SURINAM El presidente Ronald Venetiaan, líder de una coalición moderada de partidos étnicos, demostró ser respetuoso de la libertad de prensa tal y como esperaban los periodistas cuando tomó posesión en agosto de 2000. Desde entonces ningún abuso grave ha sido reportado en esta antigua colonia holandesa de menos de medio millón de habitantes. Con el gobierno anterior, los periodistas con frecuencia eran hostigados y sujetos a las diatribas del hombre fuerte Dési Bouterse, líder del entonces gobernante Partido Nacional Democrático (NDP). Una reunión del 12 de agosto entre Venetiaan y representantes de los medios hizo mucho para asegurarle a los periodistas locales que la prensa tendría una buena relación con el nuevo gobierno. Nita Ramcharan, directora del principal diario de Suriname, De Ware Tijd, reportó que Venetiaan mantuvo su promesa durante el 2001. «La libertad de prensa ha sido totalmente respetada por este gobierno», dijo ella. La radioemisora Radio Kankantrie, del NDP, fue sacada del aire dos veces durante el año por razones administrativas, aunque fuentes locales dijeron que las acciones pueden haber sido tomadas en represalia por la cobertura de la radioemisora contra el gobierno. Sin embargo, Radio Kankantrie ha estado transmitiendo desde entonces sin ningún problema. Los periodistas locales dicen que Bouterse, quien sigue siendo una fuerza política en Suriname como miembro de la oposición en la Asamblea Nacional, y sus simpatizantes se mantuvieron relativamente silenciosos en el 2001. Bouterse está siendo investigado en Suriname por su papel en la masacre de 15 adversarios políticos en 1982. En otra investigación, la Corte Suprema holandesa dictaminó el 18 de septiembre que Bouterse no puede ser enjuiciado en los Países Bajos por esa masacre. Pero el 23 de octubre el mismo tribunal confirmó una condena de 11 años en contra de él por tráfico de cocaína. La arraigada cultura de la intolerancia en Suriname reapareció la noche del 29 de mayo cuando tres hombres atacaron al reportero holandés Armand Snijders. Los hombres bloquearon su carro, lo golpearon y patearon, y lo quemaron con cigarrillos. Snijders, quien ha vivido en Suriname desde 1993 y ha trabajado para la agencia de noticias holandesa Geassocieerde Pers Diensten durante los últimos tres años, dijo al CPJ que el ataque probablemente estuvo relacionado con sus reportajes acerca de un ex militar de cuya participación en el tráfico de cocaína sospechaba. La investigación sobre el ataque aún no ha producido ningún resultado, dijo Snijders. |