Amenazas contra periodista que denunció abuso policial

3 de febrero del 2006
Sr. José Manuel de la Sota
Gobernador de la Provincia de Córdoba
Ciudad de Córdoba
Argentina

Via facsimile: 54-351-434-3013
Estimado Gobernador de la Sota,

El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) está sumamente preocupado por la seguridad del periodista argentino Mariano Saravia, quien ha sido amenazado y acosado reiteradamente desde la publicación de su libro en el que se describen abusos de la policía provincial.

Saravia, periodista del diario La Voz del Interior, denunció tortura policial durante y después del régimen militar en su libro, La Sombra Azul, publicado en marzo del 2005.

Saravia señaló al CPJ que en julio del 2005 encontró 10 balas organizadas cuidadosamente en la entrada de su casa. Un mes después el periodista encontró una cruz esvástica pintada sobre el portón de su domicilio. En septiembre, cuatro hombres en una camioneta blanca pasaron varias horas frente a su casa y salieron rápidamente al acercarse un vecino. Al mes siguiente, Saravia encontró un pájaro muerto en el garage de su casa. En noviembre del 2005 se registraron una serie de incidentes alarmantes, incluyendo el ingreso a su casa por parte de extraños sin fines de robo, la desaparición de su perra y la destrucción de una maceta en su jardín.

Durante ocho meses, Saravia ha recibido llamadas anónimas y amenazantes en su casa. El periodista indicó haber oído insultos, silencios largos, risas, gritos fuertes, ladridos de perros y música fúnebre durante éstas llamadas. Saravia ha denunciado cada incidente ante la policía.

Saravia ha recibido también varias cartas documento de ex militares argentinos, encarcelados por crímenes de lesa humanidad y nombrados en La Sombra Azul por sus vínculos con la policía provincial. Los ex oficiales instaron a Saravia a retractarse. Uno de ellos inició una demanda civil por difamación en contra del periodista y, sorprendentemente, la jueza embargó el 20 por ciento del salario de Saravia mientras estudia el caso. Aunque también nos preocupa la postura favorable hacia al demandante por parte de la jueza, lo instamos a asegurar que este fallo no genere un ambiente propicio a aquellos que amenazan o acosan a Saravia.
Saravia ha sido blanco de amenazas y acoso por escribir sobre temas de gran interés público. Ocho meses después del comienzo de los actos intimidatorios, la investigación no ha dado ningún resultado. Lo instamos a utilizar todo el poder de su cargo para asegurar una investigación exhaustiva e independiente de estos actos de intimidación y que los responsables sean llevados ante la justicia.

Sinceramente,

Ann Cooper
Directora Ejecutiva