Sin Excusa: México debe quebrar el ciclo de impunidad en asesinatos de periodistas

La prensa mexicana está atrapada en un ciclo letal de violencia e impunidad y los periodistas del estado de Veracruz, en particular, corren el riesgo de ser secuestrados y asesinados. Pese a que las autoridades han designado a un fiscal especial para la investigación de delitos contra la libertad de expresión y han establecido un mecanismo de protección de periodistas, la falta de voluntad política para acabar con la impunidad convierte a México en uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio del periodismo. Un informe especial del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).

Publicado el 3 de mayo de 2017

Índice

Video: Moisés Sánchez

Video: Gregorio Jiménez de la Cruz

Prólogo: Informar sobre la corrupción en México significa vivir con la impunidad

Introducción: La lucha contra la impunidad debe ser prioridad para el gobierno mexicano

En México, uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, la impunidad endémica permite a los grupos criminales, los funcionarios corruptos y los carteles de la droga silenciar a sus críticos. La violencia es particularmente grave en el estado de Veracruz, donde los ataques contra la prensa permanecieron impunes durante el mandato del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa. Pese a los intentos del gobierno federal por combatir este ciclo letal, la justicia sigue ausente y la impunidad es la norma.

I. Moisés Sánchez: Retrasos y errores obstaculizan la justicia

El periodista veracruzano Moisés Sánchez seguía el lema de que “vivir con miedo no es una opción”, pero sus informaciones críticas, que incluyeron denuncias contra Omar Cruz Reyes, alcalde de Medellín, lo colocaron en una situación de peligro. Las autoridades acusan a Cruz de ordenar el secuestro y asesinato de Sánchez en enero de 2015, pero las demoras de las autoridades en el proceso de retirarle la inmunidad al ex alcalde, permitieron que el funcionario escapara.

II. Marcos Hernández Bautista: El reportero rebelde

Hernández, reportero de Noticias, Voz e Imagen, por lo general hacía caso omiso de las amenazas de muerte, pero en los días previos a su asesinato, cometido en enero de 2016, el periodista de Oaxaca admitió que se sentía preocupado por los mensajes recibidos. Se ha condenado a un ex jefe de policía por el asesinato del periodista, pero hasta la fecha no se ha identificado al autor intelectual del crimen, ni se ha esclarecido el motivo.

III. Gregorio Jiménez de la Cruz: Silenciado por un acto de barbarie

Trabajar en una pequeña localidad de Veracruz asolada por los enfrentamientos entre grupos criminales colocó al reportero local Jiménez en el centro del peligro. Cuando asesinaron al periodista en febrero de 2014, los atacantes le cortaron la lengua como mensaje de advertencia para otros periodistas. Pese a que las autoridades realizaron varios arrestos, entre ellos el del presunto autor material, los críticos sostienen que la investigación ha sido deficiente, y no se ha logrado condenar a ningún acusado.

Recuadro: Iniciativas federales para proteger a periodistas son insuficientes

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