Ciudad de México, 3 de noviembre de 2021 – Las autoridades mexicanas deben realizar una investigación pronta y exhaustiva sobre la muerte del periodista Fredy Fernando López Arévalo, determinar si fue objeto de represalias por su trabajo, y hacer que los responsables de este crimen rindan cuentas ante la Justicia, declaró hoy el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
Cerca de las 8 p. m. del 28 de octubre, un sujeto no identificado se acercó a López afuera de su domicilio, en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, en el sureño estado de Chiapas, y le propinó varios disparos, dándole muerte en el acto, según versiones noticiosas y un comunicado de la Fiscalía General del Estado de Chiapas.
López tenía una larga trayectoria como periodista y editor en México y Centroamérica, según la biografía que aparece en el sitio web de noticias Noticiero Agencia 3, la cual mencionaba que había sido corresponsal de los periódicos Novedades y El Universal, así como jefe de la corresponsalía para Centroamérica de la agencia noticiosa estatal Notimex.
En fechas más recientes, López había publicado noticias y opiniones en las redes sociales y en Jovel, una revista local que ya dejó de circular, según el hermano del periodista, Jorge López, quien conversó con el CPJ por vía telefónica. Jorge López declaró al CPJ que el periodista regresaba de celebrar el cumpleaños de su madre en la capital estatal, Tuxtla Gutiérrez, cuando fue atacado.
“La brutal muerte del periodista Fredy López continúa la alarmante tendencia de violencia contra la prensa mexicana, y consolida la pésima condición de México como uno de los países más violentos del mundo para el ejercicio del periodismo”, declaró Jan-Albert Hootsen, representante del CPJ en México. “Salvo que las autoridades mexicanas tomen en serio la investigación de estos ataques, la muerte de López, como otras tantas, quedará en la impunidad”.
En los últimos días, López había escrito sobre el despido de empleados de la nómina municipal de San Cristóbal, y en su cuenta de Twitter, donde tenía unos 2300 seguidores, había publicado mensajes de apoyo al Gobierno del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.
El periodista también publicaba resúmenes de noticias de la prensa local, nacional e internacional en su página de Facebook, donde contaba con unos 6800 seguidores. En fechas recientes había dado cobertura a la aparición en Chiapas de grupos de autodefensa, que afirman haber recurrido a las armas para combatir el crimen organizado. Además, López había informado sobre el asesinato de un maestro y el incremento del paso de inmigrantes por Chiapas con destino al norte en su página de Facebook.
Un periodista que radica en Chiapas y que conocía en persona a López y estaba familiarizado con su trabajo, declaró al CPJ por aplicación de mensajería que López también había informado sobre las actividades de la delincuencia organizada y el narcotráfico en la región. La fuente agregó que creía que el homicidio de López estaba vinculado a su labor informativa, y solicitó el anonimato por motivos de seguridad.
El CPJ no pudo encontrar de inmediato ningún artículo reciente escrito por López sobre el narcotráfico.
Jorge López declaró al CPJ que no estaba al tanto de ninguna amenaza contra la vida de su hermano. Un funcionario del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, una institución perteneciente a la Secretaría de Gobernación federal que coordina programas de protección para periodistas amenazados, declaró al CPJ que la institución no estaba enterada de ninguna amenaza contra López y que el periodista no estaba incorporado a ningún programa de protección federal. El funcionario solicitó el anonimato, pues no tenía autorización para hablar sobre el asunto.
El CPJ llamó en reiteradas ocasiones a la Fiscalía General del Estado de Chiapas para obtener una declaración, pero nadie contestó la llamada.
México es el país más violento del hemisferio occidental para el ejercicio del periodismo. Según datos del CPJ, como mínimo tres periodistas han sido asesinados en represalia por su labor informativa y otro ha desaparecido en México en lo que va de 2021.