Ataques a la prensa en 2010: Haití

Principales Acontecimientos
• Los periodistas resisten luego del sismo, trabajando en carpas y desde sus propios hogares.
• Decenas de periodistas sin empleo. Los medios gráficos sufren pérdidas considerables.


Estadística Clave
95: El porcentaje de las emisoras de radio dejaron de transmitir por el terremoto de enero. La mayoría había vuelto al aire a fines de año.

Fiel reflejo de la devastación que sufrió toda la sociedad haitiana, los medios de prensa soportaron pérdidas masivas en el sismo de magnitud 7.0 en la escala de Richter, cuyo epicentro se ubicó justo al oeste de Puerto Príncipe, la capital del país, en la tarde del 12 de enero. Más de 220 mil personas murieron y 1,5 millones quedaron sin hogar, según las estimaciones oficiales. Oficinas de gobierno, escuelas, hospitales y barrios enteros quedaron reducidos a ruinas, como así también la buena parte de la infraestructura de los medios de prensa. Más del 95 por ciento de las radios comerciales y comunitarias -la fuente primaria de noticias en Haití-, quedó sin transmisión al sufrir sus equipos e instalaciones daños considerables, según informó Joseph Guyler Delva, presidente del grupo local de prensa SOS Journalistes. Las pérdidas humanas también fueron enormes. Al menos 30 periodistas murieron en el terremoto y el período que siguió, informó SOS Journalistes.

ATAQUES A LA
PRENSA EN EL 2010

Prólogo
Introducción
Análisis de Internet
Análisis Regional:
En América Latina,
el retorno
de la censura

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En un Vistazo

“Antes del terremoto, existía un panorama radial vibrante, parecía como si todos los espacios en la frecuencia FM hubiesen sido tomados”, escribió Garry Pierre-Pierre, director y editor del semanario Haitian Times con sede en Brooklyn, en el Blog del CPJ el 1 de febrero. Pero al evaluar el panorama en Puerto Príncipe tres semanas después del sismo, Pierre-Pierre describía una situación de destrucción a gran escala que había virtualmente silenciado a las radios haitianas, una situación que continuaría durante muchos meses.

Signal FM, la única emisora que transmitió sin interrupción durante y después del terremoto, fue una excepción. Las instalaciones de la emisora, al este de la capital en el barrio de Pétionville, resistieron el sismo y las decenas de réplicas posteriores. Sin embargo, según el relato del periodista haitiano Jean Roland Chery, quien produjo una serie de notas sobre la crisis para el Blog del CPJ, “el verdadero mérito es del personal de la emisora, que hizo esfuerzos extraordinarios y grandes sacrificios para informar al público durante un período de caos”. Citando a Mario Viau, director ejecutivo de la radio, Chery escribió que “Signal FM jugó un papel fundamental en el período que siguió al terremoto, sirviendo como vínculo primario entre las víctimas y los servicios de asistencia y entre las propias víctimas”.

Radio Television Caraibes, la emisora privada líder en Haití, reanudó rápidamente la transmisión radial, estableciendo operaciones improvisadas en una carpa unos pocos días después del sismo. Al reanudar su labor, el director de la emisora, Patrick Moussignac, indicó que esperaba que la normalidad retornara para los traumatizados haitianos. Por ese motivo, explicó, “Caraibes Matin”, una visión satírica de los asuntos políticos y sociales, fue el primer programa de Radio Television Caraibes en volver al aire. “La población necesita asistencia terapéutica y debemos aprender a reír otra vez”, declaró Moussignac al CPJ. Al mismo tiempo, Radio Television Caraibes asistió a la población de otros modos. La emisora puso su generador a disposición de los residentes, por ejemplo, para que pudieran recargar las baterías de sus teléfonos celulares, informó Chery al CPJ. Cientos de personas aprovecharon el ofrecimiento, que les posibilitó comunicarse con sus familias.

Hacia fines de año, SOS Journalistes estimó que el 97 por ciento de las emisoras radiales había reanudado sus transmisiones, aunque muchas operaban bajo condiciones excepcionales, fuera de las carpas, por ejemplo, o en casas particulares. La mayoría de las estaciones de televisión en Haití, incluyendo las emisoras más importantes como TV Caraibes, Tele Image, Tele Ginen, y Canal 11, volvieron a emitir a fines de año, comentó Delva.

Los periodistas, muchos de los cuales perdieron sus seres queridos, sus hogares y sus pertenencias en el terremoto, trabajaron en un clima de confusión, dolor y estrés financiero. La emisora Radio Metropole de Puerto Príncipe reanudó su programación el 1 de febrero después de transmitir noticias vía Internet durante dos semanas. Pero Richard Widmaier, director general de Radio Metropole, indicó que la situación financiera de la emisora era tan precaria que resultaba difícil pagarles a sus empleados. De unos 50 anunciantes que había antes del sismo, solamente 10 mantuvieron sus anuncios luego de la catástrofe. “Hemos reanudado nuestras actividades, ¿pero a qué costo?”, se preguntaba Widmaier en ese momento. La situación de la radio se estabilizó un año después al recuperar parte de sus ingresos por publicidad.

Los medios gráficos también sufrieron pérdidas significativas. Los dos diarios haitianos, Le Nouvelliste y Le Matin, dejaron de publicar, aunque siguieron difundiendo noticias vía Internet. Le Nouvelliste -un periódico de Puerto Príncipe con 112 años, el más antiguo de Haití-, reanudó su publicación diaria en abril. Le Matin continuaba publicando una vez por semana hacia fines de año, tras despedir a casi la mitad de su personal de 30 personas y reducir los salarios.

Bon Nouvel, el único periódico en idioma creole, desapareció bajo los escombros del terremoto. Las oficinas de Puerto Príncipe quedaron destrozadas, como así también las instalaciones de su planta impresora, que se especializaba en la producción de libros y documentos escritos en creole. “Se trata de un verdadero golpe no sólo a la promoción del creole, sino también a la alfabetización en Haití”, afirmó el Reverendo Jean Pierre Nzemba Wayi, director de Bon Nouvel. Observó que el periódico era popular entre los agricultores que no podían leer o escribir en francés y que se lo consideraba un referente en la comunidad católica. Bon Nouvel, especializado en informar sobre temas católicos, no había reanudado su publicación a fines de año.

Aunque las estadísticas oficiales no registraron datos sobre el índice de desempleo en la profesión, SOS Journalistes indicó que al menos 100 periodistas en todo el país seguían sin trabajo a fines de año. Las penurias económicas motivaron la salida del país de algunos reporteros. Entre los periodistas que partieron se destacó Ronald Leon, veterano reportero de la Televisión Nacional de Haití, quien también dirigía un instituto de capacitación en periodismo al norte de Puerto Príncipe. Leon, quien se mudó a la Florida, señaló al CPJ que su establecimiento había sufrido serios daños a causa del sismo y había sido saqueado. La desaparición del instituto, cuya última promoción contó con 15 estudiantes, sirvió para ilustrar la pérdida de servicios de apoyo a la prensa en todo el país.

Si bien los periodistas haitianos no fueron víctima de los ataques tradicionales tan comunes en otra época, el movimiento de defensa de la libertad de prensa se vio afectado. En años recientes, los periodistas locales habían registrado lentos avances en el combate contra los hechos de violencia que ocurrían en el país. (Al menos cinco periodistas cayeron en represalia por su labor informativa entre los años 2000 y 2007). El índice de violencia cayó en los últimos años y la responsabilidad del gobierno para abordar el problema de los delitos contra la prensa mejoró. Pero SOS Journalistes, que había tomado un rol de liderazgo en la lucha contra la impunidad, perdió su infraestructura en el terremoto y estaba realizando esfuerzos por reagruparse. El edificio de tres pisos que albergaba a la organización colapsó y todo su equipamiento quedó destruido. SOS Journalistes se trasladó posteriormente a un edificio que albergaba a otras organizaciones sin fines de lucro, aunque siguió buscando un nuevo espacio físico.

Para todos los medios, la tarea de reconstrucción fue enorme, comentó Delva de SOS Journalistes. En mayo, el gobierno haitiano aprobó un paquete de 5 millones de dólares estadounidenses para apoyar y reconstruir medios de prensa en Puerto Príncipe. Grupos de prensa internacionales ayudaron a montar instalaciones donde pudieran trabajar los periodistas, enviaron misiones de apoyo y brindaron ayuda directa. Reporteros Sin Fronteras y la empresa gráfica Quebecor encabezaron la construcción de un centro de operaciones para medios en Puerto Príncipe que contaba con 20 computadoras y otras instalaciones para reporteros locales. El CPJ brindó ayuda directa a periodistas heridos y colaboró para que los reporteros obtuvieran asistencia de otras organizaciones humanitarias. La necesidad de mayor ayuda aún era una prioridad a fines de año, contó Delva al CPJ, pero la asistencia debía enfocarse en los periodistas individuales. La mayoría de los medios ya había vuelto a operar, observó, pero decenas de individuos permanecían sin empleo y con una urgente necesidad de asistencia.