Bogotá, 1 de febrero de 2013–Las autoridades colombianas deben garantizar la seguridad de dos periodistas que han abandonado la ciudad norteña de Montería luego de ser amenazados por informar sobre grupos criminales, afirmó hoy el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
Amilkar Alvear, reportero del diario El Heraldo y su periódico afiliado, Al Día, y Jairo Cassiani, fotógrafo de las mismas publicaciones, huyeron de Montería el lunes tras recibir un panfleto en las oficinas de El Heraldo que los amenazó de muerte si no abandonaban la ciudad en un período de 48 horas, según informes de prensa. El panfleto tuvo la firma de los Urabeños, una de las mayores organizaciones criminales de Colombia, según informes de prensa. Los Urabeños es formado por ex paramilitares que antes lucharon contra las guerrillas marxistas, pero ahora se dedican al tráfico de drogas y otros delitos.
El panfleto, que incluía una foto de un rifle automático, señaló que los dos periodistas fueron amenazados por su cobertura sobre los Urabeños, según el análisis del CPJ de la nota. El panfleto legó el 28 de enero, el día después de la publicación de un artículo en Al Día que reveló la detención de dos presuntos guardaespaldas de uno de los líderes de los Urabeños. Aunque Alvear y Cassiani no trabajaron en esta nota específica, cubrían la policía, el crimen, y los tribunales para los diarios y a menudo informaban sobre las detenciones y los juicios de los miembros de los Urabeños.
El miércoles, dos hombres que afirmaron ser representantes de los Urabeños llegaron a las oficinas de El Heraldo y negaron que los Urabeños hubieran enviado el panfleto. Los hombres exigieron que los medios rectificaran la acusación y los amenazaron con tomar “medidas” no especificadas en su contra, según la Fundación para la Libertad de Prensa en Bogotá.
Jorge Roa, representante de la FLIP, afirmó al CPJ que el Ministerio del Interior de Colombia está investigando las amenazas para determinar si debe proporcionar protección a Alvear y a Cassiani, quienes se han trasladado a otra ciudad.
“El miedo y la autocensura son una constante entre los periodistas del interior de Colombia, y porque los ataques rara vez se investigan, los periodistas toman este tipo de amenazas muy en serio”, afirmó Joel Simon, director ejecutivo del CPJ. “Las autoridades colombianas deben garantizar la seguridad de Alvear y Cassiani y tomar medidas para garantizar que las personas que usan las amenazas y la violencia para reprimir la información sean investigadas por la justicia”.
Para los periodistas ha sido extremadamente difícil informar sobre el ascenso de los Urabeños y otros grupos criminales. Los grupos son muy sensibles a ser nombrados en los medios locales, porque temen que la publicación de sus fotos y otra información podría permitir que sean identificados y seleccionados por los miembros de grupos rivales, según la investigación del CPJ.
Al menos tres periodistas colombianos fueron obligados a huir a otras regiones del país en 2012 tras recibir amenazas relacionadas con su labor informativa, según la investigación del CPJ. Desde el 2007, nueve periodistas colombianos se han visto obligados a huir de sus hogares, según un análisis del CPJ. Solamente uno ha regresado al país.
- Para más información y datos sobre Colombia, visite la página del CPJ sobre Colombia aquí.