Excarcelan a periodista

Nueva York, 23 de marzo de 2001 — Manuel Antonio González Castellanos, corresponsal de la agencia de noticias independiente CubaPress en la provincia oriental de Holguín, fue liberado el 26 de febrero tras cumplir la mayor parte de su condena de 31 meses por criticar al presidente Fidel Castro Ruz.

El periodista independiente Bernardo Arévalo Padrón, fundador de la agencia de noticias Línea Sur Press, de la provincia de Cienfuegos, continúa encarcelado. Según las indagaciones del CPJ, Arévalo Padrón es ahora el único periodista de las Américas encarcelado por su labor.

Arévalo Padrón está preso desde 1997 por «desacato» hacia Castro y Carlos Lage, miembro del Consejo de Estado cubano. El periodista sigue confinado en el campamento de trabajo El Diamante, en Cienfuegos, a pesar de que tiene derecho a la libertad condicional y de que su salud se ha visto afectada por su prolongado encarcelamiento.

El CPJ no ha podido comunicarse con González Castellanos desde que fue excarcelado, debido a un corte de las líneas telefónicas que el régimen cubano impuso en diciembre pasado y que se ha intensificado en las últimas semanas, con lo cual toda comunicación con Cuba es prácticamente imposible.

El gobierno cubano bloqueó las llamadas directas desde EE.UU. luego de que el gobierno estadounidense rechazó un impuesto del 10 por ciento sobre las llamadas procedentes de EE.UU. Este impuesto fue ordenado por el gobierno cubano en represalia por la decisión de la administración Clinton de liberar fondos del gobierno cubano congelados en bancos estadounidenses para indemnizar a los familiares de tres pilotos cubano-estadounidenses que resultaron muertos cuando la fuerza aérea cubana derribó su avión en 1996.

Debido a que el gobierno cubano controla todos los medios de comunicación y restringe el acceso a la Internet, los periodistas independientes cubanos enfrentan severas dificultades a la hora de difundir sus informaciones al exterior. Cuando los periodistas independientes intentan hacer una llamada de cobro revertido al extranjero por medio del monopolio telefónico estatal ETECSA, por ejemplo, las operadoras suelen negarse a conectar las llamadas.

González Castellanos fue arrestado el 1 de octubre de 1998 por formular críticas contra el presidente Castro ante agentes de seguridad del estado que lo habían detenido e insultado cuando él caminaba de regreso a su casa tras visitar a un amigo. Después de estar detenido siete meses en espera de juicio en la Prisión Provisional de Holguín, él fue hallado culpable por el Tribunal Municipal de San Germán, provincia de Holguín, el 6 de mayo de 1999. Su presunto delito fue «desacato» y se le sentenció a dos años y siete meses de cárcel.

Aunque los cargos contra González Castellanos no están directamente relacionados con su labor periodística, varios periodistas locales sospecharon que el periodista había sido provocado intencionalmente por los agentes de seguridad del estado en represalia por haber reportado sobre las actividades de disidentes políticos.

El 30 de junio de 1999, González Castellanos fue trasladado a la prisión de máxima seguridad «Cuba Sí», en Holguín, donde fue hostigado frecuentemente por los guardias. Cuando se quejó de las pésimas condiciones higiénicas, los guardias amenazaron con suspenderle su derecho de recibir visitas. A fines de 1999, varios periodistas independientes locales informaron que los agentes de seguridad del estado habían prometido recompensar a otros presos si hostigaban a González Castellanos y remitían a las autoridades información sobre él.

El 3 de marzo del 2000, González Castellanos fue trasladado nuevamente a la Prisión Provisional de Holguín. El 26 de junio, fue encerrado en una celda de castigo por 10 días tras haber sido agredido por el oficial de «reeducación» del penal y un guardia cuando protestó contra la confiscación de sus apuntes personales.

Al ser sacado de la celda de castigo, González Castellanos fue colocado en una unidad de trabajo. Posteriormente él sufrió un fuerte catarro por dos meses y perdió mucho peso, pero se le negó atención médica adecuada. La salud del periodista mejoró sólo después de que su familia logró hacerle llegar medicamentos.

A mediados de noviembre del 2000, se le informó a González Castellanos (a quien se le había negado la libertad condicional a que tenía derecho) que él estaría entre 60 presos que serían trasladados a un campamento de trabajo forzado, donde las condiciones serían un poco menos duras. Sin embargo, su traslado fue suspendido abruptamente el mismo día en que iba a tener lugar.

FIN