Por John Otis/Corresponsal del CPJ para la región andina
Cuando la oposición venezolana resquebrajó el dominio que el partido gobernante había ejercido sobre el poder durante 17 años, al obtener el control de la Asamblea Nacional en diciembre, el terremoto político causó un impacto editorial en el canal de noticias las 24 horas Globovisión.
En un país donde la mayoría de los medios están o bien controlados por el gobierno del Presidente Nicolás Maduro o raramente critican al gobierno, el canal de noticias las 24 horas abruptamente abandonó su línea progubernamental, declararon analistas al CPJ. Por el contrario, Globovisión comenzó a brindar cobertura informativa de la Asamblea Nacional, entrevistando tanto a políticos opositores como a oficialistas y profundizando mucho más en cuestiones como la escasez de alimentos, la inflación de tres dígitos y denuncias de mala gestión gubernamental.
El giro comenzó el 3 de enero cuando Globovisión interrumpió un programa presentado por un ferviente partidario y político del partido gobernante para pasar a la cobertura en vivo de la elección del nuevo presidente de la Asamblea Nacional por la bancada opositora.
“Fue muy abrupto”, describió al CPJ Damián Prat, columnista del periódico independiente Correo del Caroní, con sede en el oriente venezolano. “Fue un cambio completo, de la censura a la información total”.
Pero Vladimir Villegas, ex funcionario de gobierno que ahora es presentador principal de Globovisión, ofreció una interpretación diferente. En entrevista en su oficina de Caracas, Villegas declaró al CPJ: “El país ha cambiado y ello se ve reflejado en el canal”.
Globovisión ya es objeto de presiones por adoptar una postura más desafiante. La Asamblea Nacional es la única rama de la administración que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela no controla y el gobierno de Maduro ha respondido ignorando a la legislatura. Pero Globovisión con frecuencia brinda una amplia cobertura en vivo de las sesiones legislativas, inclusive los incendiarios discursos de algunos asambleístas opositores. Ello motivó a Maduro a fustigar a Globovisión durante un discurso transmitido por televisión a todo el país en enero, en el cual catalogó a la cobertura informativa del canal de “fuera de control”.
Funcionarios del ente regulador estatal de la televisión, Conatel, realizaron una inspección sorpresa al canal en febrero, una medida que Villegas denunció ante los micrófonos como una tentativa de intimidar y acallar a Globovisión. Conatel respondió con una declaración en la que se refería a la visita como una inspección de rutina y negaba que estuviera presionando a Globovisión.
Globovisión ha experimentado varias transformaciones desde que fue fundado en 1994 como el primer canal de noticias de Venezuela. Transmitido por señal abierta en las ciudades de Caracas y Valencia y disponible por cable en el resto del país, se suponía que Globovisión fuera la respuesta venezolana a la cadena CNN.
Pero durante la gestión del fallecido presidente Hugo Chávez, quien introdujo la revolución socialista en Venezuela en 1999, Globovisión se convirtió en uno de los críticos más vocales del gobierno. Los críticos del canal lo acusaron de apoyar tácitamente un golpe realizado en 2002 que por breve tiempo destituyó a Chávez y de imponer un bloqueo informativo cuando él regresó al poder dos días después. Villegas, quien respaldó firmemente al gobierno de Chávez, expresó al CPJ que en esos días Globovisión era más como “un partido político con cámaras”.
Poco después, el gobierno de Chávez tomó medidas para ejercer mayor control sobre los medios venezolanos. El CPJ ha documentado cómo el gobierno se negó a renovar las licencias de transmisión de canales y radioemisoras independientes, entre ellos Radio Caracas Televisión, que fue sacada del aire en 2007; cómo el gobierno convirtió a las medios audiovisuales estatales en órganos de propaganda; y cómo presionó a los medios privados mediante la aplicación de multas y el retiro de publicidad oficial. Para 2012, Globovisión era el único canal televisivo que quedaba en Venezuela que al mismo tiempo era crítico del gobierno y tenía alcance nacional.
Pero el canal pagó un precio muy caro. Globovisión fue objeto de querellas gubernamentales por su cobertura, así como de multas multimillonarias, y su propietario principal, Guillermo Zuloaga, huyó del país en 2010 para escapar de una serie de acusaciones judiciales, según un informe de 2012 publicado por el CPJ sobre los retos que enfrentaba el canal. Temiendo que la licencia de transmisión de Globovisión no fuera renovada, Zuloaga vendió el canal a un grupo de empresarios de Caracas en 2013, poco después de que Chávez murió y fue sucedido por Maduro.
Los nuevos propietarios, que según versiones periodísticas tenían estrechos vínculos con el gobierno, se reunieron con Maduro en la sede de la Presidencia en mayo de 2013 y uno de ellos luego insinuó que habían prometido suavizar el tratamiento informativo del canal, informó Reuters. La unidad investigativa de Globovisión fue disuelta, numerosos programas críticos del gobierno fueron cancelados y decenas de periodistas renunciaron o fueron obligados a renunciar, declaró al CPJ Mariengracia Chirinos, de la organización de libertad de prensa Instituto Prensa y Sociedad Venezuela, con sede en Caracas.
Una de las nuevas caras que Globovisión trajo fue Villegas, quien se incorporó al canal en 2013. Anteriormente, Villegas se había desempeñado como embajador en México y Brasil para el gobierno de Chávez y trabajó de cerca con Maduro cuando éste ejerció de canciller de Chávez. El programa de entrevistas insignia de Villegas, “Vladimir a La 1”, presenta una diversa lista de invitados. Pero muchos otros programas ignoraron a voces críticas y la suavizada cobertura de Globovisión llevó a una reducción en las cifras de teleaudiencia, según versiones periodísticas.
La cobertura del canal sobre el cambiante panorama político venezolano ha comenzado a reparar eso. Desde el decisivo triunfo opositor que obtuvo la mayoría en la Asamblea Nacional el 6 de diciembre, la bancada opositora ha comenzado a investigar a funcionarios de gobierno y a promover una forma constitucional de destituir al mandatario Maduro. En la actualidad, el centro de la acción política en Venezuela es la Asamblea Nacional, y la cobertura de Globovisión sobre las sesiones legislativas ha ayudado al canal a reconquistar a algunos de sus tradicionales televidentes, señaló Villegas.
Sin embargo, la posición editorial del canal podría repercutir contra Globovisión mientras cabildea para la renovación de su licencia de transmisión. Aunque la licencia venció en 2015, Conatel todavía no ha emitido una decisión. El CPJ intentó obtener una declaración del ente regulador pero éste no respondió de inmediato.
“En mi opinión este es un tipo de extorsión”, Villegas expresó al CPJ. “Decenas de canales y radioemisoras han esperado durante años a que les renueven la licencia. Es un mecanismo del cual se vale el gobierno para controlar el contenido de los medios”.
Aunque los defensores de la libertad de prensa celebran los cambios en Globovisión, sostienen que en general la situación de los medios independientes venezolanos continúa siendo aciaga. Los controles gubernamentales sobre la venta y la distribución de papel periódico han obligado a muchos periódicos independientes a dejar de imprimir sus ediciones o a cambiar la frecuencia de diario a semanario. Este mes, David Natera Febres, el director del Correo del Caroní, recibió una pena de cuatro años de cárcel por investigar denuncias de corrupción en una empresa minera estatal. Y la mayoría de los noticieros de televisión todavía evitan criticar la gestión del gobierno, señaló Chirinos.
“Debería ser normal que un canal de noticias abra los micrófonos a los diferentes puntos de vista”, manifestó Chirinos al CPJ. Pero, precisó ella, los cambios en Globovisión sobresalen porque “en Venezuela hay tanto miedo y silencio entre los medios”.
[Informes desde Caracas]