Nueva York, 3 de mayo del 2007—El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) está preocupado por la seguridad del periodista paraguayo Oscar Bogado Silva, quien ha recibido repetidas amenazas de muerte tras informar sobre corrupción y tráfico de drogas.
Bogado, corresponsal del diario Última Hora de Asunción, indicó al CPJ que el 24 de abril, individuos no identificados irrumpieron a su casa en la ciudad sureña de Encarnación. Nadie se encontraba en casa y los agresores no se llevaron nada, pero dejaron todas las puertas abiertas, aclaró Bogado. Al día siguiente, el periodista recibió una llamada anónima en su casa advirtiéndole que estaba siendo vigilado.
El periodista explicó al CPJ que ha recibido una serie de amenazas telefónicas desde marzo del 2006, cuando publicó el primer artículo sobre corrupción local y cultivos de marihuana en la frontera sureña de Paraguay. Bogado señaló que ha publicado varios artículos relacionados desde entonces y que ha recibido llamadas telefónicas anónimas en la casa, en el trabajo y en el teléfono celular después de la publicación de cada artículo. Diferentes individuos no identificados han amenazado a la familia de Bogado, advirtiendo que “si querés ver a tu hijo crecer, no te metas más en el tema”. Otro individuo señaló que “cuando queramos te liquidamos”, Bogado narró al CPJ.
Bogado afirmó que también lo han seguido recientemente. El 18 de abril, un vehículo lo siguió durante más 60 millas (100 kilómetros) desde su casa hasta la oficina de su esposa y de regreso. En llamadas anónimas han mencionado detalles de su rutina desde entonces.
El periodista reveló a los editores de Última Hora en Asunción que ha recibido amenazas. Bogado informó a las autoridades locales sobre las amenazas de manera informal, pero explicó que no ha presentado una denuncia oficial por miedo a represalias.
“Estamos muy preocupados por las amenazas de muerte que ha recibido Oscar Bogado”, declaró el Director Ejecutivo del CPJ, Joel Simon. “Instamos a las autoridades paraguayas a conducir una pronta investigación, detener a los responsables, castigarlos con todo el peso de la ley, y a proporcionar al periodista la protección necesaria para continuar cumpliendo con su trabajo”.
Las investigaciones del CPJ indican que en el 2006, dos periodistas que informaron sobre narcotráfico sufrieron violentas represalias. En febrero, Augusto Roa, corresponsal de ABC Color en Encarnación, al sur del país, fue atacado por dos pistoleros después de escribir tres notas de investigación que detallaban la producción y el tráfico de marihuana en el sur de Paraguay. En Julio, Luis Alcides Ruiz Díaz, reportero del semanario Hechos, en la ciudad fronteriza de Pedro Juan Caballero, fue amenazado de muerte luego de publicar los nombres de supuestos traficantes. El periodista radio, Enrique Galeano, también desapareció en febrero del año pasado tras informar sobre corrupción y tráfico de drogas en la frontera paraguaya.