Nueva York, 9 de diciembre de 2013–El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) insta a las autoridades a realizar una investigación exhaustiva sobre el asesinato el sábado de un periodista hondureño, identificar un móvil y enjuiciar a los responsables.
El cuerpo de Juan Carlos Medina Argeñal fue hallado dentro de su casa en la ciudad de Danlí, en el departamento de El Progreso, con al menos dos heridas de bala en la cabeza, según informes de prensa. Las autoridades afirmaron a la prensa que creían que Argeñal estaba solo cuando los hombres armados entraron en la casa.
Argeñal era dueño de la emisora cristiana Vida Televisión y de una empresa de entretenimiento. También era corresponsal local de la cadena de televisión Globo.
David Romero, director de Globo TV y Radio Globo, afirmó a la agencia internacional de noticias Agence France-Presse que Argeñal había sido amenazado en el pasado por revelar en informes de Globo TV sobre corrupción en un hospital local. El informe de AFP no ofreció más detalles.
Argeñal era también partidario de Libre, el partido político de Xiomara Castro de Zelaya, quien ha impugnado los resultados de las elecciones presidenciales del 24 de noviembre, que el tribunal electoral afirma que perdió, según informes de prensa locales. Globo fue blanco de serios ataques y múltiples interrupciones en su transmisión tras informar de forma crítica en el período posterior al golpe de 2009 contra el ex Presidente Manuel Zelaya, el marido de Castro.
“Instamos a las autoridades hondureñas a investigar este crimen de forma exhaustiva, incluyendo la posibilidad de un motivo relacionado con el periodismo, y enjuiciar a los responsables”, afirmó Carlos Lauría, coordinador senior del programa de las Américas del CPJ. “Mientras Honduras atraviesa un período de tensión política derivada de las elecciones presidenciales de noviembre y se prepara para un nuevo gobierno, las autoridades deben garantizar que los periodistas puedan cumplir con su labor informativa y sin las represalias violentas que experimentaron tras los eventos de 2009”.
Un clima de violencia e impunidad generalizado ha convertido a Honduras en uno de los países más peligrosos de la región, según la investigación del CPJ.