Diario de Chihuahua El Monitor de Parral suspende la edición impresa luego de sufrir ataque con bombas incendiarias

Ciudad de México, 1 de agosto de 2019 — Las autoridades mexicanas deben investigar inmediatamente el ataque que sufrió el diario El Monitor de Parral, del norteño estado de Chihuahua, y proporcionarles a sus empleados la protección adecuada, declaró hoy el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).

El 30 de julio, sujetos no identificados arrojaron cocteles Molotov contra la sede del periódico, en Parral, según su director de Noticias y según informaciones de la prensa local. Ninguno de los empleados de El Monitor de Parral resultó herido en el ataque, que provocó daños considerables, Esteban Villalobos, el director de Noticias, declaró al CPJ. En comunicado publicado ayer, el periódico anunció que había suspendido temporalmente la publicación de su edición impresa hasta que hubiera mejores condiciones para el trabajo periodístico, sin especificar cuáles eran esas condiciones. El comunicado agregó que la edición digital continuaría, pero que ya no se publicaría ninguna noticia policial ni que pudiera representar “un sesgo político”.

Varios medios informativos mexicanos han cesado sus actividades en los últimos años a causa de la violencia, entre ellos el periódico Norte de Chihuahua. Poco después del asesinato de su periodista Miroslava Breach en marzo de 2017, el periódico anunció que cerraría.

“Las autoridades mexicanas deben tomar las medidas adecuadas para proteger la integridad física del personal de El Monitor de Parral y deben asegurar que los autores del ataque sean sometidos a la justicia lo antes posible”, declaró Jan-Albert Hootsen, representante del CPJ en México. “Ningún medio informativo debería tener que escoger entre publicar o proteger su seguridad. La inacción del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador a la hora de enfrentar los actos de violencia contra la prensa no hace más que exacerbar el problema y envalentonar a futuros agresores”.

Villalobos declaró al CPJ que los sujetos atacaron el edificio cerca de las 11:30 p. m. del 30 de julio, cuando él y varios empleados estaban presentes. “Estábamos a punto de cerrar la edición del martes cuando escuchamos un ruido abajo”, señaló. “En unos pocos minutos, una sala con computadoras se había incendiado”.

El incendio destruyó varias computadoras e impresoras y provocó cuantiosos daños al edificio de tres plantas, que incluye la residencia del propietario, precisó Villalobos.

Villalobos declaró al CPJ que él no tenía conocimiento de ninguna amenaza reciente contra el personal y el propietario del periódico. “A veces hay personas que se pueden molestar un poco con algo que publicamos, pero nada que consideraría una amenaza o que terminaría en violencia”, expresó.

El propietario del periódico, Jorge Salayandía, no devolvió inmediatamente la llamada telefónica del CPJ.

El Monitor de Parral es uno de los principales periódicos de Parral, una ciudad de aproximadamente 130,000 habitantes situada a unos 560 kilómetros al sur de la frontera con Estados Unidos. El diario informa sobre temas de interés regional, entre ellos la política, la delincuencia y los eventos sociales.

Ayer las autoridades de Chihuahua condenaron el ataque. El Gobierno municipal de Parral declaró a los medios locales que colaboraría con las autoridades estatales. Carlos Huerta, vocero de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, expresó al CPJ que su entidad había iniciado una investigación.

Chihuahua fue uno de los estados más violentos de México en 2018, con más de 2000 homicidios, según estadísticas suministradas por la Fiscalía General del estado. México es el país más peligroso del hemisferio occidental para el ejercicio del periodismo. Según datos del CPJ, como mínimo tres periodistas han sido asesinados en represalia por su labor periodística en lo que va de 2019. El CPJ investiga otros cuatro casos de asesinato de periodistas, para determinar si el motivo estuvo relacionado con la labor informativa de los periodistas.