsables”.
El cuerpo de Saldaña fue hallado junto a una camioneta blanca sin placas cerca de las 3:40 p.m. en el municipio de Acatlán de Pérez Figueroa, 352 kilómetros al sudeste de la Ciudad de México y cerca de la frontera del estado de Veracruz, dónde vivía Saldaña, según informes de prensa. El periodista recibió cuatro balazos en la cabeza y su cuerpo mostraba signos de tortura, según informes en la prensa local.
Saldaña, de 52 años, conducía un programa informativo en la emisora radial La Ke Buena 100.9 FM en la ciudad de Tierra Blanca, en el estado de Veracruz. Octavio Bravo Bravo, un colega de Saldaña en la emisora, afirmó al CPJ que la última vez que vio al periodista fue el sábado en Veracruz. El diario local Crónica de Tierra Blanca informó que Saldaña desapareció después de una fiesta. Otro informe en el diario El Mundo señaló que Saldaña había sido interceptado por hombres armados cuando se dirigía a su casa.
Funcionarios de Oaxaca comunicaron que estaban investigando el asesinato de Saldaña, pero que no tenían aún ninguna pista, según informes de prensa.
En los días previos a su muerte, Saldaña había informado al aire sobre el supuesto robo de combustible por parte de integrantes del crimen organizado de los oleoductos pertenecientes a Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa nacional de petróleos, Bravo Bravo indicó al CPJ. El robo desde los oleoductos ha plagado a Pemex y con frecuencia involucra al crimen organizado y carteles de la droga como Los Zetas.
El crimen organizado, afirmó Bravo Bravo, se ha extendido en la región de Tierra Blanca y es un tema sobre el cual los periodistas tienden a permanecer en silencio, proporcionando solo detalles básicos y sin mencionar nombres. Saldaña iba un poco más allá, agregó Bravo Bravo. “Entre nosotros, nos autocensuramos. Pones tu vida y la de familia en riesgo”, señaló. “Lo conocía como una persona seria: muy trabajador, responsable, muy profesional y competente. No sé lo que pudo haber ocurrido”.
Informar sobre robos de los oleoductos ha resultado peligroso para los periodistas mexicanos en oportunidades anteriores, según la investigación del CPJ. En agosto de 2014, el periodista freelance Octavio Rojas Hernández, quien trabajó por dos meses para el periódico El Buen Tono de Veracruz, fue asesinado a balazos luego de que un individuo lo tentara a salir de su hogar en San José Cosala, Oaxaca, con la excusa de que quería comprarle su automóvil, según informes de prensa. Dos días después de su muerte, El Buen Tono publicó un artículo sobre un operativo conjunto entre el ejército y la policía estatal de Oaxaca a través del cual lograron desbaratar una banda acusada de extraer gas de ductos pertenecientes a Pemex. Rojas era el único corresponsal de El Buen Tono en la región.
Veracruz es uno de los estados más peligrosos para la prensa en México, según la investigación del CPJ. Cuatro periodistas han caído en cumplimiento de su labor desde 2011, según la investigación del CPJ. El CPJ continúa investigando las muertes de al menos seis otros periodistas bajo circunstancias poco claras. Al menos tres periodistas han desparecido en el mismo estado en el mismo período. En el pasado, el gobernador Duarte ha intentado desestimar cualquier vínculo posible entre los asesinatos de periodistas y su trabajo profesional.
La violencia vinculada al narcotráfico ha convertido a México en uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio del periodismo, según datos del CPJ. Más de 50 periodistas han sido asesinados o han desaparecido desde 2007. México ocupó el séptimo puesto en la edición 2014 del Índice de Impunidad del CPJ, que se enfoca en las naciones donde los periodistas son asesinados sin que se enjuicie a los responsables de los crímenes.
- Para más datos y análisis, lea el informe del CPJ Ataques contra la Prensa.