Por Naomi Zeveloff
En octubre, cuando estalló la guerra entre Israel y Gaza, Alaa al-Rimawi entró en acción, cubriendo los acontecimientos para J-Media, la agencia de noticias de Cisjordania que él dirige, y además para TikTok y Facebook. Sin embargo, su cobertura del conflicto sería breve. Menos de dos semanas después de estallar la guerra, Israel suprimió J-Media, aduciendo razones de seguridad, y rápidamente arrestó a tres empleados adicionales de J-Media. El 19 de octubre, al-Rimawi también fue arrestado. Él se sometía a un examen médico en un hospital, cuando las fuerzas israelíes allanaron su hogar en Ramallah y detuvieron a su hijo para presionar a al-Rimawi a entregarse a las autoridades. Más tarde ese mismo día, al-Rimawi se entregó a los funcionarios de la cercana prisión de Ofer
“Como Uds. saben, la ocupación, en el tiempo de su guerra contra Gaza, ahora quiere que la voz periodística y mediática se retire”, declaró al-Rimawi a sus más de 220.000 seguidores en TikTok antes de entregarse a las autoridades de la prisión. “Les pido disculpas, les pido disculpas, porque quizás no estaré con Uds. en esta cobertura, para poder comunicar su dolor, sus heridas y su victoria, con la ayuda de dios”.
Al-Rimawi es uno de los(as) 17 periodistas palestinos(as) detenidos(as) por Israel en el censo penitenciario más reciente de CPJ, el cual provee un vistazo a nivel mundial de los y las periodistas entre rejas el 1 de diciembre de 2023. No hay ni un periodista israelí en la lista, ni nadie que haya sido detenido por las autoridades palestinas. Este, es el número más alto de arrestos de periodistas en Israel y en los territorios palestinos, desde que CPJ empezó a rastrear los encarcelamientos en 1992. (El récord previo fue en 2016, cuando Israel detuvo a siete periodistas palestinos(as), y en 2011, cuando Israel detuvo a cuatro periodistas palestinos(as) y Hamas detuvo a tres.) Por el contrario, hubo solamente un periodista Palestino detenido por Israel al momento del censo previo de CPJ. A nivel mundial, Israel ahora es el sexto peor carcelero de periodistas, empatado con Irán.
El aumento abrupto, resalta lo peligrosa que es la guerra entre Israel y Gaza para los(as) periodistas en todo el territorio palestino. Gaza, donde Israel ha mantenido un bloqueo militar estricto desde 2007, es con creces el lugar más peligroso para periodistas, con varias docenas asesinadas como resultado de los bombardeos aéreos y de la invasión israelíes, tras el ataque de Hamas contra Israel el 7 de octubre. Sin embargo, todos(as) los(as) periodistas encarcelados(as) durante la guerra que se encuentran en el censo de CPJ, provienen de Cisjordania, un territorio que Israel ha ocupado desde 1967. (El periodista gazatí Diaa Al-Kahlout, por ejemplo, no fue incluido en la lista de CPJ, porque fue arrestado después del tope del 1 de diciembre.) Reportar desde Cisjordania, plantea una serie de riesgos únicos, incluyendo ataques por parte de colonos israelíes y de las fuerzas policiales israelíes y palestinas, y cada vez más arrestos por parte del Ejército israelí. Los(as) periodistas y defensores(as) palestinos(as), describen dichas detenciones como una forma de censura.
“Es una manera de silenciarlos, violando su derecho a la expresión, a la participación política y al trabajo periodístico”, afirma Tala Nasir, una abogada con el grupo de apoyo para los(as) prisioneros(as) palestinos Addameer. “Ellos no quieren que los(as) palestinos(as), los(as) periodistas, muestren al mundo todos estos crímenes”.
Como la mayoría de los(as) periodistas en la lista de CPJ, al-Rimawi no ha sido acusado. Él y los(as) otros(as) tres periodistas de J-Media, junto con 10 otros(as), se encuentran en detención administrativa, una política con raíces legales en la Palestina controlada por los británicos. A diferencia de los y las civiles israelíes, quienes son juzgados(as) en el sistema israelí de tribunales civiles, los y las palestinos(as) de Cisjordania están sujetos(as) a los tribunales militares. Bajo la detención administrativa, un comandante militar puede detener a un individuo sin presentar cargos, para prevenir que esa persona cometa una ofensa en el futuro. El periodo de detención, típicamente seis meses, puede ser extendido un sinnúmero de veces, durante el cual los jueces pueden aceptar pruebas sin revelarlas, bajo razones de seguridad, según el grupo israelí de derechos humanos B’Tselem.
Los familiares de varios(as) periodistas, incluyendo al-Rimawi, le contaron a CPJ que creen que sus parientes están detenidos(as) debido a sus publicaciones en los medios sociales, aunque no están seguros. Según Nasir, las familias de todos(as) los(as) detenidos(as) – no solamente los(as) periodistas – reciben poca información estos días, y algunas ni se enteran de que sus familiares han sido arrestados, hasta varios días después del hecho. Antes del 7 de octubre, dos familiares podían asistir a las audiencias de los tribunales militares para los(as) demandados(as) que enfrentan cargos; actualmente no se permite que nadie asista, afirmó Nasir. El acceso a abogados(as) ha sido obstaculizado; las sesiones de los tribunales actualmente se realizan principalmente a través de conferencias de video, lo cual les dificulta a los(as) abogados(as) hablar en privado con sus clientes.
Dos periodistas en la lista de CPJ, Tarek el-Sharif y Mohammad al-Atrash, han sido acusados de incitación, lo cual típicamente conlleva una sentencia de seis meses a dos años, según Addameer, el grupo de apoyo a prisioneros(as). El-Sharif conduce el programa radial de llamadas popular en Cisjordania llamado “Con la gente”. A partir del 7 de octubre, proporcionó actualizaciones diarias para sus radioescuchas sobre la respuesta militar israelí, comentando los bombardeos aéreos en Gaza y el número de muertos palestinos con las personas locales que telefoneaban. En noviembre, lo arrestaron en un allanamiento en su hogar al alba. Según Nasir, quien ha seguido el caso, el-Sharif enfrenta dos cargos de haber “glorificado mártires” – personas quien Israel alega que son terroristas – en capítulos de su programa radial. El abogado de Al-Atrash, el conductor del programa “Las discusiones de la gente” en Radio Alam, le contó a la emisora de radio que lo acusaron a Al-Atrash debido a sus publicaciones en Facebook e Instagram.
Un representante de Addameer recientemente visitó a el-Sharif en la prisión de Ofer, en las afueras de Ramallah, y describió las condiciones pésimas. Sólo le permiten 15 minutos en el patio cada dos días. Cada semana, recibe una botella de champú que debe compartir con los demás prisioneros para lavar sus cuerpos y ropa; para desinfectar sus celdas, utilizan una taza de cloruro diluido. Además dijo que las autoridades de la cárcel lo golpearon durante su arresto; por lo menos cuatro periodistas adicionales en la lista de CPJ también presuntamente fueron golpeados bajo detención.
Los(as) periodistas constituyen un pequeño número de los(as) miles de palestinos(as) que han sido arrestados(as) en las barridas masivas desde el 7 de octubre. “Están arrestando a prisioneros antiguos, líderes políticos, activistas, estudiantes universitarios y periodistas”, afirmó Nasir. La mayoría de los(as) periodistas en la lista de CPJ fueron arrestados(as) en allanamientos de sus hogares, durante los cuales las autoridades a veces confiscaron teléfonos móviles. Todos(as) menos seis habían enfrentado arrestos previos por los israelíes, un patrón que Nasir dice refleja tendencias más amplias. Al-Rimawi de J-Media ha sido arrestado varias veces, incluyendo en 2021 cuando llevó a cabo una huelga de hambre como forma de protesta; un vocero del Ejército israelí acusó al periodista de ser un agente de Hamas en ese momento. (Dos de los periodistas en la lista de CPJ, además han sido arrestados por las fuerzas de seguridad palestinas en el pasado.)
Las autoridades israelíes “saben que son activistas, que tienen un punto de vista político”, comentó Nasir de los detenidos. Por su parte, Israel ha declarado que su campaña de arrestos está dirigida contra militantes. El Ejército israelí, le indicó a CPJ que debería contactar al servicio de seguridad del país, conocido como Shin Bet, para comentarios sobre los(as) periodistas encarcelados(as), sin embargo Shin Bet no respondió.
Con cada arresto de un(a) periodista, la recopilación de noticias disminuye. Desde el 7 de octubre, Oday Al-shobaki, un reportero para Palestine TV, manejada por la Autoridad Palestina, ha visto su comunidad de reporteros(as) encogerse. Se dio cuenta que los administradores de un grupo en WhatsApp de periodistas locales empezaron a borrar los números de teléfono, y luego se enteró que dichos números pertenecían a personas que habían sido arrestadas. Las eliminaciones, fueron una precaución en caso de que los soldados israelíes hubieran confiscado los móviles de los(as) periodistas al arrestarles.
Al-shobaki comentó, que se había interesado en el periodismo desde un principio, para poder “alzar la voz palestina en alto”, y antes se deleitaba en hacer giras en Cisjordania recabando relatos. Sin embargo, desde que estalló la guerra, no ha continuado dichas giras, y ni siquiera va a su oficina, optando por trabajar en su hogar en Belén. Él depende de imágenes y videos grabados por testigos presenciales, y cree que muchos relatos se están perdiendo.
La abogada Nasir indicó que si bien los(as) palestinos(as) no confían que los tribunales militares pondrán en libertad a los(as) periodistas ni a ningún otro prisionero, ella espera que algún día algunos(as) serán liberados(as) a cambio de los y las rehenes detenidos(as) por Hamas en el ataque del 7 de octubre. Dos periodistas, Mervat Al Azze y Lama Khater, fueron puestas en libertad en trueques recientes.
Siempre y cuando se liberen periodistas, Al-shobaki pronostica que retomarán la profesión del periodismo. “Creo que la mayoría de ellos(as), cuando regresen a casa, empezarán a trabajar de nuevo”, comentó.
Reportajes adicionales realizados por Ignacio Delgado Culebras y el personal del programa de CPJ para el Oriente Medio y el Norte de África.