Ataques a la Prensa en 2001: TRINIDAD Y TOBAGO

TRINIDAD Y TOBAGO

Esta isla nación rica en petróleo y gas, cuya población está dividida en partes iguales entre personas de origen africano e indio, fue de crisis en crisis después de las elecciones de diciembre del 2000.

El Congreso Nacional Unido (UNC) del ex primer ministro Basdeo Panday, apoyado principalmente por indotrinitarios, derrotó por un pequeño margen al Movimiento Nacional Popular (PNM), generalmente apoyado por los afrotrinitarios, en elecciones que el PNM calificó de fraudulentas. Ambos partidos cuestionaron algunos de los resultados, aunque las disputas se anularon cuando el primer ministro llamó a nuevas elecciones en octubre luego que el UNC perdió su mayoría legislativa tras la dimisión de tres de sus representantes.

Las elecciones culminaron con un empate donde tanto el UNC como el PNM consiguieron 18 curules, provocando así otra crisis constitucional. De acuerdo con la Constitución, el presidente puede nombrar al primer ministro que considere que podrá gobernar con mayoría en el Parlamento. Durante la última semana de diciembre, el líder del PNM Patrick Manning fue juramentado como primer ministro luego de que el presidente Arthur N. R. Robinson lo escogiera para romper el empate.

En el 2000, el entonces primer ministro Panday se contuvo de sus usuales diatribas en contra de la prensa en víspera de las elecciones. Pero en el 2001 arremetió en contra de los medios, los cuales han cubierto enérgicamente varios escándalos de corrupción. De acuerdo con John Babb, director de noticias del popular periódico Newsday, Panday llamó los reportajes «mentiras, medias verdades e insinuaciones». Babb le dijo al CPJ que muchas veces los políticos, cuando aparecen noticias en contra de ellos, les dicen a sus simpatizantes que no compren esos periódicos y que les retiren la publicidad.

Wesley Gibbings, periodista independiente y presidente de la recientemente creada Asociación de Trabajadores de los Medios Caribeños (Association of Caribbean Media Workers), dijo que además de la represión gubernamental, la comunidad empresarial también ha tratado de controlar a la prensa. «Si bien las amenazas principales e inmediatas parecen provenir de la actitud del gobierno, una amenaza muy real existe dentro de las filas del sector empresarial», señaló. «Generalmente adquiere la forma del retiro de la publicidad», añadió. El hecho de que muchos medios de comunicación sean parte de conglomerados de empresas, complica la situación, dijo Gibbings.

En estos tiempos tumultuosos, las 11 radioemisoras del país han jugado un papel muy importante, según Gibbings. Muchas presentan programas donde las personas que llaman hablan abiertamente sobre temas polémicos. «La mayor parte del debate», comentó Gibbings, «se ha enfocado en las acusaciones de corrupción».