Nueva York, 4 de enero de 2002 — Luego de una detención sin precedentes por más de cinco meses, la escritora independiente Vanessa Leggett salió esta mañana de la prisión de Texas en donde fue recluida por negarse a entregar materiales de investigación sobre un sonado caso de asesinato a fiscales federales.
Leggett, de 33 años de edad, en estos momentos escribe un libro sobre el asesinato en 1997 de Doris Angleton, quien frecuentaba las reuniones de sociedad de Houston. Entre sus materiales de investigación se encuentran grabaciones de entrevistas que le hizo a Roger Angleton, cuñado de la víctima y sospechoso de cometer el asesinato, poco antes de que él se suicidara.
El 6 de julio de 2001, la jueza federal Melinda Harmon le pidió a Leggett que entregara sus materiales a un jurado de acusación federal. Cuando Leggett se negó a cumplir la orden, alegando la confidencialidad de sus fuentes, Harmon halló a Leggett culpable de desacato al tribunal y ordenó que se le encarcelara por todo el período de la investigación del jurado de acusación o por 18 meses, según lo que se cumpliera primero. La periodista se entregó el 20 de julio. Un panel de 3 jueces del Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito confirmó el fallo de la jueza Harmon el 17 de agosto.
El plazo del jurado de acusación venció en octubre pero fue prorrogado hasta hoy. «Estoy muy agradecida de estar libre. No creo que nadie se dé cuenta de lo preciosa que es la libertad hasta que le sea amenazada o le sea privada », declaró Leggett al Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) esta mañana.
El abogado de Leggett, Mike DeGeurin, introdujo una solicitud de certiorari ante la Corte Suprema de los Estados Unidos el 31 de diciembre, en la cual pide una revisión del fallo del tribunal de apelaciones. Esta apelación es importante porque Leggett aún puede ser convocada como testigo en cualquier caso futuro relacionado con el asesinato de Angleton. Ella también puede recibir otra citación de un jurado de acusación federal o enfrentar cargos penales por desacato.
«El CPJ espera que la liberación de hoy marque el fin de la injusta persecución de Vanessa Leggett», afirmó la directora ejecutiva del CPJ, Ann Cooper. «La prensa no puede ser libre a menos que los periodistas puedan proteger la confidencialidad de sus fuentes. Leggett claramente estaba investigando una noticia para su difusión al público y nunca debió haber sido encarcelada».
La liberación de Leggett significa que Cuba se convierte ahora en el único país del hemisferio occidental en el que un periodista se encuentra encarcelado por su trabajo.
FIN