Por John Otis/Corresponsal del CPJ en los Andes
“Como el presidente es tan agresivo con los periodistas, su actitud impulsa a otra gente”, indicó Velásquez. “Correa dice que somos incompetentes y corruptos. Entonces ahora el ciudadano común dice “Sí, sí, sí, usted es corrupto y lo voy a enjuiciar también”.
Los críticos afirman que ante la ausencia de una fuerte oposición política, Correa, quien es amplio favorito para ganar otro mandato de cuatro años en las selecciones del 17 de febrero, ha convertido a la prensa ecuatoriana en su felpudo. En sus discursos, Correa insulta a los medios calificándolos de “mentirosos” que quieren sabotear su “revolución ciudadana”. Junto con las demandas presentadas por el presidente, su gobierno ha promulgado leyes que suprimen el discurso político. Los ministros del gobierno se niegan a hablar con los medios privados críticos. Los reguladores han cerrado radios comunitarias que no apoyaban al gobierno. Y algunos periodistas han sido sometidos a un aluvión de insultos aparentemente organizado a través de Twitter.
Todo esto parece haber envalentonado a algunos ciudadanos que han decidido confrontar a los medios en una variedad de formas, desde el acoso legal hasta los ataques físicos, indicó al CPJ César Ricaurte, director del grupo de libertad de prensa ecuatoriano Fundamedios. En 2012, Fundamedios documentó 173 agresiones contra periodistas ecuatorianos, un aumento de sólo 22 con respecto al 2008. Estos registros incluyen el primer asesinato de un periodista ecuatoriano por razones relacionadas con su trabajo desde 2005, así como 13 asaltos y 15 amenazas.
“Ésta es la consecuencia de la polarización política: la gente ve el mundo en blanco y negro. Es por eso que los riesgos para los periodistas van en aumento”, afirmó Ricaurte. “Correa es muy popular y si uno simpatiza con el presidente, la expectativa es que odie a la prensa”.
De hecho, las calles de Quito están llenas de críticos de la prensa. Cuando se le preguntó acerca de la actitud de Correa hacia los medios, el taxista Mario Cualchi indicó al CPJ que está de acuerdo con el presidente. “He sabido por años que los medios rara vez dicen la verdad”, afirmó.
Juan Carlos Calderón, editor del semanario Vanguardia y uno de los periodistas que fue demandado por el presidente, señaló que algunos de sus familiares que simpatizan con el gobierno ahora le hacen pasar un mal rato por sus informes críticos sobre el gobierno de Correa.
Otro editor de revista, que no quiso ser identificado, afirmó que la crítica viene de ambos lados. Las personas que apoyan al presidente preguntan por qué los medios son tan corruptos, mientras que los opositores acusan a los periodistas de dar marcha atrás en medio de la campaña del gobierno contra la prensa, indicó el director.
Una periodista que decidió alejarse de realizar investigaciones fuertes contra el gobierno de Correa es Janet Hinostroza, ex presentadora del programa “La Mañana 24 horas” en Teleamazonas. En septiembre, Hinostroza recibió llamadas telefónicas de un desconocido que le amenazó con secuestrar a su joven hijo. Las amenazas la causaron a posponer la difusión del último segmento de una investigación de tres partes sobre Pedro Delgado, primo del presidente, quien era entonces presidente del Banco Central (y que ha seguido el ejemplo de Correa de demandar a los periodistas). Hinostroza dejó el programa, pero sigue presentando los sábados un programa de noticias más ligeras en Teleamazonas.
Como muestra de apoyo público, Hinostroza afirmó que recibió “miles de mensajes” instándola a volver al programa de la mañana. Pero afirmó que investigar la corrupción gubernamental puede poner a su familia en riesgo. Aún hoy, según indicó, sigue siendo víctima de comentarios abusivos en Twitter y fuertes críticas por la parte de funcionarios del gobierno.
Para resumir la estrategia mediática del gobierno, Hinostroza se refirió a un artículo publicado el año pasado en la revista mexicana Gatopardo. En la nota Fernando Alvarado, secretario de comunicación de Ecuador, calificó a la prensa de “”una maleza que había que limpiar”. (Alvarado está actualmente de licencia).
En una entrevista con el CPJ, Patricio Barriga, secretario de comunicación encargado, negó que el gobierno de Correa intentara poner al público en contra de los medios privados. Afirmó que los periodistas están perdiendo la batalla de relaciones públicas con Correa y en respuesta está tratando de convertir al conflicto en un tema de libertad de prensa. “Para mí, todo este tema de la hostilidad contra los medios es una tesis promovida por un sector de la prensa”, afirmó Barriga. “Está en su interés mantener el nivel de conflicto. Quieren una confrontación”.
Los periodistas afirman que es Correa el que busca pelea porque es sensible a las críticas y ya no enfrenta una oposición política sólida. La mayoría de las encuestas preelectorales muestran a Correa con una ventaja de dos dígitos y proyecta que ganará en la primera ronda.
Durante un de sus últimos enlaces sabatinos antes de tomar licencia para la campaña presidencial, Correa volvió a embestir contra los medios por la cobertura sobre su primo, Delgado. “Miren lo que voy a hacer”, afirmó Correa el 24 de noviembre mientras mostraba un artículo crítico sobre Delgado en el diario El Universo de Guayaquil. Luego, ante los aplausos del público, un sonriente Correa rompió el periódico por la mitad.
Pero resulta que la prensa tenía razón.
Como presidente del Banco Central, Delgado había atraído una gran atención mediática sobre un supuesto crédito irregular así como también la adquisición de una propiedad en Miami a través de un préstamo. El 19 de diciembre, Delgado renunció luego de admitir que había falsificado su título profesional. Luego abandonó el país.
[Informe desde Quito, Ecuador]
John Otis, corresponsal en los Andes del programa de las Américas del CPJ, también trabaja como corresponsal de la revista Time y del Global Post. Es autor del libro “Law of the Jungle”, publicado en 2010, sobre contratistas militares estadounidenses secuestrados por la guerrilla colombiana, y está radicado en Bogotá, Colombia.