Nueva York, 9 de agosto de 2001 — El 3 de agosto, un juez mexicano exoneró a los dos hombres acusados del asesinato en 1998 del periodista estadounidense Philip True.
Juan Chivarra de la Cruz y su cuñado, Miguel Hernández de la Cruz, fueron acusados del asesinato de True en diciembre de 1998. El juez municipal José Luis Reyes Contreras ordenó su liberación aún cuando la preponderancia de las pruebas implicaba a los dos hombres.
«Creemos que los dos hombres bajo custodia están involucrados de alguna manera», sostuvo el subdirector del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), Joel Simon. «Cuando comenzó la investigación de la muerte de True, el CPJ instó a las autoridades mexicanas a que llevaran a cabo una investigación y un procesamiento ejemplares para así no dejar ninguna duda acerca de la culpabilidad o inocencia de los acusados. Ciertamente, esto no ha ocurrido.»
Ayer, el fiscal general del estado de Jalisco afirmó que existían suficientes pruebas para condenar a los dos hombres y añadió que apelaría el veredicto, según el diario tejano San Antonio Express-News, el periódico donde trabajaba True.
Muerte en las montañas
True, de 50 años de edad, era el corresponsal en Ciudad de México del San Antonio Express-News. El 28 de noviembre, él emprendió un viaje de 10 días para hacer un reportaje acerca de los indios huichol, una población indígena que vive en una zona montañosa que se extiende por los estados de Nayarit, Jalisco y Durango.
El periodista fue visto con vida por última vez el 4 de diciembre en la aldea de Chalmotitia. El 16 de diciembre, luego de una intensa búsqueda por parte de militares mexicanos, el cuerpo de True fue hallado en una fosa de poca profundidad, cubierta en parte por piedras, al final de un barranco. No le habían quitado ni el anillo de matrimonio ni el reloj, lo que sugiere que el robo no fue el móvil del asesinato.
El 26 de diciembre de 1998, las autoridades arrestaron a Chivarra y a Hernández, ambos indios huichol, quienes confesaron haber asesinado a True porque los había fotografiado sin su permiso. Las pertenencias del periodista, entre ellas su cámara, sus binoculares y su mochila, fueron encontradas en los hogares de los sospechosos.
Sin embargo, cuando los dos hombres fueron enjuiciados, admitieron haber asesinado a True pero alegaron que habían actuado en defensa propia. También adujeron que la confesión de ellos se había logrado bajo tortura. Gerardo Octavio Solís Gómez, procurador general del estado de Jalisco, negó esto en su declaración de ayer.
Otras pruebas también apuntan hacia la culpabilidad de los sospechosos. En 1999, un reportero de Newsweek encontró un cuaderno de True en un almacén donde estaban guardadas pruebas del caso. En una anotación, True describió su encuentro con un huichol llamado Juan, una posible referencia a Chivarra.
Ambos sospechosos han dado una y otra vez declaraciones contradictorias en entrevistas con el San Antonio Express-News. Si bien al principio decían no haber visto nunca a True, luego admitieron haberlo conocido. Luego en una entrevista publicada el 8 de agosto del 2001, ambos alegaron que habían visto al periodista pero nunca habían hablado con él.
Autopsias divergentes
Las autoridades mexicanas han emitido tres diferentes informes forenses desde que se encontró el cuerpo de True. El primero, basado en una autopsia hecha por el Servicio Médico Forense del estado de Jalisco, señaló que True había sido estrangulado con su propia bandana y que tenía una lesión en la cabeza que no podía atribuírsele a una caída.
El segundo informe, basado en una autopsia hecha por la Procuraduría General de la República, llegó a la conclusión de que True murió de golpes a la cabeza y de un edema (acumulación de líquido en los pulmones), posiblemente tras sufrir una caída accidental causada por su estado de embriaguez.
Ambas autopsias encontraron una alta concentración de alcohol en la sangre de True, un resultado que es común cuando un cuerpo se encuentra en estado avanzado de descomposición, según expertos forenses consultados por el Express-News.
En marzo del 2000, el tercer informe forense, requerido por la ley mexicana cuando dos autopsias generan resultados distintos, halló que True murió a causa de un edema pulmonar resultado de una lesión en la cabeza. Esta conclusion se basó solamente en el análisis que el perito médico forense hizo de los dos primeros informes.
El juez Reyes Contreras declaró que su decisión de poner en libertad a los dos hombres se apoyaba en el informe de la segunda autopsia, que señaló que la muerte de True había sido accidental.
El fallo del juez no explicó por qué se hallaron las pertenencias de True en los hogares de los dos sospechosos ni por qué su cuerpo estaba escondido en una fosa cerca del lugar de su muerte.
El 17 de diciembre de 1998, el CPJ envió una carta al entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León e instó a las autoridades federales a realizar una investigación exhaustiva del asesinato de True
FIN