Nueva York, 26 de marzo de 2002 — Los ataques del 11 de septiembre y la posterior «guerra contra el terrorismo» precipitaron una crisis en materia de libertad de prensa con alcance global, según el informe anual del CPJ sobre el estado de la libertad de prensa en el mundo.
El informe, titulado Ataques a la prensa en el 2001, documenta más de 500 casos de represión contra los medios en 140 países, entre ellos casos de asesinato, agresión, encarcelamiento, censura y hostigamiento judicial. Al documentar estos ataques, el informe del CPJ subraya varias tendencias alarmantes:
- En el 2001 un total de 37 periodistas de todo el mundo fueron asesinados como resultado directo de su labor, un brusco incremento en comparación con el 2000, cuando 24 fueron asesinados. El drástico aumento en las cifras se debe principalmente a la guerra en Afganistán, donde ocho periodistas murieron en cumplimiento de su deber mientras cubrían la campaña militar encabezada por los Estados Unidos. Sin embargo, la mayoría de los periodistas muertos no cubrían conflicto alguno, sino que fueron asesinados en represalia por informar acerca de temas delicados como por ejemplo la delincuencia y la corrupción estatal en países como Bangladesh, China, Tailandia y Yugoslavia.
- Tras cuatro años de continuo declive, el número de periodistas encarcelados aumentó en casi 50 por ciento —de 81 en el 2000 a 118 en el 2001—. Más de dos terceras partes del incremento del pasado año corresponde a campañas represivas en Eritrea y Nepal que casi pasaron desapercibidas y que fueron desatadas después del 11 de septiembre. China, por tercer año consecutivo la nación con el mayor número de periodistas presos, arrestó a ocho comunicadores más y terminó el año con un total de 35 periodistas tras las rejas.
- Los gobiernos de todas partes del mundo invocaron razones de «seguridad nacional» mientras buscaban implantar nuevas restricciones contra la prensa o desataban nuevas campañas de intimidación en naciones como Zimbabwe, donde los periodistas fueron denunciados como «terroristas». Como justificación, algunos gobiernos citaron los actos de los Estados Unidos después del 11 de septiembre, como el intento del departamento de Estado de censurar una entrevista que el mulá Omar, líder de los talibanes, concedió a la Voz de los Estados Unidos de América (VOA).
- Los Estados Unidos e Israel suscitaron polémicas en materia de libertad de prensa al bombardear medios de comunicación: la corresponsalía de Al-Jazeera en Kabul fue bombardeada en noviembre por los Estados Unidos como parte de sus ataques contra las fuerzas de los talibanes; en diciembre, Israel bombardeó y demolió las instalaciones de la radioemisora la Voz de Palestina en Cisjordania.
Excarcelan a periodistas
A pesar de estos retrocesos, en el 2001 hubo logros importantes y acontecimientos positivos para la libertad de prensa en el mundo. En naciones como Yugoslavia, Siria y Sri Lanka, los periodistas pudieron dar a conocer noticias con mayor libertad que la que habían disfrutado en mucho tiempo. Ocho periodistas etíopes encarcelados fueron puestos en libertad luego de una intensa campaña y una misión de investigación por parte del programa de África del CPJ. Por último, dos periodistas que habían sido galardonados con el Premio Internacional a la Libertad de Prensa del CPJ y que estaban presos cuando recibieron sus premios en 1999 y 2000, fueron puestos en libertad en el 2001 antes de cumplir sus condenas.
«Estas excarcelaciones son prueba fehaciente de que ni siquiera los enemigos más acérrimos de una prensa libre son inmunes a la presión internacional», declaró la directora ejecutiva del CPJ, Ann Cooper. «Al mismo tiempo, una verdadera crisis global en materia de libertad de prensa afectó a los periodistas desde China hasta Benín y Cisjordania, y dificultó dar cobertura informativa con seguridad y libertad», señaló Cooper.
Crucial activismo
Por más de dos décadas, el CPJ ha defendido a un sinnúmero de periodistas, ha salvado vidas y ha denunciado a los que intentan silenciar a la prensa. En el 2001, ese activismo fue más crucial que nunca. Tal como apunta Anne Garrels en el prólogo de Ataques a la prensa en el 2001, «a raíz del 11 de septiembre, muchos gobiernos pueden verse tentados a utilizar la amenaza del terrorismo como pretexto para arremeter contra una prensa inquisitiva y que incomode. De hacerlo, el CPJ estará presente para denunciarlo —se lo debemos a nuestros colegas de todo el mundo—».
Siria, Birmania y Colombia: tres reportajes especiales
Los reportajes especiales de la presente edición de Ataques a la prensa en el 2001 analizan el estado de la libertad de prensa en Siria, Birmania y Colombia. «Señales de pare» informa que aunque la prensa siria dio señales de vida luego de que Bashar al-Assad sucedió a su padre, quien gobernó con puño de hierro, hace dos años, el deshielo resultó fugaz. «Birmania bajo presión» muestra cómo los periodistas birmanos perseveran ante adversidades que no tienen precedentes en casi ningún país y que van desde el estricto control gubernamental hasta caprichosos censores y corruptos burócratas. «Mala prensa» se centra en el líder paramilitar derechista colombiano Carlos Castaño y el empleo que hace de la violencia, la intimidación e inclusive el asesinato para controlar a los medios locales.
El informe anual del CPJ goza de amplio reconocimiento como la fuente de información más autorizada y completa acerca del estado de la libertad de prensa en el mundo.
FIN