Nueva York, 14 de febrero del 2003 — El martes 11 de febrero, las autoridades cubanas detuvieron a Fernando Ruiz Parra, profesor argentino de Periodismo que escribe un libro sobre el periodismo independiente cubano, y lo mantuvieron incomunicado. El académico fue liberado el 12 de febrero y deportado al día siguiente.
Ruiz Parra, quien llegó a Cuba el 3 de febrero con visa de turista, relató al CPJ que lo detuvieron cerca de las 7 de la mañana en el hotel donde se alojaba en La Habana. Luego lo trasladaron a un centro de detención del Ministerio del Interior en el municipio capitalino Plaza. Ruiz Parra acababa de llegar de un viaje a las provincias centrales de Cuba, donde entrevistó a periodistas independientes y les tomó fotografías.
Aunque no fue maltratado, Ruiz Parra fue sometido a cuatro interrogatorios _con una duración aproximada de dos horas cada uno_ en los que le preguntaron qué hacía en Cuba, por qué había escogido entrevistar a los periodistas independientes, y si los conocía. También lo acusaron de violar los términos de su visa de turista al realizar labores periodísticas. Las autoridades cubanas no informaron la detención a la embajada argentina y no dejaron que el académico llamara al personal de la embajada.
Funcionarios de la embajada argentina sólo pudieron comunicarse con Ruiz Parra en la tarde del 12 de febrero, después de que su esposa y amigos llamaran por teléfono a la embajada. Ruiz Parra fue liberado por la noche ante funcionarios diplomáticos y durmió en la embajada. Las autoridades cubanas le devolvieron las cámaras de video y fotográfica, pero le confiscaron cuadernos, apuntes, cintas de audio y de video, y rollos de fotografías. En la madrugada del 13 de febrero, lo deportaron a Argentina en un vuelo con escala en Panamá.
Periodistas independientes le manifestaron al CPJ que Ruiz Parra había estado en contacto con ellos desde hacía dos meses. Ruiz Parra a su vez indicó que él pensaba reunirse también con periodistas de la prensa oficial, así como con profesores de Periodismo de la Universidad de La Habana. El académico tenía previsto regresar a Argentina el 15 de febrero.
Conforme a las normas migratorias cubanas, los periodistas extranjeros que visiten la isla para realizar tareas periodísticas tienen que solicitar visas D-6, que se tramitan a través de las misiones diplomáticas cubanas en el exterior y son otorgadas con criterio selectivo, una práctica que el CPJ ha condenado. Las normas cubanas especifican que los profesionales de medios extranjeros que viajen al país amparados en visas de turista o cualquier otro tipo de visa diferente a la D-6, «deben abstenerse de ejercer el periodismo».
En los últimos años, el CPJ ha documentado los casos de varios periodistas extranjeros que, luego de viajar a Cuba con visas de turista y reunirse con periodistas independientes, han sido detenidos, deportados y obligados a entregar los materiales de investigación.
«En los últimos tres años, el gobierno cubano ha tratado reiteradamente de evitar que los periodistas independientes cubanos colaboren con sus colegas extranjeros. Exhortamos al presidente Fidel Castro a poner fin a esta práctica y permitir que todos los periodistas puedan trabajar libremente en la isla», señaló Joel Simon, director en funciones del CPJ.