La Ciudad de México, 5 de junio de 2014–El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) condena el asesinato de Jorge Torres Palacios, columnista mexicano y portavoz gubernamental, y exhorta a las autoridades a investigar de forma exhaustiva el crimen y enjuiciar a los responsables. El cuerpo de Torres fue encontrado el lunes en una bolsa en una huerta en el estado de Guerrero, tres días después de haber sido secuestrado por desconocidos en su casa en Acapulco, según informes de prensa.
Torres escribía una columna semanal sobre política y seguridad, llamada “Nada Personal”, para el diario El Dictamen de Acapulco. Algunos de sus artículos también aparecieron en Libertad Guerrero Noticias, un sitio web de noticias local. Torres fue también el portavoz del departamento de salud municipal de Acapulco en el estado de Guerrero durante dos años, después de cumplir una posición similar para el ex gobernador del estado de Guerrero, Zeferino Torreblanca. Antes de eso, fue presentador de programas de noticias en estaciones estatales de radio y televisión de Guerrero.
No se pidió rescate después de su secuestro, según sus colegas. Las autoridades afirmaron que están investigando el asesinato, según informes de prensa.
Algunos periodistas locales que pidieron no ser identificados por temor a represalias indicaron al CPJ que no creían que el asesinato de Torres estuviera relacionado con su trabajo. Pero otros periodistas locales criticaron declaraciones oficiales y comunicados de prensa en las que, afirmaron, las autoridades sólo se referían a la posición gubernamental de Torres y no reconocen su trabajo como periodista, según informó el diario La Jornada Guerrero. Torres había escrito varias columnas críticas sobre las autoridades locales poco antes de su muerte.
“Es preocupante que las autoridades mexicanas estén descontando un posible vínculo entre el trabajo de Jorge Torres Palacios como columnista y este crimen”, afirmó Carlos Lauría, coordinador senior del programa de las Américas del CPJ, desde Nueva York. “Las autoridades deben investigar de forma exhaustiva el secuestro y asesinato de Torres, determinar si existe un vínculo con sus columnas o con políticos locales, y enjuiciar a los responsables”.
En la que El Dictamen afirmó ser su última columna, publicada poco después de que fue secuestrado, Torres criticó al alcalde de Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, acusándolo de poner ambición política personal por delante de problemas como la delincuencia y la corrupción. Entre sus columnas está una publicada en marzo en Libertad Guerrero Noticias, en la que acusó a un senador estatal de poner sus planes de campaña para ser gobernador por delante de la labor del Congreso. Otra columna del mismo mes en Libertad Guerrero Noticias criticó el hijo del actual gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, afirmando, según el periodista, que supuestamente quería postularse para ser alcalde de Acapulco.
Periodistas en varias partes de Guerrero realizaron protestas públicas manifestando contra el secuestro y asesinato de Torres.
La violencia vinculada a la delincuencia organizada ha convertido a México en uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio del periodismo, según datos del CPJ. El periodista Gregorio Jiménez de la Cruz fue secuestrado y después hallado muerto en Veracruz en febrero. Sin embargo, el número total de periodistas asesinados en represalia directa por su trabajo es muy difícil de confirmar porque la policía muchas veces no realiza las investigaciones más básicas para determinar un motivo, según la investigación del CPJ. México ocupa el séptimo lugar en el Índice de Impunidad del CPJ, que se enfoca en los países donde es común que asesinen a los periodistas y los responsables continúen impunes.