Cubrir conflictos armados plantea la más seria amenaza que deban jamás enfrentar los periodistas. Estar en buen estado físico puede ayudar a evitar lesiones. También debería estar emocionalmente preparado, adecuadamente equipado, correctamente entrenado y provisto de una póliza de seguro apropiada.
Manual de Seguridad para Periodistas del CPJ
4 Conflicto Armado
- Entrenamiento Sobre Seguridad
- Equipos de Protección
- Integrado o Unilateral
- Reglas de la Guerra
- Puestos de Control
- Tecnología Satelital en Entornos Hostiles
Cubrir conflictos armados plantea la más seria amenaza que deban jamás enfrentar los periodistas. Estar en buen estado físico puede ayudar a evitar lesiones. También debería estar emocionalmente preparado, adecuadamente equipado, correctamente entrenado y provisto de una póliza de seguro apropiada.
Entrenamiento Sobre Seguridad
Los cursos de entrenamiento en temas de seguridad para periodistas han sido brindados por empresas privadas desde los años ‘90; tradicionalmente, fueron dictados principalmente por ex personal militar del ejército estadounidense o británico. La mayoría se enfocó en enseñar habilidades de concientización personal orientadas a riesgos en el combate y peligros en el campo de batalla, junto con primeros auxilios para emergencias. Dicha capacitación es recomendable para periodistas que cubren enfrentamientos armados de cualquier índole. Se imparten conocimientos y habilidades, tanto en el aula como a través de complejos simulacros de campo que presentan a los periodistas el desafío de aplicar dichas habilidades y trabajar juntos. Este tipo de entrenamiento beneficia tanto a periodistas extranjeros como a reporteros locales.
El Instituto Internacional para la Seguridad de la Prensa (INSI, por sus siglas en inglés), radicado en Europa, ha capacitado pro bono a cientos de periodistas locales que trabajan en zonas peligrosas en todo el mundo. Además de surgir con múltiples habilidades, los periodistas a menudo crean vínculos entre sí. La capacitación brinda a periodistas locales que viven y trabajan en áreas peligrosas la oportunidad de reunirse y colaborar en terreno neutral de manera que pueda trascender las identidades geográficas, políticas y demás. Históricamente, los cursos de entrenamiento en temas de seguridad no se han especializado en abordar contingencias no militares, como por ejemplo mitigar el riesgo de acoso sexual cuando se trabaja en una cobertura informativa (ver Capítulo 2 Evaluación y Respuesta al Riesgo) o disminuir los peligros que implica cubrir crimen organizado (ver Capítulo 5 Crimen Organizado y Corrupción). Desde 2011, sin embargo, empresas nuevas y otras ya existentes vienen desarrollando módulos de entrenamiento para enfocarse en escenarios civiles y seguridad digital.
Los cursos sobre ambientes hostiles y primeros auxilios en casos de emergencias son requisitos para poder informar de modo seguro en cualquier situación que involucre un compromiso armado, incluyendo protestas y enfrentamientos violentos. Los cursos incluyen ejercicios sobre cómo reaccionar ante un secuestro. Se brindan cursos de cinco días en Gran Bretaña y en Estados Unidos a un costo de 3 mil dólares estadounidenses o más. Los cursos de perfeccionamiento de tres días, que se recomiendan periódicamente, tienen un costo mínimo de 2 mil dólares.
La Fundación Rory Peck ofrece un Fondo de Capacitación para profesionales independientes que los ayuda a cubrir el costo de los cursos sobre temas de seguridad. El fondo está disponible para “profesionales independientes de buena fe que participen de labores relacionadas con las noticias sobre asuntos actuales durante un mínimo de 18 meses”. El grupo de libertad de prensa Reporteros Sin Fronteras, con sede en París, brinda cursos sobre seguridad y manejo del estrés, como así también sobre leyes humanitarias internacionales, en colaboración con la Cruz Roja francesa. El curso está dictado en francés y se lleva a cabo en los Alpes franceses.
Agencias multilaterales lideradas por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, o UNESCO, junto con agencias gubernamentales unilaterales como la Agencia Sueca para el Desarrollo Internacional y grupos privados como el Instituto Internacional de Seguridad de Prensa, han brindado entrenamiento a periodistas en países menos desarrolladas de forma periódica.
Equipos de Protección
Los periodistas que necesitan equipo de protección corporal deberán seleccionar chalecos conforme a la expectativa de amenaza que pudieran tener. El Instituto Nacional de Justicia de Estados Unidos desarrolló un sistema de calificación en seis niveles usado por la mayoría de los fabricantes de todo el mundo. Si están cubriendo un conflicto armado, deberán elegir un chaleco calificado para poder detener armas de gran velocidad disparadas por rifles militares. Tome conciencia, no obstante, de que ningún chaleco es realmente a prueba de balas. Se puede sufrir heridas severas o inclusive morir del trauma que produce el impacto seco de los proyectiles, inclusive si el blindaje del cuerpo efectivamente logra detener la bala. Considere la posibilidad de usar diseños específicos para cada sexo y si necesitan otras opciones como protectores laterales o de la zona inguinal.
Los cascos son también recomendados para los periodistas que cubren zonas en guerra. Reconozca, sin embargo, que inclusive un casco calificado como superior principalmente brinda protección contra las descargas de metralla, y probablemente sea penetrado por cualquier golpe directo de una bala disparada desde un rifle de asalto o un fusil.
Use equipo de protección corporal siempre que esté integrado con fuerzas militares. (El blindaje tal vez no sea recomendable para cubrir cuestiones criminales porque puede provocar que un periodista sea confundido con algún agente de orden público). Los productos para el blindaje corporal son actualizados en forma periódica a medida que se desarrollan materiales nuevos y más confiables. Los periodistas y los jefes de redacción necesitan estar atentos a que diferentes productos exigen diferente cuidado. Las placas cerámicas pueden quebrarse o romperse si se dejan caer. El Kevlar puede deteriorarse si se moja. La transpiración humana puede degradar el Kevlar y otros productos. El equipo de protección corporal ya usado debe examinarse con mucha atención para ver si se detectan signos de desgaste o debilitamiento de las fibras. Todo equipo de protección corporal debe almacenarse de modo apropiado e inspeccionarse con cierta periodicidad.
El equipo de protección también está disponible para cubrir revueltas civiles. Chalecos livianos y relativamente seguros con protección anti puñalada pueden brindar protección contra ataques con puñales, balas de goma y demás peligros. Las gorras estilo béisbol con placas de metal también están disponibles para estos casos. Las máscaras antigases pueden usarse, aunque al hacerlo los periodistas corren el riesgo de ser confundidos con policías antidisturbios o con manifestantes.
Integrado o Unilateral
Elegir el lugar desde dónde observar un conflicto está entre las elecciones más importantes que se pueden hacer. Realice una investigación a fondo de la política, la historia y el comportamiento de todos los grupos armados activos en el área. El grado de cohesión, disciplina, moral, entrenamiento, poder armado y respeto por los civiles, incluyendo a los periodistas, varía ampliamente entre las fuerzas militares, y entre fuerzas irregulares tales como grupos de insurgentes o milicias pro-gubernamentales. Tome conciencia de que las circunstancias en el terreno pueden cambiar en cualquier momento sin previa advertencia.
El término “integrar” fue popularizado por el ejército estadounidense a principios de 2000 para los periodistas que dispusieron viajar con unidades militares específicas durante la invasión a Irak encabezada por Estados Unidos. Pero los periodistas se han incorporado a unidades militares para cubrir episodios bélicos desde mucho tiempo atrás, comenzando a mitad del siglo 19. Los periodistas que se integran con cualquier fuerza armada habitualmente deben viajar con la unidad según se les ordena y evitan hacer cualquier cosa que revele la ubicación de la unidad o que pueda comprometer su seguridad. Pero deben retener el derecho a informar sobre los sucesos, aún luego de producidos, según lo consideren necesario. El CPJ documentó una cantidad de disputas acerca de los acuerdos para poder integrar periodistas en unidades militares. Las autoridades militares y representantes de grupos armados, por ejemplo, les han negado el acceso a periodistas cuya labor informativa era vista como desfavorable.
Aquellos que informan desde cualquiera de los puestos también pueden encontrarse siendo acusados por otro de los bandos de colaborar con el enemigo. Hace décadas, los periodistas eran capaces de cubrir conflictos exitosamente desde diferentes flancos en regiones como América Central. En la actualidad, tanto las fuerzas gubernamentales como los insurgentes han detenido o atacado a periodistas sospechados de mantener relaciones con sus enemigos. En 2011, las autoridades etíopes encarcelaron a los periodistas suecos Johan Persson y Martin Schibbye acusándolos de traición luego de que fueran hallados integrados con el grupo separatista Frente de Liberación Nacional Ogaden. En Irak y Afganistán, las fuerzas del ejército estadounidense detuvieron a numerosos periodistas locales que eran percibidos como vinculados a las fuerzas insurgentes. Algunos de estos periodistas quedaron detenidos durante muchos meses y años sin jamás ser acusados de ningún crimen.
Al determinar si deben integrarse o informar de modo unilateral (es decir, independientemente de las fuerzas militares), los periodistas afrontan importantes soluciones de compromiso. Viajar con las fuerzas militares brinda acceso exclusivo a notas periodísticas en el frente de batalla, pero puede ser a costa de ganar otras perspectivas, incluyendo observar el impacto del combate en la población civil. Los periodistas que viajan independientemente de las fuerzas armadas pueden disponer de una perspectiva más amplia. Las bajas son comunes entre periodistas que informan de modo unilateral, pero el riesgo de integrarse con fuerzas militares no debe subestimarse. Nueve periodistas cayeron mientras se hallaban integrados con fuerzas militares en Irak entre 2003 y 2009, mientras que otros seis periodistas integrados murieron en Afganistán entre 2001 y fines de 2011, según revela la investigación del CPJ.
Si se halla insertados en una fuerza militar, tenga cuidado de no llamar la atención de modo tal que se pudiese sugerir que es un oficial o asesor militar. Los francotiradores están entrenados para apuntar contra siluetas humanas sospechadas de ser oficiales dentro de las unidades militares enemigas. Los periodistas a veces se ven obligados a usar los mismos uniformes que los combatientes con los cuales se hallan integrados. Al hacer esto, no transigen con sus obligaciones profesionales, pero aún así deben portar credenciales de prensa que los identifiquen en su condición de reporteros ante una inspección más cercana. Los periodistas uniformados deben esperar ser tratados como combatientes del enemigo por las fuerzas opositoras, lo que incluye situaciones en las cuales se verá separado de sus unidades militares.
Los periodistas que trabajan de modo unilateral deben también estar consientes de qué apariencia y comportamiento muestran desde lejos. Los fotoperiodistas que llevan cámaras o equipos han sido confundidos con combatientes, según revela la investigación del CPJ. En el año 2003, el veterano camarógrafo de Reuters, Mazen Dana, fue sorprendido por una descarga de ametralladora disparada desde un tanque y murió cuando trabajaba en las afueras de la cárcel de Abu Ghraib. Un soldado relató luego a los investigadores que creía que Dana era un insurgente con una granada disparada desde un cohete. Si se halla trabajando unilateralmente, elija vestimenta que no se asemeje al equipo del ejército y no llame la atención desde lejos. Colores tierra más oscuros son preferibles a los colores brillantes.
Al cubrir el conflicto armado, tenga presente el impacto de los informes en tiempo real. Lo que puede resultar un informe contundente y novedoso para un público que está lejos del conflicto, puede ser percibido como información en tránsito para el enemigo. Tengan presente que el rol profesional de los periodistas es observar e informar sobre el conflicto, no participar en el mismo ni siquiera de modo inadvertido.
Reglas de la Guerra
La condición de prisionero de guerra puede ser un beneficio. Los prisioneros de guerra deben ser alojados en prisiones alejadas de la zona de hostilidades, y deben ser alimentados, atendidos por problemas médicos, e identificados públicamente como prisioneros (a diferencia de mantenerlos incomunicados); asimismo, se les debe permitir recibir y enviar correspondencia. Los prisioneros de guerra no pueden ser acusados de espionaje o delitos civiles, como por ejemplo ingresar en un país sin la visa correspondiente.
Los periodistas tienen derecho a cubrir el conflicto armado como civiles que operan en forma independiente de cualquier fuerza armada, según los Protocolos Adicionales a los Convenios de Ginebra de 1977. Ningún civil incluyendo a los periodistas, puede convertirse legítimamente en blanco de las fuerzas militares. Pero los periodistas independientes enfrentan ciertos riesgos. Los periodistas detenidos mientras cumplen con su labor informativa en forma unilateral pueden ser acusados de delitos civiles como el espionaje y pueden ser víctimas de estándares de encarcelamiento civil pobres o abusivos.
Puestos de Control
Interactuar con grupos armados en puestos de control es peligroso e imprevisible. Numerosos civiles, incluyendo por lo menos cuatro periodistas, fueron asesinados en puestos de control del ejército estadounidense en Irak entre 2003 y 2005. Los soldados que custodian dichos puestos a menudo operan por temor a atacantes suicidas que llevan bombas y realizan otros tipos de ataques.
Antes de viajar en carreteras locales, consulte con sus colegas, con oficiales del ejército y con fuentes locales confiables para determinar las ubicaciones posibles de los puestos de control y sus operadores. Aprenda de antemano todos los procedimientos de los puestos de control, tales como las señales de advertencia usadas por fuerzas militares y el protocolo que se espera de los vehículos que se aproximan. Reduzca la velocidad cuando se acercan a un puesto de control, quítese las lentes de sol, muestre las manos libres y sea respetuoso. Permitir que los soldados o militantes revisen su vehículo puede también ser aconsejable. Permanezca enfocado y alerta cuando circula por carreteras desconocidas, y sepa que las indicaciones y señales de los puestos de control pueden ser engañosas o inexistentes. Muchas bajas en puestos de control se han originado en comunicaciones pobres o mal interpretadas. Algunas carreteras deberán evitarse lisa y llanamente, en particular durante la noche.
Los puestos de control establecidos por fuerzas irregulares, milicias o grupos paramilitares son inclusive más peligrosos e imprevisibles debido a la mala disciplina y a la ausencia de líneas claras de autoridad. En Libia, en 2011, cuatro periodistas del New York Times fueron apresados en un puesto de control operado por fuerzas aliadas a Muammar Qaddafi y mantenidos como prisioneros por 4 días, durante los cuales fueron agredidos y mal tratados. Mohamed Shaglouf, chofer del grupo, fue asesinado.
Los periodistas pueden encontrarse con personal ebrio o impedido físicamente en los puestos de control manejados por los combatientes, incluyendo las fuerzas irregulares; tal vez se les ordene entregar dinero en efectivo u otros favores a cambio de que se les permita avanzar. Algunos periodistas llevan pequeñas cantidades de dinero, paquetes de cigarrillos, u objetos como relojes de poco valor en sus embalajes originales para ofrecer a modo de pequeños sobornos. Tenga cuidado de no hacer nada que pudiera producir una escalada en la situación o en las exigencias de los soldados. Inicie un contacto de respeto mutuo, sin mostrar temor y con el objetivo primordial de lograr una salida exitosa.
Atravesar puestos de control es un componente del entrenamiento de la mayoría de los cursos de entrenamiento para periodistas (ver Apéndice B Entrenamiento Sobre Seguridad).
Tecnología Satelital en Entornos Hostiles
La tecnología satelital es una herramienta crítica para los periodistas que trabajan en zonas en conflicto dónde Internet y otras conexiones internacionales no resultan confiables, o bien han sido clausuradas por las autoridades. En 2012, en la ciudad Siria de Homs, un bastión de la oposición que fue objeto de ataques con bombas por fuerzas gubernamentales y efectivamente aislado por las autoridades que buscaban sofocar la cobertura informativa, un grupo de periodistas internacionales y locales usaron tecnología satelital para presentar informes y comunicarse con medios de prensa.
Marie Colvin, reportera nacida en Estados Unidos, y el fotógrafo francés Rémi Ochlik, que venían trabajando con otros periodistas en un centro de prensa improvisado, fueron asesinados junto con otros civiles sirios durante un bombardeo del gobierno en febrero de 2012. Algunos periodistas que habían trabajado en Homs sospecharon que las autoridades sirias hicieron al edificio blanco deliberado de los ataques, aunque la ciudad en general se hallaba sufriendo un intenso bombardeo en todas sus aéreas. Si las fuerzas gubernamentales habían apuntado contra el edificio, pudieron haber confiado en varias formas de inteligencia, incluyendo el rastreo de las señales satelitales de los periodistas.
Expertos en tecnología coinciden en que los teléfonos satelitales pueden rastrearse con facilidad. Detectar emisiones de radiofrecuencia es “relativamente sencillo para un técnico bien entrenado”, según comentó SaferMobile, organización sin fines de lucro de Estados Unidos dedicada a ayudar a que defensores de derechos humanos y periodistas utilicen la tecnología móvil de modo más seguro. La Fundación para la Frontera Electrónica (EFF, por sus siglas en inglés) organización sin fines de lucro radicada en San Francisco y dedicada a la libertad de expresión en Internet, describe “abundantes” dispositivos de rastreo comercialmente disponibles. Los teléfonos satelitales pueden también rastrearse a través de los propios dispositivos GPS incorporados a los mismos. “Los datos de ubicación del GPS pueden ser transmitidos por el teléfono satelital en el modo normal”, observó SaferMobile.
Los expertos recomiendan protocolos estrictos cuando se utilizan teléfonos satelitales en un entorno hostil:
- Evitar el uso de un teléfono satelital (o cualquier dispositivo de radiofrecuencia) desde el mismo lugar más de una vez.
- Evitar usar un teléfono satelital o cualquier dispositivo similar desde una ubicación que no pueda evacuarse fácilmente en caso de ataque.
- Mantener una duración máxima de 10 minutos para cualquier transmisión. (Algunos expertos advierten que inclusive esto podría resultar muy largo, puesto que el rastreo instantáneo es, por lo menos, posible.)
- Apagar el equipo y quitarle la batería en cuanto se termina la transmisión y antes de viajar.
- Evitar que muchas partes transmitan desde el mismo lugar.
Las transmisiones satelitales, aún estando encriptadas, no son totalmente seguras tampoco. En un informe de 2012, por ejemplo, dos académicos alemanes anunciaron que habían logrado ingresar a dos algoritmos comúnmente usados en la encriptación. La organización sin fines de lucro estadounidense Small World News observó en su “Guía para el uso seguro de los teléfonos satelitales” de 2012 que muchos gobiernos son capaces de derrotar la encriptación. Utilice palabras en código en transmisiones muy delicadas, aconseja Small World News, o eviten los teléfonos satelitales por completo para dichas comunicaciones.
Si sus teléfonos satelitales son confiscados, las autoridades o grupos hostiles pueden acceder a información crítica desde el registro de llamadas, el directorio y la carpeta de enviados. Expertos como los que trabajan en Small World aconsejan seguir la rutina de eliminar los registros de llamadas y las carpetas de enviados para proteger sus fuentes; y guardar la tarjeta Sim separadamente del teléfono cuando no están transmitiendo.