Reportero de la fuente policíaca asesinado a balazos en Ciudad Juárez

Nueva York, 13 de noviembre de 2008–Armando Rodríguez, veterano reportero mexicano quien cubría la fuente policíaca, fue asesinado a balazos esta mañana mientras se encontraba en su carro en la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) condenó el asesinato de Rodríguez y exhortó a las autoridades a conducir una investigación pronta y exhaustiva.

Un pistolero no identificado disparó contra Rodríguez, un periodista de 40 años del periódico local El Diario, al menos en ocho ocasiones con un arma calibre 9 milímetros, según informes de la prensa mexicana y entrevistas del CPJ. Rodríguez estaba sentado en un carro que pertenece al periódico, un Nissan sedán estacionado en su garaje, cerca de las  8 a.m. cuando fue balaceado, autoridades locales indicaron al CPJ. Su joven hija, Ximena, quien estaba en el carro cuando se produjo el ataque, no resultó herida. Según Jaime Torres Baladez, el vocero del presidente municipal, el reportero fue pronunciado muerto en la escena del crimen.

“Sentimos la muerte del veterano reportero de la fuente policíaca Armando Rodríguez y enviamos nuestras condolencias a sus amigos y familiares”, señaló Carlos Lauría, Coordinador Senior del Programa de las Américas del CPJ. “Esta ola de violencia sin precedentes contra la prensa mexicana debe ser contenida  de inmediato. Instamos a las autoridades estatales y federales a investigar el crimen de Rodríguez y enjuiciar a los responsables. México necesita quebrar el ciclo de impunidad en los crímenes contra periodistas”.

 

El congreso mexicano está debatiendo legislación que convertiría los crímenes contra la libertad de expresión en un delito federal, un paso que ha sido respaldado por el Presidente Felipe Calderón. “Los periodistas que cubren crimen y narcotráfico siguen siendo asesinados,” señaló Lauría. “Las autoridades mexicanas deberían hacer de la protección de los medios una prioridad con la promoción de legislación para resguardar el derecho constitucional de todos los mexicanos a expresarse libremente”.

Alejandro Pariente, vocero de la Subprocuraduría de Justicia de la zona norte, sostuvo que las autoridades han recuperado evidencia de la escena del crimen. Pariente indicó al CPJ que los investigadores no han identificado un motivo todavía pero están analizando el trabajo periodístico de Rodríguez como una posibilidad.

Pedro Torres, subdirector editorial de El Diario, señaló que Rodríguez había recibido una amenaza en un mensaje de texto a su celular dónde le indicaban que le “bajara”. Rocío Gallegos, jefe de información del periódico, indicó al CPJ que le había preguntado a Rodríguez si quería cambiar de fuente pero el reportero había insistido en continuar cubriendo la fuente policíaca. Por razones de seguridad, Torres explicó, El Diario no investiga a fondo temas de crimen organizado o narcotráfico.

Periodistas locales indicaron al CPJ que creían que Rodríguez había sido blanco por su trabajo, aunque no pudieron especificar una nota particular que hubiera podido provocar el asesinato. Carlos Huerta Muñoz, reportero de la fuente policíaca para el diario El Norte de Ciudad Juárez, narró que él y Rodríguez habían cubierto la muerte de dos agentes ministeriales el miércoles. Huerta señaló que Rodríguez no había mencionado amenaza alguna. Colegas apuntaron al CPJ que Rodríguez era un reportero conocido y respetado quien cubría la fuente policíaca desde hacía más de una década.  

 

Ciudad Juárez, una urbe fronteriza cerca de El Paso, ha sido víctima de una ola de violencia vinculada al tráfico de drogas. Este año, más de 1.000 personas han caído en crímenes relacionados con las drogas en Ciudad Juárez, según informes de la prensa internacional y local. El 6 de noviembre, individuos no identificados abandonaron una cabeza decapitada en la Plaza del Periodista, indicaron informes de prensa. La policía no la ha identificado.

Poderosos cárteles de la droga y violencia creciente asociada con grupos criminales han convertido a México en uno de los países más mortíferos pare reporteros en el mundo. Desde 2000, 24 periodistas–incluyendo a Rodríguez–han sido asesinados, por lo menos siete de ellos en represalia directa por su labor. Además siete periodistas han desaparecido desde 2005.