Colombia: Periodista secuestrada y torturada

LEA LA RESPUESTA DEL PRESIDENTE PASTRANA

31 de mayo de 2000

Su Excelencia Andrés Pastrana Arango
Presidente de la República de Colombia
Casa de Nariño
Bogotá, Colombia

VíA FACSíMIL: 571-286-7434 / 286-7937 / 284-2186

Su Excelencia:

El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) se muestra sumamente preocupado por el secuestro y las torturas de que fue objeto el 25 de mayo Jineth Bedoya Lima, una reportera del diario bogotano El Espectador. Exhortamos a Su Excelencia a garantizar que el incidente sea investigado exhaustivamente y los responsables llevados a la justicia.

Aparentemente el ataque fue resultado de la cobertura dada por El Espectador a un enfrentamiento que tuvo lugar el 27 de abril entre delincuentes comunes y reclusos miembros del grupo paramilitar de extrema derecha Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en una cárcel. Al parecer Bedoya fue secuestrada debido a que El Espectador sugirió que jefes de las AUC pudieran haber ordenado el asesinato de varios reclusos con tiros de gracia durante el enfrentamiento, ocurrido en la cárcel La Modelo, cercana a Bogotá.

Días antes del ataque a la periodista, otros reclusos de la misma cárcel le habían advertido que algunos miembros de las AUC en la cárcel habían resuelto asesinarla a ella, a otros periodistas de El Espectador y a una periodista de televisión. Con el propósito de confirmar esta información, la periodista buscó ponerse en contacto con la facción de las AUC en La Modelo. El 24 de mayo, un hombre desconocido que dijo hablar en nombre de un líder de las AUC llamó a Bedoya a su teléfono celular y le concedió una cita para que se entrevistara con éste en la prisión al día siguiente.

Según informes de la prensa local, Bedoya y su editor, Jorge Cardona Alzate, llegaron a la puerta de la cárcel cerca de las 10 a.m. el 25 de mayo. Cardona se separó para buscar a un fotógrafo mientras Bedoya trataba de lograr su ingreso en la cárcel. En este instante, personas no identificadas secuestraron a Bedoya a punta de  pistola y la obligaron a subir a una camioneta.

A las 8 p.m., la policía informó que Bedoya estaba ingresada en una clínica médica de la policía en la ciudad de Villavicencio, adonde fue conducida después de que un taxista la encontrara con las manos atadas en las afueras de esa ciudad. Ella había sido narcotizada y golpeada salvajemente, y tenía un ataque nervioso. La periodista permanece bajo observación médica mientras se recupera del ataque.

Este no es el primer ataque contra Bedoya que el CPJ ha documentado. El 27 de mayo de 1999, dos motociclistas desconocidos trataron de atropellar a la periodista a unas cuadras de su hogar en Bogotá. Su madre fue herida en el ataque. Anteriormente a este incidente, Bedoya había publicado varios artículos en El Espectador acerca de bandas criminales que realizaban secuestros para obtener un rescate.

Nos preocupa en grado extremo este brutal atentado contra una colega nuestra, el cual no hace más que poner de relieve los enormes peligros que enfrentan los periodistas colombianos. De hecho, los riesgos se han acrecentado tanto que nos preguntamos por cuánto tiempo los periodistas en Colombia podrán continuar con su quehacer. Este es un momento cuando toda la sociedad colombiana desesperadamente necesita información acerca de las violentas fuerzas que imperan en el país. Ver que la prensa colombiana se encuentra en tan grave peligro nos llena de tristeza.

Lo instamos a que garantice que el atentado contra Bedoya sea objeto de una investigación exhaustiva, y que todos los periodistas en Colombia puedan trabajar sin temer represalias.

Atentamente,

Ann K. Cooper
Directora Ejecutiva