Nueva York, 19 de octubre del 2007—Individuos no identificados asesinaron a tiros al periodista radial hondureño Carlos Salgado en la tarde del jueves al salir de las oficinas de Radio Cadena Voces en la cuidad capitalina de Tegucigalpa. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) está investigando posibles vínculos entre el asesinato de Salgado y su trabajo como periodista.
Salgado, de 67 años, era locutor del programa de radio “Frijol el Terrible”. Tras grabar su programa, salía de los estudios de la radio a las 4 p.m., cuando fue interceptado por dos individuos, quienes le dispararon a quemarropa, informó la prensa local. Los agresores huyeron en un Toyota Four Runner, según testigos citados en la prensa.
Dagoberto Rodríguez, director de Radio Cadena Voces, piensa que el ataque fue en represalia por los informes investigativos de la estación sobre corrupción oficial.
La policía hondureña ha realizado identikit de los sospechosos y sostiene haber identificado a uno de ellos, Héctor Mejía, vocero de la policía local señaló al CPJ. Mejía indicó al CPJ que los investigadores están considerando el trabajo de Salgado como uno de los posibles motivos. La policía no ha descartado que la vida personal del periodista pueda haber motivado su asesinato.
“Estamos entristecidos por la muerte de Carlos Salgado y enviamos nuestras condolencias a su familia y amigos”, afirmó el director ejecutivo del CPJ, Joel Simon. “Instamos a las autoridades de Honduras a investigar su asesinato y a enjuiciar cuanto antes a todos los responsables. En un país agobiado por las dificultades económicas, el sentido del humor de Salgado para abordar temas políticos resonaba con su audiencia”.
“Frijol el Terrible”, que ha estado en el aire más de 20 años, llega a una audiencia masiva en Honduras, comentó Rodríguez. El programa cubre temas cotidianos como los precios de los alimentos y el transporte, contó al CPJ Lenina Meza, activista en defensa de la libertad de prensa. El periodista también era conocido por su crítica sarcástica sobre el sistema político de Honduras, según Rodríguez.