Nueva York, 7 de diciembre del 2005 — Un periodista cubano que ya lleva detenido casi cinco meses sin que le formulen cargos ha bajado 30 libras (13,5 kilogramos) de peso en la cárcel y padece de serios problemas de salud, su esposa relató al Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
Oscar Mario González, periodista de la agencia noticiosa independiente Grupo de Trabajo Decoro, fue arrestado el pasado 22 de julio. La esposa, Mirta Wong Sio, señaló que estaba preocupada por el deterioro en la salud del periodista. González, de 61 años de edad, sufre de artrosis cervical y padece dolores de la columna. Además, presenta alteración del sueño y necesita tomar fármacos para poder dormir, según Wong.
“Estamos sumamente preocupados por la salud de nuestro colega Oscar Mario González, que se ha agravado a causa del encierro”, declaró Ann Cooper, Directora Ejecutiva del CPJ. “El hecho de que haya estado detenido casi cinco meses sin que le formulen cargos no hace más que multiplicar esta injusticia”.
González es uno de los 24 periodistas que se encuentran presos en Cuba. La mayoría de ellos fueron detenidos en la ofensiva gubernamental de marzo del 2003 contra la prensa independiente y la oposición. Al igual que González, los demás periodistas están en condiciones sanitarias deficientes y muchos han adquirido nuevos problemas de salud.
Las autoridades no han dado a conocer las razones de la detención de González, quien se encuentra en estos momentos en la sede del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI), el órgano de investigaciones policiales, donde comparte una pequeña celda con detenidos por delitos comunes. Según Wong, puede visitar a su esposo 20 minutos cada semana, en la presencia del oficial instructor del caso.
“He indagado para que me den el número de expediente pero no tiene … Estaba ejerciendo el periodismo, no me dan otra explicación”, expresó Wong. González ha sido trasladado cuatro veces a estaciones de policía de La Habana. En octubre, lo ingresaron en el Hospital Militar Carlos J. Finlay para someterlo a un chequeo médico a causa de su estado de salud. Posteriormente lo llevaron a la sede del DTI en La Habana.
Algunos colegas han especulado que González fue detenido como parte de un operativo policial que comenzó el 22 de julio, cuando activistas opositores habían planificado realizar una protesta antigubernamental frente a la embajada de Francia en La Habana. Varios dirigentes del grupo organizador de la protesta, la Asamblea para Promover la Sociedad Civil en Cuba (APSC), fueron detenidos el mismo día. En total, 29 opositores fueron detenidos; la mayoría fueron liberados sin que les formularan cargos.
En mayo, González brindó cobertura informativa al congreso de la APSC como reportero del Grupo de Trabajo Decoro. El congreso, que contó con la presencia de observadores internacionales, reunió a más de 100 activistas que debatieron estrategias para crear una sociedad democrática en Cuba. Las autoridades cubanas detuvieron y expulsaron a por lo menos cinco periodistas extranjeros que habían viajado a Cuba a cubrir el evento.
Pocos días después de la detención de González, un oficial instructor le dijo a la esposa del periodista que lo iban a procesar por la Ley 88 de Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba, que dispone sanciones de privación de libertad de hasta 20 años para toda persona que cometa “acciones que en concordancia con los intereses imperialistas persiguen subvertir el orden interno de la Nación y destruir su sistema político, económico y social”. Sin embargo, manifestó la esposa de González, nunca le confirmaron si procesarían a González por violar dicha ley.