Nueva York, 13 de agosto de 2014–Las autoridades nacionales deben investigar cuanto antes el asesinato de un periodista colombiano, hecho acontecido el martes, y capturar a los autores del crimen, declaró hoy el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés). Luis Carlos Cervantes Solano había recibido amenazas en relación con su labor periodística desde el 2010, según informes de prensa.
Pistoleros no identificados abatieron a Cervantes, quien se desplazaba en una motocicleta, en la municipalidad de Tarazá, región del Bajo Cauca, departamento de Antioquia, según informes de prensa. Cervantes era director de la radioemisora comunitaria Morena FM y hasta agosto del 2013 se había desempeñado como corresponsal del programa televisivo “Teleantioquia Noticias” en la zona.
La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) informó que desde el 2012 Cervantes había presentado al menos cinco denuncias de amenazas ante la Fiscalía General de la Nación. Ese mismo año, la Fiscalía le otorgó protección policial. De acuerdo con Cervantes, las amenazas comenzaron en el 2010 cuando informó para “Teleantioquia Noticias” sobre denuncias de corrupción en el gobierno de la zona y sobre presuntos nexos entre las autoridades municipales y la conocidad banda criminal Los Urabeños, según la FLIP. A finales de 2013, Cervantes le comunicó a la FLIP que, como consecuencia de las reiteradas amenazas, abandonaría los espacios noticiosos y solamente se dedicaría a transmitir música.
El 5 de junio del año en curso, el comité que evalúa el riesgo de los periodistas y recomienda medidas de protección, decidió levantar las medidas de protección de Cervantes porque había determinado que Cervantes ya no ejercía el periodismo, de acuerdo con la FLIP. Esa decisión entró en vigor el 24 de julio, también según la FLIP.
Pero, a principios de esa misma semana, el 21 de julio, Cervantes había denunciado que un sujeto había llegado a su casa y le había pedido que transmitiera una información por la radioemisora, de acuerdo con el diario El Colombiano, que no ofreció mayores detalles sobre el contenido de la información en cuestión. Según el diario, Cervantes rechazó la petición y al día siguiente recibió un mensaje de texto en el que le decían que tenía dos horas para salir del municipio. Cervantes abandonó Tarazá por poco tiempo y a su regreso protestó por el retiro del esquema de seguridad.
Andrés Villamizar, director de la Unidad Nacional de Protección, la cual se encarga de supervisar la protección de los colombianos que han sido amenazados, refirió a la prensa el martes que se había tomado la decisión de retirarle la protección al periodista porque no logró determinar que todavía ejerciera el periodismo ni que las amenazas estuvieran vinculadas a su actividad periodística.
“Es triste que Luis Carlos Cervantes Solano haya sido asesinado después de pasar varios años denunciando las reiteradas amenazas contra él”, declaró Robert Mahoney, subdirector del CPJ. “Las autoridades colombianas deben llegar hasta el fondo de este crimen, investigar exhaustivamente todos los posibles motivos y enjuiciar a los responsables”.
Los periodistas colombianos que informan sobre cuestiones sensibles como el prolongado conflicto armado del país, la delincuencia y la corrupción, han visto resurgir la violencia y la intimidación en los últimos años, según datos del CPJ. El Bajo Cauca es una región particularmente peligrosa para el ejercicio del periodismo.